Sentimientos, hay miles de ellos. Sentimientos de dolor, de tristeza, de soledad, de decepción, de alegría, de amor, de emoción, todos tan intensos que siempre terminan haciéndonos daño. Hasta cierto punto somos como una caja de cristal guardamos y...
Ya habían pasado horas de que volví de la Universidad, ahora me encontraba recostada en mí cama,pensando en lo que había pasado hoy.
Hoy no fue un gran día para mí, creo que hace mucho tiempo nada fue bueno para mí.
La clase de hoy fue algo inspiradora, nos estuvieron enseñando a identificar las emociones en diferentes canciones, algo bueno diría. Si no fuera porque al segundo de que el profesor terminara la explicación, me vinieran a molestar los chicos de siempre.
*Flashback*
-Repasen lo recién explicado y escriban que es lo que identificaron en la canción reciente, cuando terminen me avisan- dijo el profesor sentándose en su escritorio, mientras revisaba unos papeles.
Comencé a anotar en mí cuadernillo, me encontraba sentada en la parte de atrás de todo, como siempre me encontraba sola, ya había pasado tiempo de que entre a la Universidad y aún no lograba simpatizar con nadie.
Ya estaba terminando de escribir, en cuanto note que alguien se sentó al lado mío, me paralize por un momento y me gire a mirar para ver de quién se trataba.
-¿Ya la tienes?- dijo un chico pelinegro de tez pálida mirándome fijamente.
Se trataba de Paul, el peor de todos diría yo, no había día en el que no me molestará.
Lo mire y volteé la mirada rápidamente, no podía mantener el contacto visual con el, era algo intimidante.
-Te hice una pregunta peste, contestame- me dijo
Ese sobrenombre lo odiaba, era como el me llamaba siempre que se dirigía hacia mí.
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-No, no la tengo, vete- dije seriamente y comenzando a morderme las uñas.
-¿Que no la tienes? ¿Y que es todo esto entonces?- dijo Paul agarrando mí cuaderno.
-Deja eso, es mío- dije mientras trataba de quitárselo de las manos, intento fallido.
-Acaso no te enseñaron a qué hay que compartir rubia- dijo sonriendo de lado con malicia.
-bueno, ya tenemos las respuestas- dijo otro chico que se acercaba agarrando también mí cuadernillo, se trataba de John.
-Dejenme en paz, y devuelvanme mí cuaderno- dije ya sin paciencia mirándolos a ambos.
-Mira la cara que trae- le dijo John mirando a Paul comenzandose a reír.
-No te enojes peste- dijo Paul pasando su mano acariciando mi pelo.
No lo soportaba más, lo odiaba.
-Eres un imbecil- dije sería y sacando su mano bruscamente.
Se escuchaban unas risas femeninas por al lado mío.
