17 Su cumpleaños

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Como todas las mañanas, Nadia y Virginia habían pasado a recogerme a mi casa para ir al instituto y ya me encontraba en el instituto, en la clase de Lengua inglesa. Javi sentado en el otro lado del aula, con ese chico, Sergio.

Para ser sincera, una parte de mí esperaba que hoy fuera todo diferente. hoy era 12 de noviembre, el cumpleaños de Javi y pensaba que estaría animado, sonriente... Creí que dejaría su orgullo por algún lugar aparcado, por lo menos durante éste día, pero no había hecho nada de eso. Había entrado al aula, miró un poco alrededor, evitó mi mirada y fue directo hacia su sitio.

Algunos compañeros habían comenzado a levantarse para felicitarlo, y al final toda la clase, incluido el profesor lo felicitó. Hasta Virginia se levantó, todos menos yo. No sé si se daría cuenta, de que no fui a felicitarlo, pero en ningún momento miró hacia donde yo estaba sentada.

–Uf, estaba deseando que terminara ya la clase de Matemáticas, porque tengo un hambre... –le confesé a Virginia mientras nos dirigíamos hasta la cantina.

–Sí, yo también. Además así veré a mi Alex. –sonrió –Por cierto, hoy me volveré a sentar con él, en su mesa, porque como es el cumpleaños de Javi y eso...

–Sí, OK, no te preocupes. –me mostré indiferente.

–Y hablando de eso... ¿por qué no fuiste a felicitar a Javi hoy, en la primera hora?

–Había demasiada gente. No quise agobiarlo. Además, ni siquiera me miró ni nada, a lo mejor no quiere ni que lo felicite.

–Veronika, igual estás siendo demasiado rencorosa y orgullosa. A veces alguien tiene que ceder y créeme, que a todo el mundo, en el día de su cumpleaños, le agrada recibir felicitaciones.

–Pero tengo que ser yo la que ceda, ¿no?

–No ceder en hablar, ni pedir disculpas por nada, porque tú no has hecho nada malo, pero felicítale Veronika, eso sí que lo deberías de hacer.

–Tranquila, tenía pensado hacerlo hoy en el Recreo.

Asintió con otra sonrisa.

–Nadia, crees que debo acercarme y felicitarlo ahora. Acaba de terminar de comer. –le pregunté indecisa.

–Pues... –Nadia se dio la vuelta para mirar hacia su mesa, después me miró a mí y entonces contestó –Sí, pienso que es el momento adecuado. Ve ahora, cuanto antes lo hagas, antes te quitarás el peso que llevas encima. Y el miedo también.

–¿Qué miedo? –me sorprendí de forma irónica.

–El que sientes toda esta semana por éste día. –rió conmigo.

Me levanté de mi silla y se me formó un nudo en el estómago. La boca se me quedó seca y pude escuchar a mi corazón latir velozmente.

Di el primer paso y parece ser que ese movimiento fue desastroso para mi cuerpo, porque se me quedó la mente en blanco.

<<Por favor papá, ayúdame, estés donde estés>>.

Llegué a la mesa. Miré a Viky y ella me devolvió la mirada. Me sonrió al darse cuenta de mi situación y se apiadó de mí.

–Ah Veronika, el sábado no voy a poder ir con vosotras a la fiesta, es que no me acordaba de que había quedado con Alex para ir al cine... Lo siento. – inventó Virginia en cuestión de segundos, o puede que ya lo tuviera pensado por si mi fuerza de voluntad flojeaba.

–Ah, bueno... Ok, yo le avisaré que no vas a ir, no te preocupes. –le seguí la mentira.

–Ok, lo siento mucho de verdad, me apetecía ir.

Secretos y Mentiras (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora