CAPÍTULO 10. LA VERDAD JAMÁS CONTADA.

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No confíes en nadie, dicen. Incluso las personas que aparentan ser buenas, terminan clavando un puñal en tu espalda. Y a veces por un simple puñal, terminas muriendo.

- ¿Mi muerte...? ¿De que estás hablando? - Le pregunté a 78, aún me encontraba confundido y asustado por aquella actitud que había tomado, además de su extraña y sombría apariencia.

Se volteó completamente para mirarme a los ojos. Ojos oscuros y sombríos, al igual que todo su ser.

- ¿Acaso no lo has entendido? Tu muerte traerá la felicidad a mi gente.

- ¿Pero por qué dejarme con vida por tanto tiempo?

- Silencio, ya tuve suficiente. - Se abalanzó hacia mí, lanzando un puñetazo envuelto en un aura negra directo hacia mi rostro. Lo detuve, más sin embargo volvió a intentar golpear mi abdomen, intento fallido debido a mis reflejos tan desarrollados.

Enfrentar a tu maestro puede llegar a ser un verdadero desafío. Aún más cuando tu maestro es la persona que quiere matarte.

Me tomó por el cuello y me empujó contra la pared con la intención de golpear mi abdomen por segunda vez, pero falló. Había logrado escapar de aquél ataque moviéndome a una gran velocidad y apareciendo justo detrás de él.

78 también era rápido, lo suficiente para voltear al momento y atacar con una serie de golpes a mi persona, finalizando con un empuje directo que causó mi choque contra la pared contraria de aquella torre. Seguido a esto, desató una llamarada de fuego oscuro hacia mí. Yo había cerrado mis ojos luego de haber impactado contra la pared, me concentré con la intención de despertar parte de mi poder, abrí mis ojos nuevamente luego de haber cambiado su color como seña del desate. Coloqué un pie hacia atrás para tomar impulso, y procedí a correr a gran velocidad, atravesando de manera instantánea aquella gran llamarada, recibiendo el menor daño posible y a la vez embistiendo contra 78 con la fuerza necesaria para empujarlo y destruir la pared detrás de él.

Ambos caíamos de aquella gran torre a una gran velocidad, pero 78 no dejó ni un momento de atacarme, ni yo de responder ante dicho ataques.

Pateó mi abdomen con la intención de hacerme chocar contra aquella pared y lanzó lanzó 3 bolas de fuego, causando quemaduras efectivas en mi piel. Coloqué mis pies sobre la pared de la torre, y pataleando con fuerza me impulsé hacia 78 para insertar un fuerte puñetazo en su abdomen, seguido de un codazo en su pecho y finalmente otro golpe en su diafragma. Logré colocarme en un ángulo de 90° gracias a aquél golpe, desatando algo de energía bajo mis pies con la finalidad de impulsar a 78 contra el suelo.

Al impactar contra el mismo, pude darme cuenta como 78 desapareció en el momento justo. Fue allí cuando me puse en pie, apretando mis puños para adquirir mayor fuerza, formando un aura de luz a mi alrededor que se desvanecería segundos después.

78 apareció de la nada a un par de metros frente a mí. De un instante a otro había intentado apuñalar mi pecho con una espada, no obstante, detuve nuevamente sus ataques, desarmando aquél individuo con un movimiento de mi mano.

- Confiesa, ¿Para qué me dejaste vivir? ¿Para disfrutar de una batalla a muerte contra tu seudo-alumno? - Le pregunté mirando aquellos sombríos ojos.

- ¿Quieres que te diga la verdad? La energía que fluye en tu ser es poderosa, y necesaria para hacer justicia. Para romper las barreras que atan al poderoso Luzbell. Pero estaba muy escondida dentro de tu ser, y tenías que desatarla. Y claramente no me la darías por las buenas luego de ello.

- ¿Luzbell? ¿Mi energía? Tomaré como obvio que me ocultaste una infinidad de cosas. Me criaste como una oveja que iba directo al matadero, qué decepción.

Destino o Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora