𝐃𝐘𝐍𝐀𝐒𝐓𝐘 | 𝚃𝚅𝙳𝚄 𝚡 𝚃𝙴𝙴𝙽 𝚆𝙾𝙻𝙵 𝙲𝚁𝙾𝚂𝚂𝙾𝚅𝙴𝚁
Todo comenzó en el siglo V d.C
en Britania, donde nadie tenía
idea cómo había sido creado
posiblemente el peor monstruo
de la humanidad.
Una Wendigo, una asesina,
una híbrida.
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Luego de que desterró a Beltrán, fue a su habitación. Había pedido a sus guardias que custodiaran la entrada de su habitación para que nadie entrara. Sintió una pelea fuera de su habitación, y los dos corazones de sus guardias habían dejado de palpitar. Suspiró, cansada. Cuando la puerta se abrió, su hermano Wade dejaba caer los corazones al suelo.
—Debería matarte por eso —habló, sin dirigirle la mirada.
—Pero no lo harás. Porque no te importa ninguno de tus guardias —Wade se encogió de hombros, para luego poner una cara mucho más seria—. ¿Dónde está Beltrán?
—Lejos de aquí —respondió sin dudas—. A no ser que lo prefieras muerto.
—¿Estás loca? —preguntó.
Carter se giró, sus ojos con lágrimas, pero nada de tristeza, sino rabia.
—¡Estoy de todo menos loca, hermano! —gritó— ¡Él me traicionó!
—¡Por tu bien! ¡Mírate, Natalie! —gritó de vuelta— ¡Él es la única persona que te ha amado sin pensar en el vil y horrendo monstruo que eres! ¡Es la única persona que te va a amar así! ¡¿Crees que Alistair y Diago te amarán?! ¡El recuerdo de los dulces hermanos con los cuales te hacían compañía para dormir ya no existen!
Introdujo su mano en el pecho de su hermano. Wade se quejó, pero no quiso darle en el gusto.
—Hazlo —susurró—. Sólo demostrarás que tengo razón.
Carter tenía lágrimas en sus ojos y su mandíbula apretada. Apretó con fuerza el corazón de su hermano causándole un quejido, antes de quitar su mano, enfadada.
—Debiste haberlo hecho —contestó Wade antes de desaparecer de su habitación.
Enojada, comenzó a romper todo lo que tuviese a su alcance, gritando en el proceso. Cayó al suelo, con un dolor en el pecho que no podía describir.
Su fiel guardia, Nicholas, llegó rápidamente al escuchar el escándalo. Vio a los guardias en el suelo y el desastre en la habitación de su Reina, por lo que asumió que había sido ella. No le importaba nada. Quizás se lo merecían, pensó.
—Saca estos cuerpos de aquí. Ahora —ordenó, sin dedicarle ninguna mirada.
Nicholas le hizo caso sin chistar. Tomó ambos cuerpos como si de plumas se tratasen, para desaparecer y dejárselos a los lobos como una merienda.
Salió de su habitación, gritando que quería que fuese limpiada, para ir a aquella habitación oscura. Gracias a la magia de Alanna, ella y Carter eran las únicas que podían entrar en aquel lugar. Abrió la puerta y la cerró de inmediato, viendo a su invitada.
Por primera vez en su vida, encontró a alguien que no le tenía miedo. Ni una sola pizca. Aparte de causarle enojo, le causó curiosidad, pensando qué no había hecho para que le tuviera miedo. Estaba decidida a causárselo.