19 Secretos que se desvelan solos

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La semana había ido muy bien, el muy no era nada fantástico, pero sí, mejor de lo que podría haber ido.
Javi hablaba lo justo conmigo, cuando tenía que hacerlo era amable pero nada más allá de cortesía de amigos, ninguna otra intención se ocultaba en sus gestos o palabras.

A la hora del Recreo hablábamos de a qué hora quedaríamos para celebrar el cumpleaños de Nadia, ya que hoy era viernes.

<<También el día de mi "cita" con David>>. Me recordé.

–Bueno ahora que Nadia ha ido a comprarse un refresco. No quiero que nos molestéis hasta las doce. –recordó Kevin.

–Bueno, Virginia y yo estaremos en el cine. Así que por nosotros no te preocupes. Cuando terminemos, iremos directos a la discoteca. –informó Alex.

–¿Qué me he perdido? –preguntó Javi.

<<¡Gracias! Pensaba que era la única que no estaba entendiendo nada>>.

–Le tengo una sorpresa preparada a Nadia como regalo. –explicó Kevin –Y quería pediros, si nos podíamos ver todos directamente allí en la discoteca.

Javi y yo miramos a Kevin y después nos miramos mutuamente.

–Podemos recoger nosotros a Veronika cuando vengamos del cine. –propuso Viky y Alex le dio un codazo.

–No, no. –cortó Javi –Vamos juntos. –sentenció mirándome directamente a mí –Luego me dices a qué hora te recojo...

Todos desviaron sus miradas hacia mí. Esperando mi respuesta.

–Oh, pues... a partir de las once, por ejemplo. –le sonreí.

–Claro. –me devolvió la sonrisa.


–¿Has visto ya el vestido que te está cosiendo tu madre? –preguntó Virginia a Nadia, mientras se echaba cacao labial, en el aseo de chicas.

–Sí, y la verdad, está más bonito de lo que me imaginaba. Menos mal...

–Cierto, porque querrás impresionar a Kevin, ¿no? –le recordé a Nadia.

–¡Por supuesto! –respondió Nadia

–¿Y cómo es el vestido? –inquirió Virginia.

–Es negro, corto, por encima de la rodilla y de tirantes finos. Pero no lleva escote, ya sabéis, mi madre lo cose, mi madre decide.

–Bueno, no te preocupes por eso, enseñas piernas y eso es suficiente. Además, al chico al que quieres impresionar ya lo tienes en el bote, por una arma de mujer que no puedas utilizar esa noche no va a pasar nada... –rió Virginia y nosotras la acompañamos.

–Sí. Por cierto, Veronika, ¿a qué hora has quedado con David? –curioseó Nadia.

–A las cinco de la tarde, en el Pub al que fuimos el domingo.

–¿Lo sabe Javi? –me volvió a preguntar Nadia.

–Pues... no, no se lo he dicho, ¿debería decírselo?

–Si te pregunta qué harás esta tarde, se lo dices, que no le viene nada mal ponerse celoso, pero si no te pregunta nada, no se lo digas. –me aconsejó Virginia.

–¿Celoso Javi? –pregunté.

Ya era la segunda persona, junto con David, que me lo decía.

–¡Claro que sí! –se impresionó Virginia de que le hiciera esa pregunta.

–No te acuerdas cómo se puso el lunes en la cantina cuando os estuvisteis gritando y tú le dijiste <<llévate a tu Marina>> y él te respondió <<y tú a tu "amado" David>>. Se le notaba un montón que estaba celoso de David. –rieron ella y Nadia.

Secretos y Mentiras (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora