𝙼𝙰𝙻𝚅𝙴𝚁𝚂𝙾

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- Por sobre el mármol. ¿Estarías dispuesto a crear un mundo para tu estrella y conseguir su centella cercana a cambio de su libertad en el paralelo? - Ethan lo contempló cansado, permitiendo que las palabras dejaran un espacio hasta que tomara el aire suficiente para poder responder. Durante su revuelo había imaginado a Aroha merodeando entre prados agraciados y lagunas rodeadas de maleza de frutos de cristal. Pensó que el guardián había desarrollado un criterio propio, después de todo, la imparcialidad era solo capa de los dioses. Se tendió en el suelo rendido, creía que ya lo había resuelto a su ambición, pero no sabía como funcionaba realmente - Tranquilo, alguna vez yo también atrapé esa duda en los ojos de mi amigo. Sabrás que hacer, aunque quizá sólo tú encontrarás la manera correcta. ¿Sabes por qué Aroha tomó esa decisión?

- Es una de las cosas que necesito saber. No me permitiría ignorarlo. ¿Por qué yo? En el gran mundo de espejos, ¿qué fue lo que nos puso frente a frente? No había nada particular en mi para encajar en su gran misión, ¿qué hay en mi? - dijo, quejándose y revolviendo sus manos sobre su rostro, sin permitirse ver el cielo. El suelo estaba congelado y una briza de hielo salía de él, como si su composición no fuera lo suficientemente sólida como para detener el vacío del que se sostenía; algunos hilos de su cabello se levantaban con las fuerzas de la ligera corriente y podía sentirla recorrer su espalda - Estrella, conoces al todo, sé que lo entiendes. No quería preguntártelo todo a ti, pero las dudas crecen y crecen - Ethan se hallaba a sí mismo en un terror binario y sin salida.

- Todo aquello ella deberá decírtelo, tu puedes descubrirlo, es tu deber a su palabra. En mi camino frente al tuyo hay algo más que debería preocuparte, no se trata de estrellas, se trata de tu sangre.

- ¿No me libré de que supieras quién soy, cierto? La maldición está rota - respondió, anudando lo que reconoció como su peor posible desenlace a lo imposible. Dejó caer sus manos hacia atrás, sintiendo un céfiro cruzar entre sus dedos. Escuchó los abetos de la lejanía revolver sus hojas en las alturas y las aguas tranquilas deslizarse, ablandando la tierra y navegando hasta sus pies, aunque había un ardor que crecía en su estomago y se propagaba rumbo a su corazón.

- No es acerca lo que piensas, se trata de tus padres. Puedo descubrir el velo y encender las velas - Ethan despertó y el mareo le hizo dar un par de pasos detrás, sosteniéndose de uno de los pilares de cristal modelado, donde la Luna no podía seguir acariciando su piel y dejaba que el gris estacionario de sus ojos tomara una forma familiar en el reflejo del pilar, cuya identidad no pudo velar - No podrás alcanzarla hasta que ocupes ese hueco, debes afrontar el juicio que le debes a tus padres.

- Yo no le debo nada a esas personas, ni ellos a mi - dijo con sinceridad, caminando de vuelta a su lado y alejándose del frío interior de la capilla - ¿Por qué lo harías?

- Me haz devuelto mi nombre. Mi contacto con el paralelo y una pizca de tu más enterrada humanidad. Ahora yo te devolveré tu nombre.

- La verdad. Nada más que eso. ¿Qué pasó con ellos?

- Estoy seguro que tu estrella se especializa en eso, pero conozco brevemente la historia de los espíritus que te preceden - dijo a sus espaldas, a conciencia de que el joven recuperaba cercanía. Ethan reaccionó a sus palabras con una desesperación contradictoria, "todo este tiempo" pensó con pesadumbre - ¿Creías que era mentira? - añadió la estrella al percibirlo. Ethan suspiró amargura y volvió a tomar asiento cerca suyo, cruzando sus pies al dejar sus piernas caer por el gran espacio de anchos escalones al jardín, donde un pequeño camino de arrollo que corría entre el último escalón y el extremo del sendero de piedras.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2022 ⏰

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