𝙲𝙸𝙽𝙰𝙱𝚁𝙸𝙾

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1805. Elinor Rosse

La melodía del cabalgar de ambos animales recogiendo la tierra y el polvo con su trote se juntaba con los latidos del corazón de Olivia, quien si bien permanecía en silencio, pude sentir como, cada que respiraba, su sonido tartamudeaba. El sol de la mañana salía y entre el prado de los alrededores seguíamos el camino sin parar, la luna roja al fin se escondía. Yo trataba de recordar que era lo que había escuchado detrás de aquella puerta que delimitaba lo sucedido; no fue solo a voz de Bill pidiendo auxilio. Sin duda era un mal momento para preguntarle a Olivia sobre una pintura extraña que apareció en un lugar dónde no debería estar. Por momentos la veía preguntándose a sí misma ¿a dónde estamos yendo? fue suficientemente constante para que a los cinco minutos comenzara a bajar la velocidad al notar que el camino se dividía en siete ramas y era imposible encontrar marcas de ruedas en el piso. Blake trataba de rehacer el hechizo. La vi formar de nuevo el cubo con sus manos, el caballo se desviaba del camino cuando despegó las manos de su brillante lomo, tuve que anivelarme. Dentro de su magia apenas se veía una luz celeste y grisácea, borrosa y sin figura, no podía encontrarlo.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué no funciona? - pregunté en dificultad mientras el viento removía el cabello de mi frente, desacomodando el orden de la división que siempre permanecía en medio, ahora sin lugar, en cambio Olivia, estaba varada en un solo momento mientras lo único que se dejaba mover eran los holanes de su vestido con el viento y el cabalgar del caballo en medio del ancho camino y los escasos árboles de al rededor, lejos del bosque que rodeaba las esquinas del prado, siempre percibí la zona debajo de la isla como parte del páramo, como su propiedad. Se había detenido.

- ¡Lo sabía! están bloqueando mi vista, por supuesto que saben que voy tras él - respondió cortamente, asegurando mis dudas, aunque tal vez haya una forma de cambiarlo, desafiar lo esperado, se trata de Olivia ¿no?, jamás esperarán que tenga a alguien de su lado, muy probablemente creerán que está sola, aunque si es sobre de aquella figura, ya pusieron el ojo en mi bastante cerca como para creer que no me inquietaría por lo menos un poco al saber que el hijo de Olivia se había ido, se lo habían llevado. Me cuesta imaginar a esta familia de forma vulnerable frente a algo más, me hace sentir aún más pequeña, debo reconocer que no he parado de cuestionarme en estos últimos meses si es que es ella es lo que busco. Tal vez no tenga nada que ver con la muerte de mi madre directamente, de igual forma, estoy completamente segura de lo que quiero y no la dejaré hasta que tenga la oportunidad de asegurar su inocencia. De ser así, no creo que una disculpa sea suficiente, huiré antes de la próxima hora azul a mi hogar, me desterraré, esperando que no envíe a su cuervo por encima de mis nubes. Mínimamente estaré segura de que no son capaces de matarme para ese entonces después de que los haya confrontado, ¿no es así? al menos borrarían mi memoria. Después de un rato de pensamiento fijo, me di cuenta de que ella también permanecía perdida entre las olas de su lacio cabello y los rayos desiertos del Sol. ¿En qué pensaba ella? Seguro que tenía una idea.

- Tal vez pueda ayudar, debe haber otro truco que podamos hacer juntas - dije sugiriendo mi apoyo, tal vez no soy buena aprendiendo sola pero puede que solo por esta vez, con un poco de instrucción, pueda lograr algo y servir. Me miró en blanco y sin titubear bajó de su caballo de forma inesperada, haciéndome toser con la tierra que se levantó al hacer que el animal diera un par de vueltas lado ella. Actuaba como Auden aquellas veces que me pedía acompañarlo a la ciudad por algún encargo de su madre, siempre prefiriendo aguardar el silencio. La gente susurraba sobre el hijo no brujo de la mujer del cielo, pero nunca de la chica que caminaba perdiéndose entre las hojas. También me paré - ¿Entonces?

- Acércate, dame tu mano - dijo ahora sin visualizarme a mi, sino a sus propios objetivos. Asentí rápidamente y le di mi mano derecha poniéndola sobre la suya, supongo que esperaba que con mi magia pudiéramos pasar el bloqueo, me sorprende que ponga su suerte en una simple humana. Tocó de forma circular el centro de mi palma, causando un cosquilleo, hasta que una circunferencia perfecta brilló dentro de un verde neón - Trata de hacer lo mismo con la mía - me dio su mano y con mi izquierda traté de imitar los movimientos algo torpe, creía que no lo lograría pero de alguna forma lo hice y le compartí mi magia, debió ser por la conexión que se creó al inicio; y así, de igual forma, la circunferencia se inició en un rojo escarlata sobre su pálida mano que detrás llevaba un par de anillos del mismo color, los cuales brillaron con mi efecto. Me percaté que mis aretes también habían comenzado a brillar del color de su magia, verdes - Bien, eso es - dijo aclarando su vista, yo también quedé algo sorprendida con lo que pude hacer a su apoyo, aunque tal vez se trataba de la esperanza y perseverancia que esto me hizo conservar, como una vieja moraleja, demasiado endulzado. Si no me equivoco, se trata de un encantamiento de conexión para unir fuerzas, algo común en las brujas que procuraban una preparación para un hechizo o trato que necesitaba de más de un alma - Está sellado, ahora solo necesito que sigas mis movimientos pausadamente - comprendí en seguida después de que cambió a la dirección del Sol, señalándolo con sus dedos de la misma forma en la que yo lo hice, parecía que tomaríamos la firmeza de la estrella más cercana para ganar el dominio del bloqueo, aunque podría hacerse con cualquier otra, tal vez así era más fácil. Después de un par de movimientos que salían como señas, la palma de mi mano comenzó a arder, el poder del Sol cuesta pero nunca imaginé que de forma física; es como cuando ardía mientras buscaba el bosque de Paranoia en la biblioteca. Seguramente él ya se ha pasado más de una vez por ahí, sin duda, yo haría lo mismo si tuviera oportunidad.

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