𝒔𝒄𝒂𝒓𝒔

1.9K 206 43
                                        

*ADVERTENCIA: CONTENIDO DE VIOLENCIA FÍSICA DE MANERA EXPLÍCITA. TENER DISCRECIÓN Y PRECAUCIÓN.

Britania, 437

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Britania, 437.

Era el cumpleaños de Rhiannon. Su hermana menor cumplía nueve años. Era la niña más dulce que ella haya conocido. Era graciosa, creativa, muy inteligente. Adoraban pasar tiempo juntas, cosa que a Mila le molestaba, ya que ella quería ser la favorita de Rhiannon.

Ese día, ambas chicas fueron al mercado. La mayor había conseguido un poco de dinero lo suficiente para hacerle un excelente regalo a Rhiannon, gracias a sus trabajos. Normalmente, su padre se quedaba con su dinero, pero su madre le guardó un poco para esa ocasión especial.

Natalie había trenzado el cabello de su hermana menor con algunos mechones sueltos, mientras ella siempre utilizaba sus típicas dos trenzas juntas en la nuca. Las dos iban tomadas de la mano para que la menor no se perdiera. Rhiannon iba con un vestido celeste y sus zapatos negros brillantes, mientras que Natalie usaba un vestido lila y unas botas café que le permiten moverse con comodidad.

—¡Natalie! —exclamó Maggs al verla, para salir de su puesto y abrazarla— ¡Vaya, niña! ¿Acaso te perdiste? No te había visto desde hace casi treinta días.

—Lo siento, Maggs —se disculpó con una sutil sonrisa—. He estado ocupada ayudando a mi madre y aceptando distintos trabajos. Ya sabes, para poder desarrollarme.

Eso, nuevamente, era una vil mentira.

Ni siquiera podía explicar qué era lo que le habían hecho. Cada vez que volvía a esa día a pensar y pensar... simplemente le daban unas ganas de vomitar, además de un llanto intenso. Diago y Alistair intentaron preguntarle qué había ocurrido que había sido más terrible que los maltratos de su padre, pero no se atrevió a responder. No podía mirar a sus hermanitos a la cara y contestarles el daño que le habían hecho.

Durante esos treinta días, intentó sanarse mentalmente. No quería salir a ninguna parte, mucho menos a trabajar, ganándose severos golpes por su padre, al igual que unas cuantas quemaduras.

Pero, jamás abriría la boca, mucho menos a Maggs. Lo más probable es que Maggs obligaría al pueblo a linchar a su padre, ocasionando el odio profundo y rechazo de su familia por haber expuesto a su padre y sus abusos.

—Ay, chiquilla. Siempre fuiste tan responsable. Tus padres te criaron bien —halagó Maggs, sin saber que eso estaba lejos de ser un cumplido—. Ha sido muy bueno verte, mi niña. Que tengan un lindo día.

—Tú igual, Maggs —sonrió Natalie, para seguir recorriendo el mercado, con su hermana callada a su lado—. ¿No te ha gustado nada de lo que ves, Rhia?

—Hm... aún no —habló, hasta que ahogó un grito, soltando la mano de su hermana para correr hasta un puesto donde habían cosas muy brillantes. Natalie le siguió de inmediato, alcanzándola, viendo que estaba admirando un brazalete que calzaba perfecto—. ¡Mira, Nat! ¡Se parece al que Mila tenía!

𝑫𝒀𝑵𝑨𝑺𝑻𝒀: 𝑇𝐻𝐸 𝑉𝐴𝑀𝑃𝐼𝑅𝐸 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝐸𝑆 | 𝐊.𝐌 / 𝐃.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora