36 Cuando la realidad te da en plena cara

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La siguiente semana la pasé encerrada en mi cuarto, estudiando para Selectividad. De vez en cuando me mandaba algunos mensajes con Viky, a través de Facebook, para darnos ánimo mutuamente.

Cada vez que me conectaba a esta red social intentaba hacer caso omiso de las fotos que Viky había ido echando con su móvil en los cumpleaños, otras fiestas... porque no quería desconcentrarme y volver a ponerme triste y melancólica.
Vi una publicación de Michelle en la que decía que pasaría el verano en Berlín con su novio... Su novio. Michelle por fin había dejado de tener "amigos" para declarar abiertamente por una red social que tenía novio. Me daba cuenta de que hace no mucho tiempo habíamos sido inseparables las tres, y ahora no sabía nada de su vida, ni de la de Brandy.
Miré el perfil de Brandy, comprobé que mantenía una relación sentimental con Dominik. Tanto tiempo dándose rodeos y finalmente estaban juntos. Sonreí en mi fuero interno, por saber que mis amigas seguían con sus vidas y que eran felices. Me hubiera gustado hablarles de Javi, de cuando perdí mi virginidad con él... Esa noche... me sacó una gran sonrisa el recordar esa noche.

Ayer había vuelto a la casa de Javi, quise estudiar para la Selectividad con sus apuntes y su madre me ofreció llevarme todo lo que quisiera de él, aparte de los apuntes. Cogí la chaqueta del chándal azul, que he llevado puesta desde entonces; su colonia, un disco viejo de Melendi que tenía puesto en su equipo de música. Y cuando me despedí para volver a mi casa, Jessica llegó en ese mismo instante, bajó del coche de su padre y sacó de su mochila una foto de Javi plastificada, <<Para que perdure... y no se moje>> había dicho ella, con una mueca al decir la parte final.

Mientras Melendi y sus primeras canciones, eran lo único que sonaba en mi cabeza, mi cuello olía a One Million. Estaba echada sobre mi cama, con la chaqueta de Javi abrazándome y su foto mirándome. En ella, Javi estaba sonriendo, con esa sonrisa completa, donde mostraba su perfecta y blanca dentadura. Lo habían inmortalizado seguramente en un momento de pura diversión y felicidad. Llevaba puesta una chaqueta de cuero con unos vaqueros, el pelo desaliñado, y cómo no, sus manos metidas en los bolsillos.

Miraba y miraba la foto, y lo único que podía hacer era sonreír. Al principio lloré, pero estaba plastificada, así que no le pasó nada. Estaba tan concentrada en sus líneas de expresión, en su agradable sonrisa... que no me percaté de que tenía visita en mi habitación.

–¿Vera? –me llamó Viky desde la puerta de mi habitación.

–Sí, estoy aquí. –me incorporé en la cama y limpié las lágrimas con mis manos, llevando cuidado de no manchar la chaqueta azul.

–¿Cómo llevas... la Selectividad? –cambió su pregunta en el último momento, al darse cuenta de que había estado llorando un poco.

–Bien, pero cansada de estudiar decidí acostarme un rato. –me encogí ligeramente de hombros.

–¿A qué huele? –inspiró Viky el ambiente, con una sonrisa.

–A One Million. Era el perfume que usaba Javi.

–Sí, tienes razón, huele a él. –sonrió Viky.

–Sí. –coincidí con ella, devolviéndole la sonrisa.

–Sólo pasaba para saludarte y para desearte suerte en esta semana que empieza Selectividad.

–Gracias. Suerte para ti también. –le agradecí.

Viky se quedó mirando la chaqueta de Javi, la que había estado sobre mí, pero que a su llegada había dejado en un lado de mi cama.

–Creo que nos veremos en algunos exámenes. –comentó indiferente a la reacción que había tenido al ver la chaqueta de Javi. –Porque las listas van de la "A" a la "L", y de la "M a la Z".

Secretos y Mentiras (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora