Cap. 49

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Hoseok despertó de su gran sueño y vio por la ventana de su habitación. Estaba agotado porque el día anterior tuvo su tercera cita con un psicólogo que sus padres consiguieron. Estaba agradecido porque él era coreano y le facilitaba mejor las cosas. Supo que él era amigo de su papá Ji cuando estaban en la universidad y ambos llegaron a Toronto.

Ya iba más de dos semanas allí y estaba acostumbrándose a los cambios. Se sentía muy solo y aunque el recibir mensajes de sus hyungs y de los cinco chiflados le alegraban al leerlos no se sentía bien porque Yugyeom no daba señales de vida.

Fue hacia la cocina y se preparó su desayuno mientras respondía los mensajes que tenía de sus amigos. Lo más duro de empezar a vivir en otro país fue la soledad. Estaba sintiéndose mal porque no tenía amigos y necesitaba abrazar a alguien. Necesitaba cariño físico y eso le estaba atormentando demasiado. Necesitaba a alguien a su lado que le dijera que todo iba a estar bien y que nunca dejaría de abrazarlo. En conclusión, necesitaba a Yugyeom.

No quería ir a una discoteca y acostarse con cualquiera, tenía miedo de que pasara lo que pasó con Jay y tampoco quería beber porque estaba tomando varias pastillas que le hacían seguir con su vida con tranquilidad. Tampoco había salido de su departamento para más que ir con su psicólogo y eso casi le causa un ataque, pero logró llegar al baño de una cafetería vacía y se tomó una pastilla para poder relajarse.

Tuvo varias sesiones larga con el psicólogo y tuvo que decirle todo. Sabía que él no les diría nada a sus padres por lo que le contó su adicción al sexo y a los vicios. Le contó todo lo que hizo y a qué edad empezó. No recibió críticas ni burlas y eso le alivió demasiado, más aun cuando él le dijo que le iba a ayudar a superar todo eso y que sería su amigo desde ese momento.

Hoseok dejó su celular en el mesón y fue a bañarse porque no sabía qué más hacer y cuando estuvo con ropa de calle y un abrigo guardó un botecito de sus pastillas en el bolsillo y con su celular en mano salió. Vivía en un lugar tranquilo y casi no se topaba con personas porque evitaba tomar caminos concurridos.

Caminó hacia un parque que veía cuando iba al psicólogo y se adentró al lugar que tenía senderos entre el bosque. Se sentó en una banca que estaba casi en medio del lugar. Al ser temprano no había nada de gente y eso le relajaba. Quería volver a Corea junto a sus padres y hacer que ellos le abracen.

Quería volver con sus amigos y escuchar sus bromas, sus idioteces y sus ocurrencias. Quería ir y verlos tocar en lugares famosos mientras bailaba y gritaba sus nombres con fuerza al igual que sus fans. Quería ver a sus hyungs y que estos les cuenten cosas de sus padres. Quería escucharles regañarlo o prohibirle hacer las cosas. Les extrañaba demasiado.

Y con Yugyeom, con él quería abrazarlo, besarlo y amarlo como no lo hizo antes por estúpido. Él ya sabía sus sentimientos por Yugyeom pero los ignoró por miedo y porque quería una vida loca y no dañar una amistad de años. Pensó que su amigo nunca iba a verle de manera romántica porque sabía todo lo que hacía. Porque nadie quiere a alguien usado y sin valor, eso lo sabía muy bien.

Por eso es que cuando tenía oportunidad estaba con él, de cualquier modo. No le importaba la manera, solo que Yugyeom estuviese allí. Fue muy estúpido al dejarse llevar por sus inseguridades y malos comentarios porque esos lo habían cegado. No se había dado cuenta de que la manera de actuar de Yugyeom no era porque quería sexo o porque eran amigos con derechos y se conocían de años.

Estaba tan cegado que no se había dado cuenta de que lo amaba. De que Yugyeom era más que cualquiera y que jamás lo dejaría. Yugyeom había dicho algo que le aclaró todo, fue allí cuando supo todo el daño que le hizo y que ya era demasiado tarde. Yugyeom no querría alguien que ya había sido usado por muchos y que era una basura con una imagen dañada.

Little Fairy [BTS X Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora