• 54: Caras nuevas •

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Los tres amigos habían avisado a Tae que le iban a visitar en su trabajo.

Yoongi no daba facilidades para creer a Sunni, la cual le decía que el pelirrojo estaba trabajando.

El rubio, conociendo al padre del chico, por lo menos eso es lo pensaba, sabía que ganaba muy bien y tenía un puesto muy alto en la escala laboral de su trabajo.

- Te estoy diciendo que sí. Tae está trabajando - trataba de explicarle la castaña.

Yoongi hacia oídos sordos e iba adelante de su mejor amiga.

La castaña se acercó a Jimin y puso una mano sobre su hombro.

- Jimin, por favor. Le podes decirle al inadaptado de tu novio que si estoy diciendo la verdad.

El pelirrosa quien caminaba al lado del rubio, tenía sujetada su mano. - Es verdad bebé. Lo vimos el otro día - aclaró el menor agregando una entonación dulce.

El rubio solo le sonrió y sin decir ninguna palabra, siguió caminando sujetando las manos de su Jiminnie. Mientras que Sunni, ahí atrás, se arrancaba los pelos del estrés que tenía al no ser tomada en cuenta por su mejor amigo.

- Espérenme - formaba un puchero, algo enojada por la situación.

La primera en entrar fue Sunni. La cual se dirigió corriendo a abrazar a Tae, luego de haber gritado su nombre para que esté mismo notará su presencia.

- Shhhh. Me pones en ridículo - susurraba Yoongi tirando un mechón de pelo de la castaña mientras miraba algo tensionado a las demás personas que yacían en la tienda.

- Yoongi. Amigo. Hace mucho que no los vemos - el pelirrojo estaba emocionado de poder ver a sus amigos en su trabajo. Uno tras uno fue saludando.

- Así que aquí trabajas - formuló el rubio. Recorrió toda la tienda con su mirada.

El pelirrosa miraba el panorama del exterior de la tienda, el cual se veía a través del extenso espejo reluciente que tenía al frente suyo. Vaya que si era reluciente, pareciera como si no hubiera nada solido entre el interior de la tienda y ese exterior.

- Sí. Este es a lo que me dedico ahora - expresó el menor. Sonaba mas seguro de sí mismo.

Aunque la oración formulada por el chico no fue del todo agrado del mayor. Yoongi quería ver triunfar a sus amigos, pero no en estas condiciones.

- ¿Dedico? Tú estas pensando quedarte a trabajar por el resto de tu vida. Decime por favor que me equivoco - aclaró el chico mostrando un gesto de preocupación.

- Ehhh. Aún no lo sé - haciendo una breve pausa le comentaba su forma de pensar por el momento.

- Dios - el rubio se llevó la palma de la mano hacia su frente, mientras negaba con esta, dando a entender que no estaba de acuerdo con lo que decía su amigo.

- Ven - puso su mano su mano sobre el hombro del chico, y con un movimiento hizo que este volteara. Miró hacia atrás para asegurarse de que los chicos no lo vieran. Quería tener una conversación a solas con Tae.

Se lo llevo a una de las zonas más alejada de los chicos, en los últimos pasillos de la pequeña tienda.

- ¿Yoongi que tratas de hacer? - preguntaba confundido el pelirrojo, Tae movía sus pies a obligación del mayor, el cual lo empuja de sus hombros.

- Bien aquí nadie puede escucharnos.

Los chicos se detuvieron casi en los pasillos de los lácteos, el ruido de las heladeras les favorecía.

"¡Estúpido Ángel!" »YM« 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora