NARRA IAN:
•MARTES 23 DE FEBRERO•
Habían pasado unas horas de que había por fin terminado mí día de limpieza en la universidad, por suerte hoy no hubo tanto desastre como días atras, especialmente en los baños.
Tanta educación, tanta gente de gran cantidad de dinero, y aún así no sabían mantener el orden en lugares públicos.
–Puta madre Ian, desde cuando te importa tanto el orden– susurré para mí mismo.
Y ahora me encontraba en mí casa, solo, como la gran parte de el tiempo.
Prendí un rato la televisión, necesitaba distraerme con algo, puse un canal en el que estaban pasando una película, la conocía y ya la había visto varias veces aún así era una buena película de acción.
Me quedé sentado mirándola por un rato, luego me levanté y fui en busca de alguna lata de cerveza que aún quedaba en la heladera.
Saque la lata y me dirigí hacía dónde se encontraba el televisor, abrí por la parte superior la lata con mis dedos y me senté en el sillón a seguir viendo tal película.
Tomé unos largos sorbos, en cuanto comienza a sonar mí celular marcando que tenía nuevos mensajes.
No le di importancia, realmente hoy estaba algo agotado, está semana terminaría de pagar por completo el vidrio roto de aquella vez.
Quien iba a pensar que en dos semanas, todos los días exceptuando los sábados, terminaría por fin de pagar ese jodido vidrio, ventana o como quiera que sea.
Realmente ese vidrio vale más que mí propia casa -pense irónicamente-
Me decidí en levantarme de el sillón, después de terminarme aquella lata de cerveza, fui hacia mí pieza a echarme un rato una pequeña siesta, necesitaba recostarme, aún no me acostumbraba a levantarme tan temprano estos días.
___________________________________–Arriba– oí la voz de una mujer, me resultaba conocida, pero no lograba identificarla y creía que sería solo un sueño.
Aún con los ojos cerrados, sentí a alguien darme pequeños empujoncitos en el hombro, así logrando despertarme y reaccionar ante lo que estaba sucediendo.
Me gire a verla y aún no lo creía.
–Levantate, tengo que avisarte de algo importante– dijo aquella mujer
–Te acordaste– dije y al final di una risa leve
–¿De que hablas?–
–Recordaste que tienes un hijo– hice una pausa y suspire. –¿Que es lo que quieres?– dije levantandome de la cama quedando sentado sobre está.
–¿Porque crees que te voy a pedir algo?–
–¿No es así?– pregunté con el seño fruncido.
Mí madre dio un gran respiro y contestó
–Bueno, yendo al punto– hizo una pausa. –Este viernes quiero que vengas a cenar con nosotros, Robert quiere conocerte–
–Asi que Robert es su nombre, vaya nombre que se carga– di una leve risa sarcástica.
–Tienes que venir– dijo mí madre
–Cuanto tiempo ha pasado desde que me invitas a ir a algún lugar juntos– la mire y volteé la mirada.
Era muy obvio jamás había salido con mí madre a ningún lugar juntos, exceptuando la vez que me trajo a la vida -pense y reí por esa tontería-
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~•Feelings• ~
RomanceSentimientos, hay miles de ellos. Sentimientos de dolor, de tristeza, de soledad, de decepción, de alegría, de amor, de emoción, todos tan intensos que siempre terminan haciéndonos daño. Hasta cierto punto somos como una caja de cristal guardamos y...