⚠⚠⚠ ADVERTENCIA ⚠⚠⚠
Este capítulo contiene sexo M+H+M
— ¿Qué hacemos aquí Christopher?
— Ya lo verás. — fue su simple respuesta.
Dasha había pasado una velada espectacular pero al parecer esta no había acabado. La cena había estado estupenda y la compañía aun mejor, pero después del postre y caricias casi románticas sobre la ropa Christopher invitó a Dasha a continuar la velada en otro lugar. Ella accedió nerviosa por la que sería su sorpresa y ahora él la ayudaba a bajar delante del auto delante del bar donde habían sellado su pacto: el Joy's.
Christopher la guió con total confianza hasta la puerta donde el mismo guardia de la vez anterior y uno igual de corpulento que él velaban la puerta vestidos elegantemente con un traje negro. A Dasha le extrañó que la música no se filtrara por la puerta retumbando como tambores. Christopher murmuró algo al oído a Isaiah y este asintió con expresión impenetrable abriendo la puerta. El guardia le guiñó rápido un ojo a Dasha mientras cerraba la puerta y los dejaba dentro.
A ella muy pocas cosas la asombraban con respecto al sexo. Había hecho muchas cosas, algunas de ellas le habían provocado muchísimo placer... otras un terrible asco pero respetaba los gustos de cada quien. Así que la extrañó quedarse anonadada al ver adonde la había llevado Christopher.
El Joy's no era un simple bar de tragos. También era un local de swinging[3] muy elegante. La antigua apariencia despreocupada se había transformado en un amplio salón dividido por una larga barra donde un barman inexpresivo preparaba con rapidez las copas para sus selectos clientes. Dasha no podía contar la cantidad de personas que se encontraban hablando en corrillos, bebiendo... o haciendo algunas cosas aun mas interesantes.
Una pareja de quizás 35 años charlaba alegremente en la barra con un joven de quizás 27. Reían y brindaban mientras la mano del joven se deslizaba suavemente por el interior del muslo de la mujer, adentrándose cada vez más en la tela de su vestido sin que ella pusiera ninguna objeción, más bien lo alentaba abriendo más las piernas y dejando a la vista para él y todo el que quisiera que no llevaba bragas y se encontraba muy excitada. Todo, delante de la complacida mirada del esposo, al cual el anillo señalaba.
A Dasha la imagen le hizo sentir un familiar cosquilleo entre las piernas. Como si Christopher supiera lo que estaba sucediendo apoyó una posesiva y cálida mano en la espalda descubierta de ella. La mano en la piel de Dasha se sentía como hierro candente activando todo los nervios de su cuerpo.
— Te gustó mi sorpresa. — susurró él en su oído. La suave y sensual música no interrumpía de ningún modo la conversación.
— Nuevamente... eso no es una pregunta. — afirmó ella con una tenue sonrisa que él devolvió encantado y sorprendido por su actitud tan despreocupada. No sabía la reacción que tendría ella al entrar al Joy's pero tampoco se esperaba un escándalo.
Una mujer muy bien vestida con un vestido escotado y altas plataformas de tacón se acercó con celeridad a ellos. Dasha hubiera podido apostar que su vestido costaba dos de sus salarios.
— Señor Perkins. — saludó la mujer con deferencia y dio un asentimiento y una encantadora sonrisa a Dasha.
Sus ojos gritaban por sexo y su cuerpo curvilíneo invitaba a ello. A Dasha no se le pasó por alto como esta la recorría con la mirada, analizando cada tramo de su cuerpo. Christopher se acercó a ella y la susurró algo en el oído. Dasha se extrañó al sentir la leve punzada de los celos. La mujer sonrió más ampliamente si podía.
— Dasha esta es April. April te presento a Dasha. — las presentó él. April, sin vergüenza alguna besó la mejilla de Dasha demasiado cerca de su boca para que fuera accidental.
Varias piezas encajaron en la mente de Dasha pero estas no hicieron que los nervios y la excitación disminuyeran ni una pizca sino que aumentaran más.
— Encantada de conocerte Dasha. Te gustará por aquí. — la sonrisa gatuna de ella estaba cargada de lascivia.
— ¿Vamos? — preguntó Christopher, Dasha sintió como sus labios se movían, casi acariciando, la piel de su mejilla cosa que hizo que todo su vello se erizace.
— Vamos. — respondió ella de vuelta mirándolo directamente a los ojos.
Dasha disfrutó del pequeño hoyuelo que apareció en la mejilla de Christopher y ambos empezaron a caminar siguiendo los pasos de April. En realidad el Joy’s parecía más un club de campo en el salón principal por lo que ella quedó en shock al ver las lascivas actividades que se llevaban impudicamente a cabo en las habitaciones al fondo. Parecía que cada una estaba hecha para algo en especial.
Había un salón público de shows donde una pareja (o más de una) tenían sexo mientras otros miraban. Otra que estaba especializada en BDSM y otras cosas aun mas truculentas y finalmente muchas habitaciones privadas. April, Christopher y ella entraron a la última que lucía el letrero de “Reservado”.
La amplia habitación estaba tenuemente iluminada con pequeñas velas que rodeaban una cama redonda con sábanas de satén negro. Las paredes de un discreto papel tapiz que fingía ser madera a excepción de una cubierta por completo por una ancha cortina. Dasha estaba nerviosa y expectante y al sentir como los brazos de Christopher la rodeaban por detrás dio un ligero brinquito.
Sintió como él pecho de él se sacudía suavemente con una ligera risa. La boca de él se posó delicadamente en su cuello. Entonces él murmuró mirando con intención a April.
— ¿Qué te parece Dasha? ¿Te gustaría tener a April comiéndote el coño mientras yo te rompo el culo? ¿Te gustaría tener a ambos satisfaciéndote especialmente a ti?
A Dasha sus palabras no hicieron mas que enardecerla y tener a Christopher abrazándola por la espalda, sus dos manos amenazando con trazar la forma de sus pechos sobre el vestido y a su polla ya dura siendo restregada contra su trasero no ayudaba. Mientras tanto April los miraba ardientemente empezando a quitarse la ropa.
Los pechos de April fue lo primero que vio y no pudo evitar quedarse embobada mirándolos. Grandes y cremosos con pezones rosados que se endurecieron cuando la misma se los pellizcó. Y luego vino su coño completamente depilado. Sin vergüenza alguna esta se acostó bocarriba sin dejar de acariciar sus pechos y dejando que una mano se perdiera en las profundidades de su entrepierna.
Christopher pensaba que iba a explotar de tan duro como estaba. Dasha deseaba aquello con una intensidad como no sentía nada en mucho tiempo. Como cuando necesitaba el sexo para respirar y ya no le importaba el miedo que le tenía a esos meses de cruda sexualidad. Solo quería ser satisfecha y gozar. Y podría hacerlo sino ponía trabas.
Dasha se volteó en su brazos y sus labios poseyeron los de él con un hambre que nunca había sentido. Christopher asombrado por su actitud respondió al beso con la misma ansia y hasta más. Ella enredó las manos en el suave cabello de él y lo jaló mientras restregaba la parte baja de su vientre contra su dura erección. Saber que él deseaba aquello con la misma intensidad que ella la volvía loca. La hacía fundirse contra su cuerpo.
— Entonces ¿a qué esperas? — dijo ella con la voz entrecortada por la excitación mientras mordisqueaba el labio inferior de él y se iba deshaciendo de su chaqueta.
— Joder Dasha. Por eso me encantas. — gruñó él enloquecido de deseo. Atrevido acarició un fruncido pezón por sobre el vestido y sonrió con aprobación al sentirla arqueándose contra su cuerpo llena de pasión.
Christopher no sabía cómo Dasha podría reaccionar a su sorpresa pero saber que le gustaba, que estaba dispuesta a que él la compartiera aunque fuese un intercambio suave con otra mujer le daban ganas de arrancarle la ropa y follársela contra la pared. Con rapidez ambos se fueron deshaciendo de la ropa alentados por los gemidos de April que se masturbaba mirándolos.
Con aprobación él vio que debajo del corpiño del vestido ella no llevaba sujetador ya que su vestido se lo impedía y con arrogancia pellizcó la erguida areola y vio como ella se retorcía dentro de sí soltando un gemido que casi lo hizo explotar. Él vivía para escuchar los dulces ruidos que ella provocaba cuando deseaba que la satisfaciera.
La mayor sorpresa se la llevó él cuando el vestido de Dasha cayó al suelo arrugándose alrededor de sus piernas y vio con evidente placer e incredulidad que ella no llevaba bragas. Ella lo besó riendo contra sus labios y dio una rápida caricia al pene ya erecto de él y que se puso increíblemente más duro. El gruñó una mala palabra.
— Dijiste que por la sorpresa me iba a quedar sin bragas. Así que me adelanté y no me los puse. — le dio la espalda y fue acercando su cuerpo pecaminosamente hermoso a la cama. Christopher desesperado y excitado decidió seguirla.
Dasha y Christopher se unieron a April desnudos en la cama donde él besó la boca de la otra y Dasha se sentaba sobre la cintura esta.
— ¿Te gustaría comerte el coño de mi chica April?
— Me encantaría. — gimió la rubia.
Una amplia sonrisa de Cheshire se extendió en la cara de Christopher que compartió una intensa mirada con Dasha y con celeridad se dispuso a ayudarla a que su coño quedara justamente sobre la boca de la otra que no dejaba de acariciarse el clítoris.
El primer lengüetazo hizo que Dasha casi perdiera la conciencia de todo lo que la rodeaba y el equilibrio por lo que Christopher le aconsejó que se apoyara en sus codos y quedara estrategicamente en cuatro para también su disfrute. Dasha adoraba tener a una mujer dándole sexo oral y no porque no disfrutaba con hombres, pues algunos como Christopher y Luke eran expertos en darle placer con su boca y su lengua, sino porque quién mejor que una mujer para conocer su anatomía y como complacer a esta de forma perfecta y variada.
Sentir a April sorbiendo suavemente su clítoris en su boca y como vibraban sus gemidos en su vagina mientras llevaba a cabo complacerlas a ambas hizo que Dasha perdiera conciencia de la ausencia de Christopher hasta sentir como un frío ungüento era esparcido alrededor de su fruncido agujero anal y luego un atrevido dedo la penetraba.
Dasha gimió desesperada. Solo podía sentir todas las deliciosas sensaciones que rodeaban su cuerpo. La lengua de April rodeando su clítoris. Dos dedos embadurnados de lubricante moviéndose en su trasero. April lamiendo sus hinchados pliegues. Otro dedo de Christopher uniéndose a la fiesta, retorciéndose mientras entraban y salían mientras él le decía sucias palabras al oído.
Entonces Dasha gritó y gimió y suplicó a voz en grito cuando el duro miembro de Christopher llenó su apretado culo y empezó a moverse suavemente dentro de ella. Gritó de nuevo al sentir que la lengua de April penetrando su cálido canal. Jodidamente sentía. Entonces todo explosionó.
Apretándose alrededor de Christopher que siseó dio un par de estocadas y la acompañó. Los tres gimiendo y gritando por su orgasmo. Dasha lo único que podía pensar llegado ese momento era que los franceses tenían razón al llamarlo la petit mort. La pequeña muerte.— ¿Te gustó la sorpresa? — preguntó Christopher al dejar a Dasha a la puerta de su departamento luego de darle un largo beso de despedida.
— La sorpresa me dio literalmente por el culo. — respondió divertida ella. Ambos empezaron a reír a carcajadas.[3] Estilo de vida que consiste en el intercambio de parejas
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La emocionante existencia de una adicta al sexo
Teen FictionDasha ama su condición de mujer. Dasha ama disfrutar de su cuerpo con absoluta libertad. Dasha ama el sexo. Mejor dicho... Es adicta a él. Dasha es sexóloga. Si, sexóloga porque sabía que ninguna otra carrera se le daría mejor que una que estuviese...