"Nada en este mundo frenará nuestra venganza". – Son tantas preguntas las que pasaron por mi cabeza luego de perder el conocimiento, ¿Cuál venganza? ¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso yo había cometido esa clase de genocidio?
Desperté asustado, me encontraba en mi habitación una vez más, me sentía diferente, como si hubiera despertado de un coma. Me levanté notando como había crecido notablemente, ¿Acaso estuve en un coma? Comencé a mirar a mi alrededor buscando a Jack, de forma irónica su ausencia se había vuelto incómoda.
— Al fin despertaste. – La voz de Jack me sorprendió esa vez, pero no alcanzaba a verlo. — Has crecido, Element. – Apareció frente a mis ojos atravesando una pared, de forma extraña le veía un tanto más bajo. Antes de hacer cualquier otra cosa, solo pregunté.
— ¿Cuánto tiempo ha pasado?
— Algo así como un año.
— ¿Algo así?
— Trescientos setenta y dos días.
— ¿Podrías explicarme qué pasó?
— Caíste en coma, debido a que tu cuerpo no soportó la implantación de poder.
— ¿Y eso qué quiere decir?
— Que casi te mueres, niño.
Jack estaba muy distinto, me miraba como si sintiera pena de mí, con una expresión neutra. Siempre me ocultaba algo y su mirada lo decía, no obstante esta vez parecía que tiene mucho que decir.
— Espera, ¿A qué te refieres con la "implantación de poder"?
— Niño, todo ese espectáculo de fenómenos naturales y locuras fue una implantación de poder que tu débil cuerpo rechazó.
— ¿Y cómo sabes que era una "implantación"?
Jack guardó silencio por unos segundos, respiró profundo y soltó un suspiro cuya expresión de dolor era notable entre cada respiración.
— Después de que te desmayaste, tuve la oportunidad de conocer la persona a cargo de este lugar, él me contó todo.
— Espera, ¿Dijiste persona a cargo de este lugar?
— Así es, mis teorías eran ciertas, me parecía imposible que un templo tuviera vida propia. Es una persona controla todo este inmenso laberinto de libros y arenas.
— ¿Entonces quién lo hace, acaso es Lance?
— Tengo prohibido decírtelo, solo puedo decir que lo conocerás cuando estés listo, cuando tu misión culmine.
— ¿Misión has dicho?
— Así es.
— No me digas, tengo que matar y absorber a cada una de las deidades de cada elemento presente en este mundo para así poder cumplir con un plan de genocidio al mundo entero.
— Element, tus visiones no son del todo reales.
— ¿Entonces qué son? Desde que llegué a este lugar vivía con la maldita intriga de tener que enfrentar a un ser mucho más fuerte que yo y ahora resulta que ese ser soy yo.
No me sorprendió que Jack supiera acerca de las visiones que tuve, después de todo su espíritu estaba ligado al mío. Estaba más concentrado en la molestia que sentía, me sentí usado, como una rata de laboratorio. Todo apuntaba hacia una sola cosa, que la persona que escribió el diario acerca de la bestia tenía que ser quien me trajo hasta este lugar, haciéndome convertirme en la bestia, siendo yo un peón sumiso ante cada acción de un supuesto templo con vida.
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Destino o Decisión.
FantasíaAlgunas personas afirman que el destino no existe, que somos nosotros quienes escribimos nuestra historia. Otros piensan lo contrario, que todo se basa en el destino. Al final siempre están interconectados, pero todo el tiempo termina surgiendo la m...