𝒂𝒍𝒂𝒏𝒏𝒂

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530, d

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530, d.C, Siglo VI. Wiltshire.

Setenta y tres años. Setenta y tres años con Beltrán y Nathaniel buscando a Merlín. Setenta y un años que no veía a su familia. Estaba más que claro que ahora estaban todos muertos, y que sus sobrinos ya tenían hijos y quizás hasta nietos. Jamás lo sabría. Y eso la llenaba de una culpa que no sabía cómo quitársela.

No podían creer que cada vez que estaban a punto de matar a Merlín, éste se escapaba de una manera casi como si les hiciera burla. Tuvo muchos arranques de ira, donde ella misma había acabado con pueblos y villas desangrándolos hasta morir.

Ahora, se encontraban en Wiltshire. Necesitaban un descanso, bueno, Carter y Beltrán. Durante estos setenta y tres años, Nathaniel ha sido bastante torturado. Había incluso pensado en suicidarse, pero Natalie lo había hipnotizado para que no se hiciera daño a sí mismo. Estaba a total merced de su hermana, y a ella le encantaba. El poder que ella tenía, lo fácil que era obligarlo a hacer algo. Nathaniel ya ni siquiera peleaba con el poder de la hipnotización, se había rendido hace cuarenta años atrás.

En cuanto llegaron, decidieron quedarse en las habitaciones del bar que el pueblo tenía para los que sólo iban de pasada.

—¿Dónde vas? —preguntó Carter hacia Nathaniel.

—Al bar —contestó de mala forma.

—¿Acaso me preguntaste?

Tenía tantas ganas de matar a su hermana mayor. Carter le observaba con una sonrisa burlona, esperando que hiciera la pregunta. ¿Había intentado matar a Carter antes? Sí, pero, como ella le dice, es la primera híbrida inmortal, no podía ser asesinada.

—¿Puedo ir?

—Claro que puedes, hermanito.

Nathaniel se mordió la lengua, sin decir nada, o su castigo sería peor. Carter sonrió con burla, mientras Beltrán le fulminaba con la mirada.

—¿Qué? —preguntó, cansada de las miradas de su hermano.

—¿No crees que estás siendo muy mala?

Carter se levantó. Cada vez que Beltrán le preguntaba algo así, todo terminaba en desastre. Esta vez, no iba a ser diferente. Ella jamás le había agredido, porque dentro de su corazón bastante negro y podrido, todavía le amaba.

Con su pie, lo inmovilizó en la silla, colocándolo en su pecho. Beltrán tragó sonoramente, mirando a su hermana expectante. Él sabía que ella era incapaz de matarlo, pero no sabía hasta cuándo. Carter Stilinski se había convertido en una maldita bomba de tiempo que estallaba cuando a ella le diera la gana, y eso era terrible.

—Me arruinó la vida —contestó, lo más calmada posible—. Me convirtió en esto. Si él se hubiese portado como un hermano, él, Macías, Mila, si nuestro padre hubiese actuado como un padre, hubiésemos envejecido todos juntos, como una familia, incluso ya hubiésemos muerto. No habrían separaciones, ni nuestra madre muerta, nuestra sobrina muerta. Hubiésemos muerto en paz. Pero no. Tienes que pensarlo. Si ese día aquel lobo me atacó, fue porque él abusó de mí tan fuerte que dejó un rastro de sangre. Esto es sólo la consecuencia de sus actos, Beltrán. Y jamás, ¡jamás! tendré suficiente.

Beltrán asintió, sin decir nada más. Le dolía que gracias a él, sus hermanos y a su padre, ella se había convertido en un monstruo. Todavía recuerda cuando la encontró castrando a su hermano, cuando Macías estaba muerto en el suelo, cuando su gemela sangraba sin parar, y por primera vez, vio terror en los ojos de su padre. De seguro será un día que jamás olvidará, y lo tendrá para siempre junto a él. De hecho, lo tenía, porque los tres hermanos escribían diarios de vida, a su propia manera. Carter escribía su sufrimiento, su dolor, lo que había pasado y qué fue lo que hizo para intentar remediarlo aunque no tenía remedio alguno. Beltrán escribía cómo era su familia antes de la inmortalidad, y lo que pasó luego de ella, destruyendo a cada uno. Nathaniel sólo escribía lo mucho que odiaba a su hermana mayor, y que debió haberla matado en cuanto tuvo la oportunidad: cuando abusó de ella.

El hecho del abuso, Nathaniel lo escribió como un accidente que llevaba mucho tiempo atrasando. Confesó también, en aquellos diarios, que esa no había sido la primera vez, y que él no había sido el único.

Ese era un secreto que ni él sabía porqué Natalie lo guardaba. Pero él sabía, por sus ojos, que ella no se lo había contado a nadie. Absolutamente a nadie. Y como sus sentidos se habían amplificado en la transformación, no había arrepentimiento alguno, mucho menos culpa.

El ambiente de la habitación se volvió tenso, por lo que, ambos alzaron la mirada. Nathaniel venía entrando con los brazos alzados, mientras una mujer iba detrás de él, apuntándolo con una daga. Aquella daga tenía un puñal con incrustaciones de piedras preciosas de color celeste, bastante llamativo. Recuerda la daga con la que mató a Maggs, era muy similar a esa, sólo que las incrustaciones eran de rubíes.

—Tengamos una conversación sin garras ni colmillos en ella, ¿de acuerdo? —preguntó la mujer.

Beltrán estaba a punto de atacarla cuando Carter se levantó, deteniéndolo.

—Te conozco —habló la mujer—. Te vi en una visión cuando Merlín me torturó. Eres Alanna.

Los dos hombres se miraron, absolutamente confundidos. La mujer, en cambio, sonrió, de una manera igual de macabra que hizo que Natalie también sonriera.

—Eres la hermana de Merlín.

( / )

—Jamás pensé que conocería a la Primera Híbrida.

Alanna y ella habían bajado al bar. Ambas estaban en una mesa apartada de todos los hombres que las observaban como dos pedazos de carne, pero ellas no estaban interesadas en lo más mínimo, pues sabían que se necesitaban sólo dos segundos para que ellas matasen a todos los presentes ahí.

—Tuve un sueño sobre ti —siguió Alanna—. Tu matando a mi hermano.

—Bueno, es lo que quiero. ¿Vas a intentar detenerme?

Ambas mujeres mantuvieron una dura competencia de miradas, donde Alanna fue la que desistió, sonriendo.

—Es lo que yo también quiero —sentenció la hermana menor del mago Merlín—. Tienes que saber algo, Natalie, si estoy aquí, es porque quiero que tú y yo terminemos esto y asesinemos a Merlín de una vez por todas.

—¿Y cómo lo haremos? —preguntó Carter, llevando su cuerpo hacia adelante, esperando tener una respuesta.

—Merlín no es el único mago de la familia —aseguró la castaña—. Sola no podré detenerlo. Por eso, te voy a convertir en algo mucho peor a lo que él ha creado.

—¿Y eso sería...?

—Poder —soltó—. Tendrás lo que cualquier otra criatura inmortal jamás tendrá: ninguna regla para el balance. Serás la criatura más poderosa de todo el mundo.

Natalie la observó de arriba a abajo, intentando ver algún indicio de mentira. Pero, no hubo ninguno. Alanna odiaba a Merlín lo mismo que ella lo hacía.

—Tenemos un trato entonces, Alanna.

—Me alegra que estemos juntas en esto, Carter.


si we bien cortito pero pasaba tiempo sin subir capítulode ahora en adelante las cosas serán más rápidas uwu

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𝑫𝒀𝑵𝑨𝑺𝑻𝒀: 𝑇𝐻𝐸 𝑉𝐴𝑀𝑃𝐼𝑅𝐸 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝐸𝑆 | 𝐊.𝐌 / 𝐃.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora