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Iba caminando contra la gente que golpeaba de vez en cuando, los mensajes y llamadas seguían entrando a su móvil sin parar, tuvo que apurar el paso hacía donde estacionó el auto para llegar al lugar en el que estaban madre e hijo.

Envío un mensaje para notificar su llegada y que no se preocupara, estacionó cerca del edificio y bajo del vehículo para seguidamente caminar hacia el joven.

—¿Joven amo? —dudo en llamarlo al verlo con una capucha y solo alumbrado por la luz de su móvil.

—Se supone que no debes dejarla sola y mantenerla vigilada —no le miro, su voz sonó plana, sin ninguna emoción.

—Le mandé un mensaje

—Que si no fuera por ver canales al azar no me hubiera dado cuenta —guardo en su bolsillo el celular y está vez le dirigió la mirada.

—No podía contactarlo, no creí que habría peligro si me apresuraba

—En ese caso, manda a Aoko, Akako, incluso Hakuba, da igual mientras estén aquí

—No puedo importunarles a estas horas, tienen sus asuntos

—Entonces no tenías que ir a ese atraco, lo más importante es su seguridad

—Si es lo que quiere, tendré que pedirle un favor —interpretó su silencio a que podía continuar— Vuelva a su lugar como ladrón fantasma

—Ni hablar —no dudo ni un segundo en decir su respuesta, caminando y pasando por un lado del mayor.

Antes de se fuera lo tomo del brazo, tratando de pensar en algo para mantener el legado que dejó su anterior maestro, no había realmente algo de peso, incluso era mala idea el seguir cuando ya estaba la mujer hospitalizada a causa de esos hombres, en ese caso...

—Hagamos un trato —no quería que el trabajo quedará incompleto cuando Toichi Kuroba dió su vida por eso— Cinco, si en cinco robos la gema no aparece, no insistiré más

—Jaja —una risa sarcástica salió de su boca, para después mover su visión y mirar con ojos sin vida al hombre— ¿No entiendes? Debe ser una leyenda lo que ellos están buscando, tantos años y, aún así, ni ellos ni nosotros tenemos una pista de donde puede estar esa maldita gema de la inmortalidad. Apuesto que incluso no es como la describen y realmente tiene una maldición, no pondré mi vida en juego como lo hizo mi padre, ya no quiero perder a alguien otra vez —se soltó del agarre para irse del lugar.

—Dicen que es probable que en unos días le den de alta y que podría regresar a casa —comento, observo como detuvo su andar por unos segundos, no hablo y siguió hasta perderse de vista.

Suspiró y se restregó el rostro, no paso un día y ya estaba todo de cabeza, esperaba que al menos ella no hubiera olvidado del todo a su actual joven amo, volvió a su auto y rezó en su corazón para que se resolviera, aunque sea en parte toda la desgracia de ese día para el mago.

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No estaba, miro alrededor para confirmarlo, en vano cuando no lo reconoció entre todos los estudiantes que paseaban, Kuroba siempre era el primero en estar adentro aún si no era hora, se sentó en su lugar y espero el momento en que el detective pasa por la puerta para molestarlos.

—¡Kuroba, que...! —calló al ver solo a la chica, quien le hizo una seña para que se acercará.

—No llegó, y no, no tengo idea de donde este —respondió antes de que le preguntara.

—¿No vino a clase?

—Lo sé, es raro hasta para él, algo debe haber pasado —pensó en si llamarlo, lo descarto, si no estaba ahí es probable que se haya encerrado y apagado todo para que no lo molestaran.

—Ella es la única quien puede decirnos algo

Asintió la bruja al entender sus palabras.

—¿Tu o yo?

—...Piedra, papel o tijeras

Después de dos rondas, la chica salió ganadora con una sonrisa de superioridad, el británico saco su celular molesto, no es que no quisiera llamar, odiaba perder contra Akako.

Dos timbres pasaron y escucho la voz al otro lado, pregunto sobre la situación, teniendo los puntos clave del por que no fue Kaito.

¿No está con ustedes?su voz tembló, eso era nuevo en su comportamiento, naturalmente le dejaban tiempo a solas, pero eso excedía el límite de su preocupación.

Ambos se miraron, sabiendo por sus palabras que tampoco estaba en su hogar.

—Lo lamento Nakamori-san, por eso te llamamos, creímos que estaba en su casa

¿Akako está contigo?lo cambio a altavoz.

—Aquí estoy Aoko-san

¿De verdad...no lo han visto?

—Buscaremos por la universidad, puede que esté en algún rincón —hablo rápidamente para minimizar su angustia.

Por favor, se los pido

Se despidieron y cortaron la llamada.

—¿Por qué le dijiste eso? Sabes que aparte del salón donde tiene clases no hay otro lugar en el que pueda estar

—¿No notaste el tono en el que lo dijo? Utiliza tu razonamiento, tampoco perdemos nada intentando

—¿Nos saltaremos las clases?

Rodo los ojos ante la obviedad de la pregunta, guardo sus cosas y salió, seguida del chico quien se apresuro a seguirle el paso.

La universidad no podía considerarse grande, pero tampoco era pequeña, cada rincón tenía una distancia considerable de las otras, por lo que no era una tarea sencilla ir a todos lados, al final decidieron repartirse las áreas para tener menos lugares que revisar, buscaron y preguntaron a las personas sin tener el resultado que querían.

—Te lo dije. Ya es tarde, no podemos hacer mucho más

—... ¿Es malo tener una vana esperanza? —pregunto al aire.

Se mordió sus labios por la ira e impotencia, tenía razón, no hay mucho que hacer.... para los humanos, abrió sus ojos con resolución y corrió hacia la universidad.

—¡Oye! ¡¿Qué harás?! —le gritó y vio como giraba su cabeza para responderle.

—¡Mi especialidad!

Puede que sea riesgoso de su parte, pero de eso se preocuparía cuando hablara con el responsable de hacerla usar sus poderes, definitivamente debía encontrarlo y decirle unas cuantas cosas.
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Hola :D
Supuestamente tendría que haber subido cap ayer pero
.....no pude, aunque igual está aquí, espero lo sigan disfrutando, por cierto, ¿creen que debería cambiar la sinopsis de la historia, creo que ya no va muy de acuerdo a lo que pasa, eso sería todo, gracias por leer hasta aquí, saludos a todos y love -3-

¿Porqué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora