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—Kudo, ¿podrías dejar de hacer eso? 

 —¿El qué? 

 —Tus dedos, mantenlos quietos 

 Haibara veía desde su asiento como el nerviosismo se apoderaba del detective, mirando la pantalla de su celular a cada segundo, esperando respuesta del otro lado y aun tamborileando sus dedos a pesar del aviso.Derrotada fue a buscar un té, el café solo sería peor para su sistema, con taza en mano le entregó el líquido, tan metido estaba en su mente que lo aceptó y bebió sin problema. Sofoco su risa con su propia taza, volviendo a su puesto. 

 —Pareciera que tú vas a la misión en vez de él, irradiaba tranquilidad y confianza. ¿Intercambiaron papeles? 

 —Cualquier cosa puede pasar en ese sitio, si ocurre algo no podremos ayudarlo 

 —Sabrá manejarlo, ha entrenado. Bajo tu supervisión, ¿crees que no está listo? 

 —No dudo de él, sino de los que pueden hacerle daño. Un grito de sorpresa del detective la alertó, se acercó para sentarse a su lado y se pegó a su costado.

 —Kaito ¿estás bien? 

Un golpe en el micrófono 

—Bien, ¿has encontrado algo? 

Dos golpes 

—Debería haber algo en el siguiente pasillo, tercera puerta a la derecha 

—Necesitas una tarjeta, ¿la tienes? —preguntó Haibara, viendo los planos. 

 Un golpe y una puerta abriéndose fue la respuesta. 

—¿Dónde la consiguió? 

—Probablemente de alguien que estaba por ahí, su seguridad no es la mejor si tenemos incluso sus planos, ¿sabes? —Conan la miró divertido ante su pregunta. 

—No hay nada —la voz de Kaito se escuchó irritada. 

—Tal vez lo tengan guardado en la base de datos, no sería raro 

El ladrón miró la sala, era la cuarta en la que entraba y solo había documentos sin importancia. Volvió a preguntar sobre el edificio y los lugares que podrían ser de interés mientras miraba cada lugar más a fondo, pero la seguridad era más estricta, lo cual deberá ser cuidadoso. 

—No creo que haya-...— se detuvo al notar un portátil guardado en un cajón, lo saco e inmediatamente lo abrió para revisar.Coloco un USB que tenía de antemano, miro cada cosa y paro en una en específico. 

—Esto es... 

Era un plano sobre el último show de magia que hizo su padre, con los trucos al detalle y palabras sobrepuestas que indicaban cómo hacer que fallara a propósito. Sintió como su temperatura bajaba con la revelación de información que seguía, su corazón lo escuchó en sus oídos, bloqueando el ruido exterior.

—Bastardos —murmuró con odio, cerró sus manos y golpeó con su puño la mesa, sin poder refrenar su resentimiento. 

 —¿Kaito? ¿Todo bien? 

Decidió callar, estaba seguro de que no aguantaría soltar todo lo que tenía que decir. 

En la pantalla saltó una alerta de seguridad, se apagó por completo junto a las luces que alumbraban la habitación, quedando a oscuras. Intento usar su comunicador, obteniendo solo estática junto a un mal presentimiento. 

—Rayos, no hay tiempoSe pegó a la pared intentando escuchar si había alguien cerca, abrió lentamente la puerta y salió encontrando la misma oscuridad que antes, tanteo el muro y volvió por dónde llegó, teniendo en su mente ya memorizada el camino. 

¿Porqué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora