CAPÍTULO 19. CONOCIMIENTOS BESTIALES.

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- ¿Me puedes explicar qué acaba de pasar? - Preguntó Jack, su preocupación e intriga se notaba en su forma de hablar.

- No tengo ni la más mínima idea, es la primera vez que un libro se desvanece en mis manos. - De pronto habíamos comenzado a bajar dentro de la habitación como si esta fuera un ascensor, sin embargo no le presté mayor atención, supe que mi entrenamiento había finalizado.

- No logro entender a qué se refería ese libro, además, no era del todo un libro, estaba narrado en primera persona.

- Lo mismo digo, Jack, creo que en realidad era un diario.

- Vaya, finalmente me llamas por mi nombre.

- Sí, no te acostumbres. Como sea, ¿De quién podría ser ese libro?

- No tengo idea, solo una persona tomó mi ADN, y ese fue Lance.

- Pues ese Lance tenía un hermano, y ese hermano seguramente fue quien escribió ese diario.

- Puede ser.

- Sin embargo, ¿Qué tiene que ver todo esto conmigo?

- Tal vez el hermano de Lance planeó tu llegada.

- No lo creo. - La habitación se detuvo en esa frase, dejándonos justo en mi cuarto.

- Vaya, así que regresamos a dónde empezamos. - Comentó Jack.

- Eso parece, pero es muy extraño, mi entrenamiento solía durar más. - Caminé hacia mi habitación para sentarme en la cama. - Vaya día... - Me encontraba agotado, apreciaba el hecho de que el entrenamiento acabara temprano, fue mucho más difícil de lo normal.

- Sí, ya deberías darte un baño, estás lleno de sudor, tarde o temprano le darás un aroma inmundo a mi pelaje.

- Soy una bestia, las bestias no se dan un baño.

- Te equivocas, yo me bañaba todo el tiempo. Es asqueroso andar por ahí lleno de sangre y tripas.

- Bueno, no es por decepcionarte pero no me he dado un baño en años.

- ¿Es broma, verdad?

- Para nada.

- Qué asco, debes de estar apestoso, cómo no me dí cuenta cuando nos conocimos. Al menos siendo un espíritu no puedo detectar tu horrendo olor.

- Realmente no huelo mal, al parecer el templo se encarga de eso.

- Vaya montón de basura, ¿Acaso el templo te da un baño mientras duermes?

- Pues sí, creo, igual me gustaría poder darme un baño de vez en cuando, eso de sacudirme el cabello para evitar que se ensucie ya no está funcionando.

- ¿Y has considerado pedirle a tu querido templo una ayuda?

- Bueno, tienes razón. - Me levanté de la cama, mirando las paredes de la habitación. - Templo, ¿Puedo darme un baño?

- Te lo juro, eres algo maduro, pero suenas como todo un niño cuando dices esas cosas.

- A callar, bestia.

De la nada una puerta apareció justo a un lado de mi cama, efectivamente era un baño. Entré a ese lugar apreciando la belleza del mismo, parecía ser un baño de lujo, o al menos bajo mi perspectiva de un baño este se veía de lujo debido a que viví durante 7 años en múltiples sitios post apocalípticos, y los baños de estos no eran tan bonitos.

- Muchas gracias, templo. - Decía estas cosas como si me fuera a responder. Aunque ese libro me hizo considerar que el templo realmente era una persona, la historia de Kenny sobre este templo había comenzado a darme dudas.

Destino o Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora