Cap. 41

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Eran las 10:00 am y Hoseok recién se levantaba para ver si comía algo. Fue hacia la cocina en el primer piso y vio a la sirvienta encargada de preparar la comida allí.

-Buenos días- saluda el menor y ella enseguida le sirve tostadas, mermelada, huevo, queso, jugo y café. Su padre seguía evitándolo y su papá Ji trataba de hacer que arreglaran las cosas pero ninguno quería hablar. Por lo que Hoseok optó por no comer con ellos ni tampoco ir al parque acuático aunque la salida fue organizada para él.

Se había negado hasta el final y su papá ya no pudo cancelar la reservación y se fueron todos los adultos por lo que estaría solo todo el día. Pero si su padre seguía con la idea de no dejarlo irse no le hablaría de nuevo.

-¡Joven!- da un brinco en su asiento por el susto. Ve a su empleada con mala cara. –Lo siento, pero se quedó viendo a la nada y su comida ya se enfrió.

-No te preocupes, ya quedé lleno.

-Pero si no ha comido nada- Hoseok con una sonrisa comienza a comer lo que puede y la sirvienta le sonríe feliz de verle comer. Hoseok recibe un mensaje y al verlo bufa con enojo.

Coge su celular con enojo mal disimulado y maldice en bajo. Sale del comedor y va a ducharse y vestirse para salir con su no deseado acompañante de cama. Le ha estado insistiendo en verse y no quería que él vaya a su casa y tenga que darle explicaciones acerca del chico tatuado; a su padre.

Toma un taxi y va hacia el departamento de Jay ya que ese es el punto de encuentro. Treinta minutos después llega y baja luego de pagar. Sube por las escaleras al tercer piso y va directo a la habitación del chico.

Toca la puerta y segundos después se abre y ve a Jay sin camisa. Ama a las personas que tienen tatuajes y perforaciones, le vuelven loco y es débil ante eso.

-Tengo algo que te va a gustar- le toma de la mano y le hala hacia adentro. Le lleva a la sala muy iluminada por el sol y maldice en su mente cuando ve packs de cerveza y cigarrillos de marihuana sobre la mesa de centro.

-No tengo ganas hoy. Y mi padre está en casa.

-No te preocupes, dos cervezas, un porro y nada más. Quiero solo disfrutar el momento contigo- Hoseok asiente y se sienta en el sillón. Jay le da una cerveza y pone música en su equipo de sonido.

(...)

Cuando Hoseok abre los ojos nota que el sol se ha ido y la música ya no está. Se levanta con cuidado porque siente un poco de dolor y mira alrededor de la sala. No hay nadie y entra en pánico cuando nota que lo único que lo cubre de su desnudez es una manta. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba Jay?

Sabe que algo realmente malo ha pasado cuando su cuerpo duele más al levantarse. Marcas rojizas están esparcidas por toda su piel, vientre, muñecas, muslos, tobillos. Maldice en sus adentros y grita el nombre de Jay. Obtiene solo el silencio sepulcral de ese departamento.

Busca su ropa que está regada por la sala y se la pone enseguida. Su celular sigue en sus pantalones y casi le da un infarto al ver la hora. Cuatro de la mañana. Las tantas llamadas perdidas de su padre y papá no le ayudan a relajarse.

No recuerda lo que sucedió ni un poco. Se pone los zapatos y sale del lugar, directo a la fría mañana. Quiere llorar porque esto jamás le había pasado; no recordar nada y despertar sin ropa en una habitación de un tipo. Con lágrimas en los ojos llama a su padre cuando está cerca de un parque y lejos del departamento.

Cuando le contesta no le deja hablar y solo le da la dirección y cuelga. Lleva sus manos a su rostro y comienza a llorar. Llora porque no sabe qué pasó ni qué hizo. Solo supo que tenía varias marcas en su cuerpo, dolor y un mal presentimiento. Jay le había drogado en algún momento y hecho con él lo peor.

Muchas dudas rondaban por su alterada mente, algo en su interior le gritaba que estaba en peligro, que fue un idiota en creer que Jay era bueno y no le haría nada. Quería recordar lo que pasó y no imaginarse cualquier tipo de cosa, no quería aceptarlo.

Varios minutos después llegó su padre junto con otros carros y dos eran de policías. Se asustó por eso, no quería a la policía cerca, había bebido y fumado marihuana. Su padre se enteraría y estaría en problemas.

Vio a su padre bajar del auto negro y correr hacia él. Se levantó de la fría banca y cruzó sus manos en su espalda. Esperó recibir un golpe o algún insulto, pero solo recibió un abrazo de su progenitor. Un fuerte abrazo que casi le hace caer.

-Cariño, estaba tan preocupado por ti.

Hoseok se sintió triste por eso y comenzó a llorar en su pecho.

-Estoy bien- ¿Lo estaba? Su cuerpo dolía; en todas partes. Estaba confundido y quería explicaciones.

-¿Dónde estabas? Pensé que alguien te secuestró y te hizo daño.

<<Prácticamente eso sucedió>> pensó Hoseok. <<Solo con la diferencia que fui por voluntad>>

-No lo sé. Me desperté en algún lugar de este parque y te llamé- ni loco iba a decirle lo que pasó. Fue su culpa después de todo. Su padre se decepcionaría si se enteraba de las verdaderas razones.

-¿Cómo sucedió eso? Estamos a media hora de la casa. Debió pasar algo más.

-Salí a dar una vuelta y cuando me desperté ya estaba aquí... creo que intentaron robarme luego de drogarme, pero por algo no lo consiguieron- iba a seguir con esa mentira por muy mala que sea.

-Hay que decirle eso a la policía.

-¡No! Estoy bien y no me robaron. No agrandes el problema por favor, solo quiero ir a casa y tomar algo para el dolor de cabeza. Por favor no les digas nada.

-No es lo correcto, qué hubiese pasado si el acto llegaba a concluirse. Estarías sin nada o lo peor... Muerto. Hay que hallar a los que te hicieron esto.

-No les digas nada, ni a papá Ji, por favor. Hazlo por mí- iba a llorar si no le hacía caso. Fueron hasta donde ellos. Ya allí vio a sus hyungs con una mirada de preocupación. Los policías se acercaron y le preguntaron sobre lo ocurrido.

-Huyó de casa porque dañó la pantalla de la sala de cine junto con el equipo de sonido. No quiso hacerse responsable y solo se le ocurrió huir de casa. Lamento la situación, oficial.

-Tenga más cuidado con su hijo. Puede pasarle algo malo fuera de casa, los hombres tampoco quedan exentos de sufrir violaciones o robos.

Ambos asintieron y vieron a la policía irse. Hoseok se subió al carro de su padre sin ver a los otros adultos aguantándose todo el dolor que se apoderaba de su cuerpo. Se puso el cinturón y esperó a que su padre entrara al auto. Cuando lo hizo miró hacia la ventana.

-Sabes que puedes decirme cualquier cosa que te haya pasado, Hoseok.

-No pasó nada. Estoy bien, vamos a casa rápido- Choi prendió el auto y se puso en marcha para ir a casa, guardándose todas las ganas de preguntarle miles de cosas y obligarle a decir lo que le pasó.


Yes, soy bien loca con esto. Pero ñe~

Nos vemos pronto... creo

 creo

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Little Fairy [BTS X Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora