~5~

428 58 62
                                    

Quedaban pocos minutos para tener que encontrarse según la nota de Ran, en el que tenía que ir si o si porque era necesario que él estuviera para aclarar las cosas.

Al casi llegar, volvió a ver la misma escena con la que se encontró la primera vez en verlos juntos, ambos pareciendo tranquilos y disfrutando de la compañía mutua, los celos volvieron a avivar su ira contra el chico, avanzando rápido para que notarán su presencia.

—Se llevan muy bien —hablo con voz alta, no pudo evitar mirar al otro con molestia.

—Shinichi, es imposible no tener una sonrisa con él, es divertido

—Esa es mi meta, Mouri-san, Kudo-kun —ante el último, a propósito hizo que pareciera más cercano.

—Kudo está bien, lo haces sonar como si fuera un niño

—Entonces, ya que Kudo llegó, vamos a un lugar donde podamos hablar. Síganme —comenzó a caminar siendo seguido por los dos que se quedaron atrás aún sin hablar entre ellos.

Pensó que sería más llevadero la caminata, parece que la presencia de Kuroba era un impedimento para ellos, ya que no se atrevían a hablar.

—Creo que seria buen momento para explicar lo que sucede, empezando por si realmente son novios

Ran vio de reojo, como pidiendo permiso, la complicidad que tienen le sorprendente, pero supone que es por la actitud de ambos la que hace que sean compatibles.

—Si así fuera, ¿qué pasaría? —se acerco y coloco su brazo alrededor de sus hombros— ¿Celoso? —susurro demasiado cerca para su gusto.

El cosquilleo de familiaridad seguía persistiendo, pero dudaba de ello y lo ignoraba, haciendo lo mismo con la actitud de Kaito.

—No daré una respuesta a eso, solo dímelo —quito el brazo encima suyo, si continuaba tratándolo de esa manera juraba que seria capaz de golpearlo.

—Pues para tu información ya llegamos —señalo el lugar, extrañando a los otros pensando que irían a un punto mas privado para conversar.

A pesar de eso, la chica entro siendo seguida por el detective, al entrar noto como la señora saludo al chico con alegría, al parecer frecuentaba el local. Se sentaron en una mesa apartada y pidieron un té, café y chocolate caliente, disfrutando un momento de la comodidad que sentían, siendo el primero en romperlo el mas interesado por el tema.

—¿Podemos empezar ya?

—Bien, bien, tienes urgencia en saberlo, pero ya te dije que no depende de mi. No la apures —volvió a tomar su taza, mostrando tranquilidad a pesar de todo.

Volteo a mirar a la chica, jugaba con su taza aun llena de té, tal vez buscando las palabras que decir.

Ante esa vista no pudo decir nada, solo darle el tiempo que el otro menciono, uno estaba en su mundo pensando las palabras y el otro disfrutando de su bebida caliente, mientas que él no sabia que hacer o decir.

Vio al frente buscando ver que clase de chico podría ser el que tenía delante, él noto su mirada: azul e índigo se encontraron, las comisuras de la boca de Kaito se curvaron y se levanto, llevándose consigo a su idéntico en el proceso.

—Iremos a echar un vistazo a las muestras de comida y ver que pedimos, tu espera aquí —agarrándolo por los hombros, lo arrastro hacia el lugar de los postres.

—¿Qué quieres ahora? Ni siquiera me gustan los dulces

—Con razón tienes esa actitud tan amargada, pero no era eso de lo que quería hablar, quería decirte que dejaras de lado tu modo detective por el momento. No estás en un caso de asesinato ni otra cosa relacionada, hablamos de tu amiga que ha pasado la gran mayoría de la vida a tu lado, aquí no hay misterio que resolver, solo tienes que escucharla y comprenderla, para que estés más seguro y menos inquieto, no, no somos novios

¿Porqué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora