Destino o Decisión.

CAPÍTULO 11. LA LUZ DE LA JUSTICIA.

Incluso cuando todo está perdido, cuando toda esperanza se va y tu visión del futuro se vuelve borrosa. Aún cuando se acaban las oportunidades de continuar y no queda más que rendirse y abandonar; la luz del amanecer se presenta y demuestra como todo estará bien.

Al escuchar las palabras del legendario Harry Goldust, observé una luz, incandescente, brillante y en aumento, pude sentir como todas mis heridas estaban siendo curadas, esa luz fue más allá de mi vista, de mi ser.

La Luz de La Justicia.

Todo terminó siendo una gran explosión de luz que rompió aquél vinculo con 78. Me sentí fuertemente energizado y lleno de poder, como si mis habilidades y destrezas hubiesen sido multiplicadas. Mis manos estaban rodeadas de luz, al igual que mi ropaje, incluso mi cabello (mis instintos decían que mis ojos también estaban así).

- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Esto se está tornando aún más divertido, ¿Qué fue todo ese espectáculo de luz? Adivino, el "poder de la amistad". - Se burló de mí y de aquél repentino cambio que sufrí.

Además de mis cambios físicos, sentí como mi mente estaba despejada, solo veía mi objetivo y entendía para lo que fui escogido. Volteé mi rostro en dirección a 78, le miré con firmeza y determinación, sin miedo en lo absoluto.

- No sé qué es esto, tampoco sé a qué vino todo esto. Pero te aseguro que mis decisiones toman poder más allá de algo metafórico. He decidido vencerte, cueste lo que cueste.

78 al oír mis palabras se abalanzó contra mí, con aquél puñal. Iba rápido, lo suficiente como para clavar aquél puñal en mi pecho en segundos, pero alcancé su velocidad y repelí su ataque al acto. Su rostro de asombro me dio a entender que estábamos nivelados, o incluso le superaba en poder por muy poco.

78 incrementó su velocidad aún más, haciendo una desaparición seguida de un ataque casi instantáneo a mis espaldas, lo detuve con dificultad y realicé 3 saltos hacia atrás. 78 insistía en atacar, realizando múltiples series de ataques a discreción sin piedad alguna. Huí como pude, esquivando cada ataque, con la finalidad de adaptarme a su velocidad.

En una última instancia, 78 lanzó una gigante bola de fuego, la misma terminó por atraparme en el aire. Sentí el ardor por todo mi cuerpo, más pude expandir y repeler aquella bola con un movimiento extensor de mis brazos.

Caí con una rodilla y mi puño izquierdo, había detectado la velocidad máxima de 78. Superarla no pude, pero igualarla me fue posible.

Me levanté con un salto para dirigirme a la máxima velocidad que mi ser podía efectuar contra 78, él realizó la misma acción que resultó en un choque de puños, seguido de una serie de ataques puñal-mano. Luego de aquél choque retrocedimos y efectuamos exactamente la misma acción. Logré desarmarlo por tercera vez, asestando un puñetazo en su abdomen, seguido de uno en su rostro. Retrocedimos una vez más.

A lo lejos aprecié como 78 estaba cargando una esfera de energía sombría, por tanto copié su técnica con facilidad formando una de esfera de luz. Ambos chocamos aquellas esferas de energía, las cuales se repelían por naturaleza provocando una neutralización absoluta de ambas esferas, teniendo como consecuencia inmediata una explosión abrupta que afectaría a ambos individuos.

Terminé tirado en el piso, dándome cuenta como todas mis heridas aún permanecían en mí; estaba sangrando con mucho dolor en todo mi cuerpo. 78 se levantó envuelto en ira, yo me levanté lleno de determinación y fuerza de voluntad, a pesar de que podía morir, no pensé en abandonar en ningún momento.

El aura sombría que rodeaba a 78 se expandió radicalmente, lo suficiente para que un par de alas oscuras aparecieran en su espalda.

— ¿¡No te bastó con defenderte!? ¡Te dije que colaborarás, que te rindieras! ¿¡Por qué tienes que hacer todo tan difícil!? ¿¡Realmente crees que esa luz te salvará!? Definitivamente estás loco. Pobre niño. Todo se acabará aquí y ahora. –  Sentí como su poder incrementaba radicalmente, había llegado el momento de romper mis límites y asestar un golpe final.