𝐃𝐘𝐍𝐀𝐒𝐓𝐘 | 𝚃𝚅𝙳𝚄 𝚡 𝚃𝙴𝙴𝙽 𝚆𝙾𝙻𝙵 𝙲𝚁𝙾𝚂𝚂𝙾𝚅𝙴𝚁
Todo comenzó en el siglo V d.C
en Britania, donde nadie tenía
idea cómo había sido creado
posiblemente el peor monstruo
de la humanidad.
Una Wendigo, una asesina,
una híbrida.
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Colchester, 456.
Abandonar su hogar había sido difícil, considerando los momentos que habían pasado, más malos que buenos.
En cuanto llegaron a Colchester en una carreta que era tirada por Beltrán y dos caballos, no mucha gente se detuvo a verlos. Era normal para los locales recibir gente nueva cada día.
Natalie se bajó, viendo que estaban justo en el mercado central. Caminó tomada de la mano de Natalie menor, quien se negaba a soltarla. Así era desde que Mila intentó matarla. No importaba las barbaridades que ella le había hecho a su hermana menor, siempre sería su heroína.
Lograron encontrar habitaciones justo arriba de un bar de mala muerte. Era suficiente por el momento, hasta que encontraran un terreno lo suficientemente grande para vivir para siempre, si es que les permitían.
Compartía habitación con Beltrán, eran los únicos que no tenían hijos, el resto se había conseguido las habitaciones más grandes. Dos camas individuales era todo lo que necesitaban hasta el momento.
Caminó hasta la habitación de Alistair y su familia: su esposa y tres hijos, varones. Froilán, Ian y Gabriel.
—¡Tía Nat!
Los tres niños corrieron hasta lanzarse sobre ella. Gracias a su súper fuerza, logró tomar a Ian y Gabriel, los menores, mientras que Froilán se mantuvo abrazado a sus piernas.
—Hey, hermanita —sonrió Alistair.
Le causaba nostalgia lo adulto que Alistar estaba. Mas bien, le causaba nostalgia todo. Ella ya no era la hermana mayor, y le causaba demasiada nostalgia. Aunque para ellos, ella siempre será su segunda madre.
—Vine para asegurarme de que estuviesen cómodos —sonrió, bajando de sus brazos a sus sobrinos.
—Es mejor que una carreta todos apretados —bromeó Clarissa, la esposa de Alistair.
—Claro —sonrió—. Si necesitas algo estaré en el bar, Al.
Salió de ahí para entrar a la habitación de Wade, quien ordenaba todo tranquilamente.
—Hola, hermano mayor —sonrió, asustando a Wade.
—Espera, ¿soy el hermano mayor ahora? —preguntó sorprendido, causando que su hermana riera— Lo dudo. No soy tan responsable como tú.
—Quería saber cómo se estaban acomodando —sonrió.
—Estamos bien, tía Nat. Gracias —habló Adalia, la sobrinita de Natalie.
Como ocurría raramente, las niñas nacían muy poco en la familia Stilinski. Adalia fue una de ellas, junto a Natalie y Sophia, hija de Diago. En este mismo momento, caminaba a la habitación del último junto a su familia. En cuanto entró, Diago la recibió con una sonrisa.