Hola bellxs. Finalmente aquí subiendo el final del capítulo 14 donde seguramente se quedaron intrigadícimos. No olviden regalarme su voto si les gustó. Gracias por leerme, espero hayan pasado una Feliz Navidad :-*
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Si a Dasha le había molestado su ausencia no lo demostró y esa aparente indiferencia de su parte molestaba a Christopher. Había querido alejarse por unos días ansiando que ella lo extrañara, lo anhelara y finalmente lo llamara. Muestra de que estaba empezando a quererlo al menos un poco. Pero eso no había sucedido.
Ahora finalmente, enfadado y celoso, la había buscado y solo podía notar en ella una cruda frialdad como la que le dedicaba antes de meterse en su cama. Le había salido el tiro por la culata y molesto como estaba le demostraría que ella solo le pertenecía a él. Por eso se encontraban en el Joy's. Un vacío y silencioso Joy’s.
— ¿Me compartirás de nuevo Kit? — preguntó ella con todo el desdén que pudo reunir y que quemaba como ácido a Christopher. — ¿Quieres que me desnude y me lance a la cama con las piernas abiertas para que me folles y terminemos esto de una jodida vez? Te aseguro que me quedaré calladita y quietecita todo el tiempo.
La chispa de la furia prendió dentro de Dasha convirtiéndose en una gigantesca hoguera mientras pronunciaba cada palabra y se deshacía de los botones de su blusa con saña sin apartar la mirada de él.
— Sabes definitivamente que cuando estés así no será silencio lo que haya en esta habitación. ¿Por qué mierda estas enfadada Dasha? — despegó a regañadientes la mirada de los perfectos pechos de ella comprendiendo con un latido de esperanza y rabia el enfado de Dasha y listo para darle una lección.
— Estoy jodidamente enfadada porque no soy tu maldito juguete. No soy una mascota a la que puedas llamar con un chasquido de tus dedos. Me chantajeaste para llevarme a tu cama y ahora que lo has conseguido parece que no tienes claro si sigues deseándolo. Decídete Christopher. No tarda mucho para que un perro maltratado se vuelva en contra de su maltratador si se cansa de su situación. — gritó ella. Su piel ardía de furia y su cabeza no paraba de dar vueltas con pensamientos llenos de frustración, enfado y un ansia enfermiza que le ponía los pelos de punta y le humedecía el sexo de deseo en iguales cantidades.
— Ese es el problema Dasha. Que tú ya me deseas, tanto, que te sería imposible mandarme a la mierda.
Sus palabras contenían tanta confianza en sí mismo, tanto descaro que Dasha sin pensárselo dos veces lo abofeteó. El sonido reverberó en el cuarto vacío y la horrorizó en gran manera. No creía posible que ella fuera capaz de tal violencia, de tal arranque de sentimientos crudos y tormentosos como la ira sin límites.
A pesar del dolor y la mejilla de un color rojo furioso y ardiente, Christopher sonreía. Una sonrisa feroz y candente que hizo estremecer a Dasha. Entonces la besó. Con furia, casi ensañándose con sus labios hasta hacerlos doler. ¿Y ella? se preguntarán. Y ella le correspondió con el mismo deseo y con una furia casi duplicada. Casi sin darse cuenta Dasha se encontró a sí misma de cara a un ventanal que antes juraría que no estaba ahí. Finalmente entendió de qué servía el oscuro cortinaje que ocupaba una de las paredes. Lo que Dasha no entendía y la asombraba era en qué momento, mientras se besaban, Christopher había sido capaz de arrancarla de cuajo y dejarla caer de forma descuidada al suelo además de colocarse a las espaldas de Dasha.
— El Joy's de vez en cuando es alquilado para ciertos eventos, como por ejemplo: despedidas de soltera como la que estás viendo ahora. — farfulló Christopher en su oído mientras tanto ella trataba de recuperar la respiración y se entretenía viendo el fabuloso espectáculo al otro lado.
La habitación estaba llena de mujeres bebiendo, bailando y usando unos horribles cintillos adornados con penes de goma. Era definitivamente una despedida de soltera por todo lo alto. Pero todo giraba alrededor de un hombre. Un hombre semidesnudo que bailaba en el centro de la habitación provocando gritos y aplausos de admiración y lujuria. Un stripper.
Dasha cerró los ojos por un momento y cuando los volvió a abrir, ahí seguía él... Luke.
— ¿Te excitará más si te masturbo mientras lo ves? Averigüémoslo. — murmuró Christopher y sin darle tiempo a ella a analizar sus palabras una de sus manos se internó en sus pantalones.
Dasha soltó un gritito de sorpresa. Era tan raro que habiendo tantas personas en una habitación ninguna se hubiese percatado de la presencia de un cristal mágico por el que se asomaban dos mirones que en ese momento supo que nadie allí sabía que había un cristal, y eso la humedecía más.
— Por eso no me dejarás Dasha. — dijo riendo por lo bajini él, muy satisfecho de sí mismo. Sus dedos trabajándola lentamente. — Porque eres adicta a mí y no importa con quien trates de llenar ese vacío, nadie será yo.
Entonces ella supo que él sabía lo de su beso con Luke y lo más raro de todo era que a ella no le importaba como era que lo había sabido. Solo podía sentir sus dedos dentro de ella. En efecto, se había vuelto adicta a él.
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La emocionante existencia de una adicta al sexo
Fiksi RemajaDasha ama su condición de mujer. Dasha ama disfrutar de su cuerpo con absoluta libertad. Dasha ama el sexo. Mejor dicho... Es adicta a él. Dasha es sexóloga. Si, sexóloga porque sabía que ninguna otra carrera se le daría mejor que una que estuviese...