CAPÍTULO 20. VERDADES.

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Al siguiente día tuve la suerte de no encontrarme con el molesto de Jack mirándome al dormir, incluso me pareció extraño que se encontraba ausente en la habitación, ¿Dónde se encontraba?

Me levanté mirando alrededor, dándome cuenta de que la puerta hacia la gigante biblioteca se encontraba abierta, y que Jack se encontraba en el pasillo central, mirando fijamente hacia el frente.

Caminé hacia él con cierta intriga, le miré pero aún así este no decía nada, por tanto tuve que dirigirme a él.

— ¿Te encuentras bien, bestia?

— ¿Eso te importa a ti?

— Tranquilo, no estoy preocupado, solo actúas más raro de lo normal.

— Eso no es tu problema.

— ¿Al menos podrías decirme qué haces? O mejor déjame adivinar, estás pensando sobre la vida misma y la biblioteca está en frente.

— No.

— ¿Entonces qué haces?

— Niño, estoy tratando de ayudarte con este enigma, es sorprendente como cada libro solo tiene símbolos exactamente iguales en cada página.

— Son letras.

— Lo que sean, en su momento tendrás que juntar cada una de forma correcta para resolver este acertijo. Como tal no te ayudaré más, solo presta atención a los detalles.

— ¿A qué te refieres?

— Esa es la primera lección que debes aprender en este lugar. Te darás cuenta más adelante. – Jack se movió hacia mi habitación en un instante, acostándose en mi cama. Por supuesto es algo que me pareció molesto, pero no quise dar mayor atención a la molestia y me concentré en seguir estudiando ese lugar.

"Presta atención a los detalles", "La primera lección que debes aprender en este lugar". "Atención a los detalles" fue una prueba física y mental que recibí al principio de mis entrenamientos, no era más que una serie de ejercicios para agudizar mi visión y encontrar cosas donde pocos podían verlas, esa prueba me ayudaba a encontrar puntos débiles de adversarios en periodos cortos de tiempo, además de encontrar soluciones en donde a simple vista no se veía ninguna.

— Entonces esto quiere decir que debo ser muchísimo más observador en este lugar. – Pensé en voz alta.

— ¡Eso es lo que acabo de decirte! – Me gritó Jack desde mi habitación. Curiosamente Jack podía alejarse por más distancia de mí que antes, ¿Qué sucedía? Traté de no pensar al respecto y me concentré nuevamente en esa frase "Atención a los detalles".

Cada libro de cada estantería se veía exactamente igual y contenía la misma letra en todo su contenido, la única diferencia es que la letra que estos contenía podía llegar a variar en el contenido del libro. Hasta ahora solo había encontrado tres letras, las cuales no guardaban mayor relación entre cada una. Por eso seguí buscando.

Me hundí por segunda vez en una búsqueda detallada en cada libro. Buscaba que algo cambiara pero no encontré resultados sino hasta mitad del día. En un libro cuya cubierta era un dorado un tanto más opaco que el resto se encontraba otra letra, esta vez era la "E".

Es un hecho que los libros no eran tan iguales como creía, las 4 letras que había encontrado se encontraban en libros cuyas cubiertas eran de un tono diferente de dorado, pero eran tan semejantes que me era casi imposible diferenciarlos (Sin contar el hecho de que todo el templo estaba hecho con tonos entre dorados y cafés).

Durante mi búsqueda ese día pude dar con un reloj que marcaba la hora solar y la digital. Se encontraba muchísimos metros arriba de la puerta que daba a mi habitación, entre dos estanterías. El reloj marcaba las 16:30 cuando encontré la letra "E", y en el momento que fui transportado de vuelta a mi habitación eran cerca de las 18:00.

Destino o Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora