𝒃𝒍𝒐𝒐𝒅 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒂𝒕𝒆𝒓

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Britania

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Britania. Año 446, d.C

Han pasado seis años. Durante esos años, pudo ver desde lejos a sus hermanos crecer, convertirse en grandes personas (exceptuando a Nathaniel y Mila), los vio enamorarse, reír y llorar. Su pequeña Rhiannon había cumplido los dieciocho hace poco, y lo que más anhelaba era entregarle aquel regalo que ella le prometió hace diez años, que se lo entregaría a ella. El brazalete de oro que Merlín le había obsequiado. Era una forma de simbolizar que siempre estaría ahí, pero, no quería que su hermanita la viera como un monstruo. Porque eso era en lo que se había convertido en estos seis años: un monstruo.

Controlar su sed de sangre fue algo que le tomó cuatro años. Antes, mataba sin parar, asustando a todos en el pueblo. La profecía de Merlín se había hecho realidad, en cualquier momento el pueblo perecería ante Natalie, o eso es lo que él decía cuando la inmortal más poderosa de la era venía para quedarse hasta el final del mundo. Estuvo dos años buscando a Merlín, pero éste sabía muy bien esconderse, molestándose consigo misma. Merlín viajaba de palacio en palacio, ella también, pero cada vez que se alimentaba de alguien, Merlín la notaba y desaparecía. Lo único que quería hacer, era beber la sangre de aquel hechicero, y lo haría.

Para ella también ha sido mucho más difícil que cazar a Merlín o su almuerzo. Maggs llevaba meses enferma. Le era difícil cuidarla cuando no podía ir al pueblo en busca de ayuda, pero daba lo mejor de sí.

No sabía nada de Mila. Por lo que Beltrán le dijo la última vez, seguía con la apariencia de una adolescente de dieciséis años, mientras él se veía de veinticinco. Seguía encerrada en aquel granero, y lo único que podía pensar era en que ha sido el mejor castigo para ella. Lo que sí podía escuchar, por lo menos, eran los gritos de su hermana mayor pidiéndole piedad a su padre, cosa que lo asimilaba como música para sus oídos.

Volviendo al tema de Maggs, ésta llevaba por lo menos setenta y cinco días enferma. El rumor se esparció, por lo que, muchos aldeanos vinieron a visitarla. Obviamente, ella tenía que esconderse. Incluso, su padre y Nathaniel fueron, pero ésta los echó, alegando que si no se iban de su propiedad, les contaría a todos la verdad del patriarca Stilinski. Luego de Stilinski, Diago y Percy fueron a visitarla. El primero le había preguntado cómo se encontraba después de la muerte de Natalie, a lo que la mujer respondió: "No seas tonto, chiquillo. Natalie está viva y vivirá para ver a tus hijos, nietos, bisnietos y todo tu linaje. No lo dudes. Un día, ella vendrá". A Percy le colocó los pelos de punta, pensando en que no quería que su hermana mayor viera a sus descendientes, por el monstruo que se había convertido. Diago, en cambio, anhelaba el día en que su hermana vuelva, para poder construir una gigante casa y vivir juntos hasta que él se haga viejito.

Ahora Maggs se encontraba en su cama, mientras Natalie le traía un plato de caldo. Siempre dijo que el caldo de Natalie era una de las mejores cosas que ha probado en su vida, pero ahora lo estaba disfrutando con ganas, porque probablemente sería la última vez que lo haga. No quería, no quería irse y abandonarla, pero cada vez sentía cómo el reloj de arena dentro de su cuerpo se acababa. No tenía las fuerzas suficientes para poder seguir con ella, pero las ganas no le faltaban. Sentía que le estaba fallando, porque le había prometido estar con ella hasta el final. Éste era el final.

𝑫𝒀𝑵𝑨𝑺𝑻𝒀: 𝑇𝐻𝐸 𝑉𝐴𝑀𝑃𝐼𝑅𝐸 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝐸𝑆 | 𝐊.𝐌 / 𝐃.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora