CAPÍTULO 12. PREPARATIVOS DE JUSTICIA.

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— ¿Y cuál es tu plan? - Me preguntó Kennith, un tanto sorprendido por mi actitud determinada.

— Siendo sincero, no tengo ninguno en particular. Solo planeo llegar hasta allá y acabar con LuzBell.

— ¡Eres un iluso! - Exclamó Moon mostrando un tono burlón ante mi frase. - ¿De verdad te crees lo suficientemente fuerte para vencer a LuzBell? Te contaré algo, pequeño héroe, ni aún el gran Harry en sus mejores momentos pudo derrotarle con facilidad, ¿De verdad crees que tú podrás hacerle frente todo malherido?

— ¿Quieres que te sea sincero?

— No me jodas.

— Me encontraba en una situación de muerte segura ante 78, y aún con todo en contra le derroté.

— Pero, Drake, LuzBell es aún más que 78. - Con un tono de preocupación y una mirada seria, Kennith tomó palabra.

— Aún si la oscuridad fuere inmensa y abrumadora, una luz puede brillar más intensa en medio de ella. Mi nombre es la Luz de la Justicia, y por ello les aseguro que vamos a vencer. – Un aura de luz rodeó mi cuerpo de forma momentánea, provocando una aceleración en la curación de mis heridas. El dolor había reducido, ya podía estar en pie de forma tranquila.

— Definitivamente eres el escogido, Drake. - Los ojos de Kennith brillaban al oír mis palabras. Derramó una pequeña lágrima envuelta en nostalgia; al parecer yo le causaba recuerdos de su antiguo y difunto hermano.

— Sí, sí, bueno, menos charla y más movimiento, a Venezuela no se llegará hablando. - Expresó Moon con aquél tono arrogante que poseía.

Cuando por un momento pensé que me había librado del insoportable de Ismael, él era incluso más fácil de tolerar que el castaño ojos carmesí Moon Daniels. Para nada actuaba como un líder, pero sus comentarios eran tan filosos y directos como una lanza, además de que era extremadamente pesado con su forma de actuar y hablar.

Emprendimos viaje al exterior de la mansión, al parecer era mucho más fácil regresar al centro de la misma que bajar. Fue un procedimiento sencillo, más allá de presionar un botón y ser radicalmente elevados a tres de los cuatro puntos cardinales de aquél céntrico y característico lugar. Una vez allí no tenía idea exacta de cómo llegar a Venezuela, ya que mis conocimientos geográficos solo sabían que tenía que ir al noreste, ¿Pero cómo? Fue allí cuando me dirigí en general a el dúo que me acompañaba.

— Bien, ¿Cómo se mueven ustedes entre país y país?

Fue una pregunta irónica, ya que ambos individuos eran considerablemente poderoso. Lo supe al momento que respondieron uno después de otro con sus hombros encogidos.

— Corriendo. – Dijo Moon.

— Volando. – Dijo Kennith.

— Bien pero, ¿Cómo se movilizaba el gran Harry?

— Él era tan rápido que podía atravesar países enteros en minutos. – Dato muy interesante por parte de Kennith. (Estaba mencionando velocidades insanas).

— ¿No tenían una nave o algo parecido?

— Destruida. – Comentó Moon.

— O sea que, ¿Desde entonces solo atraviesan el planeta corriendo o volando?

— Sí. – Respondieron en coro.

— ¿Y cuánto tiempo les tomaría llegar a Venezuela? – Les pregunté con la intriga, ¿De verdad eran tan rápidos como Harry?

— De 2 a 3 días. – Efectivamente no.

— Bien, ¿Conocen algún método para llegar a Venezuela hoy?

Destino o Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora