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Las porristas no podían ir al partido de los chicos porque están en una competencia así que Emma y yo decidimos vestirnos con camisetas del equipo.

Salimos a las 3:00 al partido para llegar temprano y sentarnos adelante, durante todo el viaje no dejamos de hablar de lo increíble que la pasábamos con Gael y Louis. Zaid, Emma y yo nos fuimos juntos porque los chicos tenían que irse con el equipo en el bus escolar.

La Universidad de Virginia es increíblemente hermosa, esta era la primera vez que estábamos ahí. Zaid y yo siempre hemos tenido esa universidad entre las dos opciones que escogimos para estudiar, aunque sabemos que nos es fácil entrar. Siempre nos ha gustado esta Universidad después de la Universidad de Carolina del Norte claro está, desde que entramos a noveno grado hemos estado estudiando más para tener un buen promedio que nos ayude a entrar en alguna de estas dos universidades y gracias a los libros que nos ha prestado mi madre nos hemos estado preparando en algunas carreras de la Universidad de Virginia, aun nos falta un año para terminar el instituto, pero aun así queremos estar preparados desde ahora.

Entramos al campo y los chicos ya estaban en la cancha. Nos sentamos en las primeras filas para ver mejor el partido.

El partido estuvo un poco difícil porque los jugadores del equipo rival jugaban muy bien y no se dejaban quitar el balón, después de hacer fuerza para que nuestro equipo ganara el partido finalizó y los equipos quedaron empatados 2 a 2.

Nos acercamos a donde estaban Gael y Louis para saludarlos.

– Hola chicos –digo mientras los saludo dándoles un beso en la mejilla.

– Hola –dice Gael y Louis al tiempo.

– Jugaron muy bien los felicito –dice Zaid.

– ¿Y qué haremos ahora? –pregunta Gael.

– Entremos a la Universidad para ver cómo es por dentro –sugiere Louis.

– Pero después vamos por comida –dice Emma.

Entramos a la Universidad sin que nos viera el vigilante por el pasillo que da a los salones de clases. Todo era hermoso, era tan increíble esa Universidad, corríamos como niños pequeños por todos los pasillos. De último llegamos a las habitaciones. Zaid y Gael se unieron para encerrarme con Louis en una de las habitaciones, pero ellos no se dieron cuenta que a los que habían encerrado eran a Louis con Emma porque yo había ido al baño, al llegar donde ellos se sorprendieron al verme y en el silencio que nos invadió solo se escuchaban los gritos de Emma.

– ¿Emma por qué está gritando? –pregunto asustada.

– La encerramos en una de las habitaciones con Louis pensando que eras tú y seguro se asustó cuando se cerró la puerta –dice Gael riéndose.

– ¿Y por qué me iban a encerrar ahí? –les preguntó alzando las cejas.

– Para molestarte con Louis –dice Zaid riéndose.

– Eso no es gracioso chicos y abran ya esa puerta antes de que Emma se vuelva loca y tire de ella –digo con una carcajada.

– ¿Por qué me encerraron aquí? –pregunta Emma.

– Íbamos a encerrar a Max y te confundimos con ella –dice Gael riéndose.

Salimos de la universidad y fuimos por comida al lugar más cercano.

Los cinco nos regresamos en el carro de Zaid. Durante todo el regreso a casa íbamos cantando como locos.

Emma se quedó en mi casa porque su madre estaba en un viaje de negocios en Boston.

– Oye, Zaid no te ha dicho nada del por qué Gael y Louis vinieron esa noche a casa con nosotros –le pregunto a Emma mientras arreglamos las camas para acostarnos.

– Me dijo que está tratando de averiguar, pero que no sabe cómo preguntarle a Gael porque no quiere que piense que tú le mandaste a preguntar.

– ¿Cuándo te dijo eso?

– Esta mañana antes que pasáramos por ti.

La semana se había pasado super rápido ya era sábado por la noche y Zaid con Emma estaban en mi casa para quedarse a dormir conmigo porque habíamos quedado con Louis y Gael en ir mañana a playa en Malibú y para no irnos tarde decidimos que se quedarían en mi casa y así evitábamos que los chicos pasaran por cada uno.

Salimos a las cinco de la mañana para así llegar temprano y disfrutar más. Louis y Gael llegaron a mi casa para irnos los cinco en el carro de Louis, durante todo el camino Emma y yo nos quedamos dormida hasta llegar a Malibú.

Durante todo este tiempo los cinco nos habíamos hecho buenos amigos a pesar de gustarme Louis trataba de no hacerlo tan obvio para que nuestra amistad no se viera afectada.

Era la primera vez que estaba en Malibú, parecía un sueño y todo era tan maravilloso. Al ponernos los vestidos de baño nos tomamos algunas fotos para subirlas en nuestras redes sociales y presumir que estábamos en Malibú. Creo que después de haber estado tanto tiempo con Louis y Gael nos habíamos vuelto un poco más populares pues ya teníamos la mayoría de los ojos de los estudiantes del instituto sobre nosotros, aunque Zaid, Emma y yo nos cuidábamos mucho de eso.

Pasamos casi todo el día en el agua disfrutándola tanto así que no comíamos casi nada por volver a ella, parecíamos niños jugando y brincando por toda la playa. Regresamos a las seis a casa porque teníamos clase mañana y no podíamos faltar.

Mi único y verdadero amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora