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El sol estaba sobre su cabeza, a pesar de tener que ser molesto a su persona en realidad era tranquilizante, el aire contornaba su cara y un suspiro de satisfacción salió de sus labios, miro el lugar de encuentro escrito en su celular y confirmó que era el mismo, lo único que podía hacer era esperar y ver quién era la persona que solicito sus servicios.

Akako le prohibió ver los detalles de la chica que aceptó tener un momento con él, al menos agradece que el primer cliente fuera una mujer, ya tenía experiencia con ellas por lo que sus nervios eran menos de los esperados. Se apoyó contra una pared cercana y espero hasta la hora indicada.

—Disculpa, ¿eres Kuroba-kun?— la voz se volvió tímida, temiendo su respuesta.

Volteo su rostro y se encontró con una joven demasiado demasiado parecida a su amiga de la infancia, su cara debió demostrar su sorpresa porque ella también tenía la misma.

—¿Aoko?

—¿Shinichi?

Ambos se apuntaron, no creyendo lo que veían, le tomo unos segundos recordar a Mouri Ran, la hija del detective privado donde residía el pequeño Edogawa, aunque ya no sabía más del tema.

—Ah, perdón, es que se parecía a alguien familiar

—Oh, no se disculpe, yo digo lo mismo, debe ser una casualidad, me presento, soy Mouri Ran, debes ser Kuroba Kaito ¿verdad?— le dio una dulce sonrisa como diciendo que también fue su error.

La tensión por saber de antemano quién era se disipó, sentía que era una chica dulce y comprensiva, entonces él debía ser el caballero que estaba a su lado al menos por ese día.

—Asi es, espero que estés cómoda con mi presencia y puedas divertirte tanto como puedas— tomó su mano y le besó su dorso, haciendo que se sonrojara por la acción de su acompañante.

—Veras, la verdad es la primera vez que hago algo como esto, mi amiga quería que lo intentará y su insistencia no me dejó de otra— junto sus manos en señal de nerviosismo, no paraba de imaginarse que Shinichi era el hombre frente a ella, todo por culpa del físico parecido que tenían.

—Ya veo, para mí es igual, eres la primera persona que me elige para salir juntos, así que no estés nerviosa. Si es demasiado para ti no lo llevaré muy lejos, pero tengo que cumplir con mi propósito ¿vale?— hizo aparecer un dulce y se lo dio.

—No soy una niña— murmuró avergonzada, a pesar de que lo acepto.

—Lo sé, lo sé, pero es delicioso. Es uno de mis favoritos, pruébalo

Lo miro y desenvolvió el dulce, no ocultó su expresión y gusto por el sabor.

—¡Es manzana verde! Pero sabe diferente a las de aquí, más bien... ¡Es mejor que las de aquí!— exclamó emocionada, al parecer ya se ganó un poco a la joven.

—Mi madre lo traía en sus viajes, lamentablemente nunca me dijo donde lo compro, me alegro que te guste tanto como a mí. Ahora, ¿a dónde quieres ir? Te acompañaré hasta que tú lo digas— ofreció su brazo y ella le siguió el juego, con los brazos entrecruzados comenzaron el paseo.

—Oh dios, parece que a Ran le va mejor de lo que pensé, no debo perderlos— hablo para sí misma, antes de poder seguirlos, un mensaje apareció en su celular, notando de quién era, no demoró mucho en escribirle de vuelta —Con eso bastará, jeje, todo va de acuerdo al plan

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—Kuroba-kun, ¿conoces está zona?— pregunto a la vez que compartían una bolsa de frituras.

¿Porqué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora