Capítulo 9*

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Capítulo censurado/incompleto.

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Capítulo 9


Shion daba la impresión de ser gigante, más de lo habitual. Mi corazón golpeaba muy fuerte contra el pecho, dolía. Traté de buscar una forma de escape, alguna excusa, pero era inútil. De todas las reglas que podría haber roto esa había sido la peor.

El Patriarca se adelantó unos pasos; estaba tan aterrado que no quería mirarlo. En mi mente imaginaba castigos innumerables.

—¿Se puede saber qué estaban haciendo?

Por nada del mundo iba a despegar la vista del piso. Las piernas me temblaban y sentía ganas de llorar; ya me esperaba un golpe o algo semejante. Tenía el estómago revuelto, como si estuviera a punto de vomitar.

—¿Ninguno piensa responderme? —preguntó de nuevo.

No tenía idea de qué decirle. Nos había encontrado en medio de algo prohibido y a tan corta edad; lo menos que podía hacer era castigarnos por un año como mínimo.

—Shaka, esperame en la casa de Virgo —le dijo—. Voy a hablar con vos en cuanto termine con mi discípulo.

Vi a mi amigo hacer una reverencia y luego irse a toda prisa. Entonces se me cruzó por la mente que esa podría ser la última vez que lo viera. Sentí terror, especialmente cuando crucé miradas con Shion: su cara seria parecía más arrugada que de costumbre.

Sin decir nada se sentó en la silla frente al escritorio, sobre el que dejó su casco. Se presionó el puente de la nariz con un suspiro pesado. Ya no solo tenía miedo, sino que también sentí tristeza por haber decepcionado a mi maestro.

—Mis sospechas resultaron ser ciertas —dijo para luego mirarme.

Una sensación fría me recorrió la columna de arriba abajo. Creí que me haría pis en cualquier momento. Shion me hizo señas de que me acercara. Tragué saliva y caminé hacia él con la impresión de que me caería.

—No tiembles, Mu —dijo con una mano en mi espalda—. No estoy enojado, solamente... me preocupa.

Separé los labios para preguntar por qué, pero no tenía fuerzas para hablar. Tras soltar otro suspiro Shion continuó:

—Lo supe hace mucho. Sabía de tus sentimientos por Shaka, pero no pensé que... —Arrugó la frente— Mu, no te prohíbo querer a Shaka, pero debo advertirte que para los santos de Athena no es sencillo querer a alguien que no sea nuestra diosa.

—¿P-por... qué? —pregunté.

—¿Te acordás cómo te sentiste cuando lo lastimaron en aquella misión? —Asentí— Ese tipo de cosas son comunes para los santos. No creo que quieras volver a sentirte así o que él experimente lo mismo, ¿o me equivoco?

Bajé la mirada lentamente. Shion me agarró por los costados y me sentó sobre su regazo.

—No voy a castigarlos, aunque no entiendo cómo se les ocurrió hacer eso que es para gente más grande.

La cara me ardía porque recordé lo que había visto aquella noche en el bosque.

—Mu, debe haber cosas que te hagan sentir raro; no sabés si te gustan o te desagradan, te llaman la atención y querés saber de qué se tratan. Pero si te hacen sentir así es porque no deberían pasar. Hay un tiempo para todo. Tal vez cuando seas mayor puedas descubrirlas y entenderlas. ¿Está bien?

Una cicatriz dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora