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Yang-Mi

- Mira mami. Te dibuje a ti y a papá.

- Pero mira que hermoso. Acaso no tendrás una habilidad secreta que no le hayas contado a tus padres - (La mamá le sonreía mientras le daba mimos en la cabeza).

- Buenos días mis princesas - ( el papá recién se levantaba y lo primero que hacía era irse a darle el beso de buenos días a sus únicas dos mujeres de la visa)

- Papi - ( la menor bajo del asiento en dónde estaba dibujando y fue corriendo a abrazar a su papá)

- Ven aquí pequeña - ( el padre la levantó con sus brazo a su hija. Fue a saludar a su esposa con un cálido beso).

- Los quiero mucho - ( la hija los abrazó a los dos, aprovechando que su padre la había levantado).

.....

Me llamo Yang-Mi. Soy una chica inusual y rara, con algunos problemas de confianza, atrapada dentro del cuerpo de una adolescente, presidente de la clase y apreciada por algunos y odiada por otros.

Trató de ocultar mi verdadera forma de ser, de las otras personas.

Ellos no me comprenderían.

Mi vida no solo se baso en decepciones  y crisis existenciales.

Hubo un tiempo en dónde yo era feliz.

Mi mamá siempre llegaba a mi habitación a despertarme para que yo pueda ir al colegio.

Me hacía las trenzash me cepillaba el cabello mientras yo desayunaba mirando la tele.

Mi madre siempre me regañaba por querer esperar a mi padre para que saliera de la casa.

Ni bien veía que se asomaba por la puerta, sin pensarmelo dos veces, corría a sus brazos para despedirme de él. Mi padre siempre me deja los mejores abrazos que yo podía sentir en ese tiempo de mi vida.

Antes de soltarme, mi padre siempre me daba un fuerte beso en cada una de mis mejillas, para luego decirme que me vaya bien, susurrando me al oído.

Así era mi rutina cada día de la semana, mi mamá despertaba, espantaba a papá, me despedía demk madre para luego subir al transporte escolar w irme a la escuela. Mi mamá me esperaba con algún que otro bocadillo, ella ya sabía que la escuela era muy agotador y me conocía tan bien como para que me llevara galletitas todos los días, cuando ella iba a verme en la parada del transporte.

Todo sea amor y cariños entre nosotros tres, hasta que llegó ese día.

Uno nunca pensaría que incluso en las fiestas navideñas, se podría sufrir.

Recuerdo ese día perfectamente, era la primera vez que pasaba las fiestas viendo la nieve.

Me acuerdo que ese día le pedí a mi mamá, poder salir al jardín, ya que estaba  cubierto todo de nieve y como niña, queriendo explorar el mundo, me generaba curiosidad.

Después de tanto insister, mi mamá me dejó salir.

Creo que fue los mejores 30 minutos de mi vida, hice muñecos de nieve y acá uno les asigné un nombre que se me ocurría en el momento.

"¡Estúpido Ángel!" »YM« 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora