𝒉𝒐𝒎𝒆

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Año 440, d

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Año 440, d.C.

Habían pasado dos años. Dos intensos años. Nathaniel tuvo que acostumbrarse a su nueva vida, mientras entrenaba arduamente junto a su padre para poder asesinar a su hermana; Morgana intentaba llevar una vida tranquila junto a su esposo y el resto de sus hijos; Mila juró a los Dioses asesinar a Natalie una vez la tenga en frente, por haber asesinado a su hermano. La noticia de que Macías había muerto se esparció como enfermedad. Todos mostraron sus condolencias, agregando la trágica situación de perder dos niños seguidamente.

Mila había jurado a los Dioses asesinar a Natalie por una simple razón: no sabían cómo, ni por qué, pero en cuanto Natalie le inyectó su veneno a su hermana, la convirtió en un ejemplar. Mila ahora no podía salir de la casa, estando encerrada en el establo amarrada como un animal. Su padre le había dado la espalda en cuanto se dio cuenta de que intentó alimentarse de él. Ella, triste, intentaba sobrevivir con la sangre de animal que le traían de los venados que cazaban, pero no era suficiente, era asqueroso.

Todos se preguntaban, ¿qué había sido de Natalie? ¿Para dónde fue, si no conoce a nadie más que dentro del pueblo? La respuesta correcta era, que Natalie jamás se había ido. Los estaba observando a todos, absolutamente a todos. Vigilaba los pasos de su padre, los de su hermano, cuidaba a su madre y se burlaba de su hermana. Pero, lo más importante, veía cómo cada mes Rhiannon iba al inicio del bosque junto al resto de sus hermanos –a excepción de Percy–, a dejarle flores donde encontraron el vestido de su hermana. Rhiannon frecuentaba más que sus hermanos mayores, le encantaba ir a ese lugar, sintiendo que tenía una conexión con ella.

—Papá dice que eres un monstruo. Bueno... monstruo o no, yo te sigo amando y extrañando todos los días, hermana —habló la menor, debilitando el frío corazón de Natalie—. Percy ni siquiera es capaz de poder mencionar tu nombre. Diago te extraña mucho, quizás tanto como yo. Beltrán está muy arrepentido por todo lo que sucedió, siempre dice que hubiese deseado haber pasado más tiempo contigo y defenderte, pero que fue un cobarde. Han pasado dos años, pero yo ya siento que son diez. Es sorprendente cómo Mila no ha crecido y nosotros sí, no podemos entenderlo. Tampoco hemos visto al anciano que hacía joyas de oro, ha desaparecido, quizás hacia dónde fue.

De eso no tenía absolutamente idea. Después de escapar de Merlín, no lo había vuelto a ver. Pensó que podía confiar en él, entender su situación, pero nuevamente, confió en las personas equivocadas. No sabía cómo, es que ella siempre terminaba recibiendo todos los golpes.

Luego, estaba Maggs. La mujer no solía ir mucho al mercado, y además de que solía evitar a Morgana y a sus hijos. No podía verlos a la cara, todo les recordaba a ella. Maggs, ella era mucho más importante que su padre, que Mila, que Nathaniel.

Con su velocidad, ahora ya acostumbrada a ella, se detuvo frente a la casa de Maggs. La mujer vivía sola, viuda, sin hijos. Natalie era su única compañía. Amaban cultivar verduras, cocinar, hablar sobre cualquier cosa.

𝑫𝒀𝑵𝑨𝑺𝑻𝒀: 𝑇𝐻𝐸 𝑉𝐴𝑀𝑃𝐼𝑅𝐸 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝐸𝑆 | 𝐊.𝐌 / 𝐃.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora