• Fin •

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Una semana después •

- ¿Qué tal? ¿Cómo me veo? - Jimin se miraba su reflejo en el espejo. - Tal vez debería probar algo distinto, ¿no crees? - el pelirrosa dudaba de su vestimenta para la graduación.

- No lo creo - Yoongi se acercó a él lentamente y con la mano que no tenía enyesada, le agarro de su viniera para darle unos pequeños besos en el cuello. - Yo creo que te ves lindo - le murmuró en el oído.

Jimin volteo para ver a su novio. Lo tenía tan cerca que le decidió agarrarlo - esto está muy duro - se lo hizo saber mirando hacia abajo.

- Si lo sé, ha estado así por mucho tiempo. ¿Quieres tocarlo? - miró al menor esperando a ver qué le respondía.

- No lo sé, soy muy torpe con esas cosas- Jimin hizo un puchero con sus labios.

- No te preocupes dame tu mano - Yoongi tomó las delicadas manos de su novio y lo puso sobre la cosa dura.

- Es muy áspero - le mencionó.

- Si lo sé.

- ¿No se levanta más? - Jimin lo levantaba con cuidado pero la cosas volvía a caerse.

- No, eso ya no se puede levantar más. Antes lo podía levantar solo, sin la necesidad de tocarlo - agregó el rubio.

- Deberá ser muy incómodo llevar ese yeso - Jimin trataba de levantar el brazo del chico para que esté llegará a su cuello, pero la posición en la que lo traía dentro de ese yeso, se le complicaba.

- De hecho, al comienzo me fastidiaba, pero después uno se acostumbra - aclaró el chico.

- Hmmm ... ya veo - Jimin agachó la cabeza. Dejó el brazo de su novio y volvió a mirar al espejo.

En estas semanas Jimin había estado muy decaído anímicamente, no quería comer y tampoco quería hacer nada que requiera salir de casa.

- ¿Que te pasa bebé? - Yoongi dejó caer su cabeza, despacio, sobre la espalda del menor, recostandose sobre él.

- No es nada. No te preocupes - Jimin agarró la corbata que tenía colgado a su lado.

- ¿Estás seguro? - preguntó el chico - no puedo mentir que te he visto muy decaído estos días.

Yoongi le quitó de las manos la corbata y se lo puso en el cuello del pelirrosa. Le intentaba ayudar a hacer el nudo ya que el menor no sabía cómo hacerlo.

- Dime una cosa - Yoongi miraba en el espejo para ver cómo le quedaba la corbata.

- ¿Está Tae? ¿No? - Yoongi terminó de hacerle el famosos nudo de corbata.

El pelirrosa ni se inmutó, se puso el saco sin siquiera prestar atención en su novio.

- Oye - el rubio volvió a repetir la pregunta.

- No pueod dejar de pensar en Tae. Todo lo que pasó... - Jiminae sentó en el borde de la cama.

Con sus antebrazos apoyados en sus piernas, aún recordaba los gritos de su mejor amigo ese día.

"¡Estúpido Ángel!" »YM« 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora