𝒔𝒊𝒃𝒍𝒊𝒏𝒈𝒔

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¡AVISO IMPORTANTE AL FINAL, POR FAVOR LEER!

Tomó el brazo de Beltrán, para que él mirara hacia donde ella estaba viendo. Cuando se dio cuenta, el Rey de Britania rápidamente ordenó a todos a que volvieran a sus casas. La gente ni siquiera dudó en hacerle caso, desapareciendo todos de ahí. Los tres seguían ahí, estáticos, al verlos en esas ropas, como Rey y Reina, y un poco más abajo estaba Nathaniel, igual de sorprendido que los otros dos.

Pensando que era una clase de truco, ordenó a sus guardias a que restringiera a aquellos tres. Los híbridos ni siquiera lo dudaron, y le hicieron caso, mientras ella se adentraba al palacio.

Beltrán y Nathaniel le siguieron muy de cerca, hasta quedar en los tronos.

Los guardias arrodillaron a Wade, Alistair y Diago. Ordenó a cada uno de ellos que desapareciera de ahí, casi con enojo.

Wade era el que más había cambiado. Nada quedaba de ese dulce niño que se convirtió en un dulce hombre. Ahora, su mirada era igual de fría que la de ella, dura y pesada. Alistair y Diago aún mantenían sus mismos rasgos y actitudes, nerviosos al ver que su hermana era aún más poderosa que antes.

Carter bajó las escaleras, y tomó a Wade del cuello. El hombre intentó pelearle, pero obviamente no tenían la misma fuerza. Obligó a que la mirara directamente a los ojos.

—¿Quién eres? —hipnotizó, obligándole a responder.

—Wade Stilinski —contestó a duras penas gracias a la presión que Carter colocaba en su pecho—. Nací en el año cuatrocientos veintiséis. El nombre de mi madre era Morgana, y el de mi padre Thomas. Ambos están muertos. Morgana murió asesinada por Maggs, y tú mataste a Thomas.

—¿Qué hacen aquí? ¿Los tres? —volvió a preguntar, teniendo un millón de preguntas en su cabeza, sin querer que se las respondieran por miedo a lo que dirían.

—Estamos aquí por ti —habló Alistair—. ¿Puedes... puedes soltarlo?

Wade ya se estaba tornando azul por la presión que Carter hacía en su cuello, sin estar satisfecha con la respuesta. Lo sostuvo por un par de segundos mas, hasta que decidió dejarlo caer al suelo. Su hermano menor tosió fuertemente, llevándose su mano a su cuello, donde claramente habría una marca por un par de horas hasta que sanara.

—Así no es como imaginé encontrarnos, hermana —se rió Wade desde el suelo.

—Lo lamento por creer que los tres son unos embusteros que intentarán matarme en cualquier momento —ironizó, girándose para ver a los tres.

Diago tenía sus ojos oscuros puestos en ella, sin desviarlos a ninguna parte. No miraba a Beltrán, a Nathaniel o a cualquiera de sus otros hermanos, a ella. Diago era el único que podía escarbar en la retorcida alma de Natalie para poder encontrar una pizca de la muchacha que era hace cientos de años. Esa dulce, amable hermana que amaba a todos sus hermanos por igual sin importar qué.

—¿Eso es todo? —preguntó Nathaniel luego de un silencio— ¿Le haces un par de preguntas y ya les crees?

—Fueron hipnotizados, Nathaniel. Si quisieran mentir, ya lo habrían demostrado —contestó con frialdad. Su hermano cada dos por tres cuestionaba sus métodos, y ella aún se mantenía cuerda al no matarlo—. Ahora cállate si no quieres que te hipnotice para que guardes silencio por toda tu eternidad. Ganas no me faltan.

Nathaniel agachó la cabeza, apretando la mandíbula.

Sin duda, los otros tres Stilinski estaban sorprendidos al verla así como una Reina junto a su hermano en su ciudad natal, pero mas les sorprendía que Nathaniel estaba ahí vivito y coleando, pero con una correa invisible por el resto de su vida.

𝑫𝒀𝑵𝑨𝑺𝑻𝒀: 𝑇𝐻𝐸 𝑉𝐴𝑀𝑃𝐼𝑅𝐸 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝐸𝑆 | 𝐊.𝐌 / 𝐃.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora