𝙶𝚄𝙸𝙽𝙳𝙾

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1805. Elinor Rosse

- ¡No puedo! - me quejé, rendida ante numerosos intentos de crear un portal, ya tenía las pequeñas partículas rojas y sus colores escarlata bien grabadas en la retina. Olivia y yo estábamos en el salón, practicando la generación de portales después de haberle contado lo que había pasado con su sobrino. En seguida estuvo dispuesta a ayudarme, le pedí un par de libros, sugerí que era una buena manera de ilustrar lo poco que entendía, sin embargo, insistió en que el mejor método era la práctica, reconfortándome de haberme librado de una sesión de estudios que ni en el colegio habría tomado a fuerza.

Wyatt y Bill conversaban en la sala lado al recibidor, sus voces eran muy distintas entre sí, pero era divertido escuchar como por instantes sus palabras hacían armonía. Blake estaba sentado mientras que Wyatt estaba recostado, apoyando sus piernas sobre las de Bill. Bastante confiados como para estar en el mismo espacio que yo, conjurando un hechizo que podría detonar de no ser porque Olivia contenía mis manos cuando retocaba mi incorrecta postura. Se suponía que comenzaría con distancias cortas, mi habitación sería un blanco ideal, no obstante, estaba casi tan desesperada como Morgan, quien revisaba la lista de los sospechosos que Bill había anotado una vez que el baile había concluido y las puertas se cerraron. La pobre sudaba de estrés, incluso cuando Wyatt le dijo que podía hacerlo después, ella no se daría poco tiempo para revisar la enorme lista. Auden había enlistado a cuarenta sospechosos más de los que yo tenía en mente: Mara.

- Tranquila, a tu edad no tenía idea de como hacerlos, aprendí mucho tiempo después - Olivia me distrajo de mis indagaciones, quizá por ello me era imposible concentrarme. Trató de calmarme, al soltar mis manos y acercar un vaso de agua fresca, ideal para mi mente que trabajaba siete veces más lento aquella tarde. Las atenciones de Olivia me sabían a dulces de cereza, esta mañana temblaba de dolor en mi alcoba, estaba sufriendo de los estragos de ser fértil, ella en seguida aligeró la pesadez con una compresa caliente y ropa mucho más cómoda. Le di un sorbo y articulé con la respiración más calmada, aunque mi voz seguía quebrándose.

- ¿Cómo hiciste para aprender? - dije al dejarme caer sobre la sala de encaje hueso, había entrado en el círculo que formaban los sillones en los que mis primos y Bill estaban sentados, causando que se detuvieran al notar mi presencia desanimada y agotada. Al mirar hacia arriba mi cabeza dio vueltas, el techo se veía más alto cada día. Una pesadilla recurrente de cabeza.

- Alguien me enseñó - respondió Olivia. Bill carraspeó. Creí saber quien pudo ser.

- Mara - dijo Morgan al separar los arrugados papeles - Ella y otros tres coincidieron en las cinco listas - regresó sentido a su conversación. Estuve a punto de levantarme rumbo al cuarto de baño cuando Morgan me llamó - ¿Qué opinas Elinor? Nosotras vimos que estuvo muy curiosa por el palacio. 

- Puede que su historial lo indique - aclaré, cuando para los demás pudo ser confusa mi seguridad mediante a la cual señalaba a su persona, yo nunca había cruzado palabra con nadie en ese baile anteriormente, pero tenía mis razones de sospechar de la joven Mara. Bill lo sabía - Wyatt - lo nombré, seguía distraído con Auden - ¿Hiciste tu lista? - a cambio solo recibí una mirada apenada, aunque sabía que él no se estaba sintiendo bien tampoco últimamente, la noche del baile

Cuando estábamos en su casa, Morgan me puso al tanto de las cosas que surgían en su cabeza como intento de aclararme su ausencia desmedida. A la mañana siguiente me tuvo que levantar Olivia, quien había venido junto con Bill a buscarme para las labores, sin embargo al llegar al palacio, Bill convenció a Olivia de dejarme descansar arriba. Sentí que mi corazón se salió del susto cuando fue él quien me despertó para comenzar el día, la oscuridad no le sentaba bien a su figura y sus ojos descansando en el arco de la puerta. Toda la organización me dejó agotada y mis primos salieron a casar temprano, se demoraron en llegar y fue el tiempo suficiente para que la misma makutu optara por venir a buscarme a Paranoia, necesitaba reunir mi lista diligentemente, o tal vez trataba de probarme algo sobre la relación entre el bosque y ella. A partir de ese día, mi cabeza no ha parado de estropearse. Cuando le dije que tenía solo una sospechosa pensé que se enfadaría, en cambio, se alegró con mi objetividad, claro que después que le conté el porqué junto con Morgan y Auden, tuvimos que explicarle sobre la lúcida pesadilla, y como corrió a mi casa en busca de ayuda. Fue crudo, pero Bill y yo acordamos no contarle a nadie sobre mi conocimiento en la relación con el hombre del sueño y su padre. Fingimos que no sabía nada y funcionaba perfecto, no había forma de saberlo a menos que él me lo dijera, Olivia y los demás creían a Bill incapaz de tal cosa, además, él deseaba conservar su orgullo.

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