Mi único y verdadero amor

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Eran las cinco y el avión salía en 15 minutos y Gael con Mia no habían llegado, tanto Emma como Zaid estaban preocupados ya que no respondían las llamadas ni los mensajes. Zaid pidió un taxi para ir a buscarlos y así no perder el avión.

– No vayas Zaid, Gael ya me está llamando –dijo Emma.

Realmente estábamos tan preocupados porque no llegaban y no tanto por perder el vuelo sino por pensar que les había pasado algo.

– ¿Qué pasó Emm? –pregunté en un susurro.

– Si ya vienen. Están retrasados porque Mia se quedó dormida –dijo Emma riéndose.

Mia y Gael llegaron en 10 minutos y por poco perdimos el vuelo. Mientras llegaban recorrimos el aeropuerto para hacer tiempo y esperar a los chicos.

– Amor casi los deja el avión tuvimos que hacer tiempo para que eso no pasara –le dijo Emma a Gael mientras terminábamos de hacer la fila para ir al avión.

Al subir al avión Emma se sentó conmigo para no sentirme sola, a pesar de que su hermano se sentiría a mi lado ella sabía que la necesitaba conmigo.

Durante todo el viaje no dejé de pensar en Louis y aunque sabía que eso me hacía daño no podía evitarlo, estaba tan ilusionada de estar con él durante todo el viaje.

Llegamos al aeropuerto de Bogotá y los chicos estaban tan emocionados por bajar del avión para conocer la ciudad. Zaid, Edd y Gael cargaron la mayoría de las maletas hasta la salida del aeropuerto, al salir estaba mi abuelo esperándonos para llevarnos a casa. Tardaríamos en llegar media hora ya que la casa de mis abuelos queda en las afueras de la ciudad. En todo el camino los chicos estaban encantados de todo lo que veían.

– Chicos ya estamos llegando –dije emocionada– así que no se desesperen.

– Ojalá Max porque ya me duelen las nalgas de tanto estar sentado –dijo Zaid riéndose.

– Exageras Zaid –dije.

Mi abuela estaba afuera de la casa esperándonos para darles la bienvenida a los chicos.

– Hola abuela –dije mientras corría a sus brazos –te extrañaba mucho–.

– Hola mi amor, yo igual –dijo dándome un beso en la mejilla.

No sabía lo mucho que extrañaba a mi abuela hasta que la vi. Después de que nos radicáramos en Estados Unidos mi madre y yo no habíamos vuelto mas a Colombia por su trabajo y mi abuela había ido solo dos veces a visitarnos por cuestiones de su trabajo.

– Abuela estos son mis amigos –dije presentándolos uno por uno.

Toda la tarde la pasamos desempacando las maletas e instalándonos en la casa.

Decidimos no salir esa noche para descansar y esperar a que llegara mi prima de Valledupar para que nos mostrara mejor la ciudad.

Llegaron las cinco y estaba por llegar mi prima así que me arreglé para esperarla.

– Chicos esta es mi prima Cloe –dije mientras la saludaba.

El fin de semana la pasamos conociendo la ciudad y enseñándole a los chicos a que se defendieran un poco hablando español. Poco era el tiempo que hablábamos a Estados Unidos por pasar en la ciudad conociéndola.

Había pasado la primera semana de nuestra llegada a Colombia y ya conocíamos toda la ciudad.

Era martes por la tarde y estábamos en el club de mi abuela nadando en las piscinas, la mayor parte de los días la pasábamos aquí relajándonos.