Después de tres años y medio de arduo entrenamiento. Por primera vez me vi cara a cara con la muerte al enfrentar a la Bestia de los Mil Mundos, mejor conocida como Jack.
Jack era un ser curioso, se guarda mucho sus opiniones, solo pregunta y rara vez opina, desde que lo conocí realmente lo veía como un estorbo, sin embargo me ayudó bastante a comprender como funcionaban mis nuevas destrezas. Tal y como pasó al siguiente día de mi encuentro con él.
Por primera vez después de tres largos años desperté con compañía, al abrir mis ojos lo aprecié, Jack me miraba fijamente en silencio, su misma presencia me hizo caerme de la cama asustado.
- Buenos días, Element, ¿Así despiertas todos los días? - Se dirigió a mí comenzando el día con comentarios sarcásticos.
- Empezaba el día mejor, ¿Se puede saber por qué me mirabas dormir?
- Los espíritus no dormimos, ¿Qué esperabas?
- ¡Que lo primero que viera al despertarme no hubiese sido tu horrible rostro mirándome!
- Hubieses mirado a otro lado.
- . . . Cómo sea. - Guardé silencio y me levanté.
- Y bien, ¿Qué procede discípulo del templo?
- Primero voy a comer, luego veremos qué trae el templo para enseñarme.
- Perfecto, muero de ganas por ver tus entrenamientos.
- Ya estás muerto.
- Es un decir.
- Sí, sí. - Salí de mi habitación para encontrar mi debido desayuno en la siguiente habitación por alguna razón no era más que un montón de carne asada, aún así eso no me detuvo de comer. A medida que hacía eso el preguntón de Jack siguió en lo suyo.
- Vaya, qué templo más curioso. - Comentó Jack y desapareció de la nada atravesando una pared, pero a los segundos volvió.
- No, aún nada. - Comentó.
- ¿De qué hablas?
- Este templo genera habitaciones a medida que te mueves, intenté explorarlo en lo que puedo separarme de ti, pero no encuentro más que paredes infinitas, a menos que te muevas.
- Sí, este lugar es como un laberinto. - Respondí con la boca llena.
- Ten mayor educación.
- ¿Por qué debería tenerla? Soy una bestia, tú no hacías más que engullir tus alimentos.
- Yo me veía más como una bestia.
- Bueno, ahora yo soy la bestia y te la calas.
- El punto es que no hay un principio o un fin, es solo un vacío eterno.
- Tiene un fin, y será cuando termine de entrenar, pero por ahora, continuemos. - Había terminado de comer, así que me levanté y me moví a la siguiente habitación. Se supone que debía haber un pedestal con un libro y una puerta, pero no había más que una puerta vacía y un símbolo de garra en el medio.
- Esto es raro. - Comenté.
- ¿Qué sucede, Element? ¿Te perdiste en tu propio templo?
- No es eso, bestia. Solía haber un libro que leer, pero no hay nada.
- Nada más que un símbolo, es algo obvio lo que tienes que hacer.
- ¿Dices que coloque mi mano mutante en ese símbolo?
- Por favor, no necesitas toda la inteligencia del mundo para hacer eso, solo unir las piezas.
- Igual, algo no me cuadra.
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Destino o Decisión.
FantasiaAlgunas personas afirman que el destino no existe, que somos nosotros quienes escribimos nuestra historia. Otros piensan lo contrario, que todo se basa en el destino. Al final siempre están interconectados, pero todo el tiempo termina surgiendo la m...