𝙰𝙻𝙸𝙰𝙽𝚉𝙰

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1805. Elinor Rosse

Sentí como si en medio de un jalón del aire mis pies se distanciaban de la tarde caóticamente, un resplandor solar me cegó junto con la verdosa luz, además de que el aire se sintió en parte mucho más fresco al salir de la cúpula del bosque, sin embargo aún seguía sin poder respirar de la misma forma en la que el pequeño lago del páramo lo hacía frente a nosotros.

- ¡Te dije que yo no vuelvo a entrar ahí! Mira como tienen a Woods - soltó Olivia a su hijo enfurecida mientras todos nosotros recaíamos en el suelo sin fondo, se refirió a mi con mi apellido para denotar seriedad. ¿Se refiere al bosque?. Tal vez ella también le teme de igual forma que los demás, sin duda ser bruja no te absenta de la superstición - ¡Vi todo lo que ocurrió ahí! - Wyatt y yo nos miramos por segundos para después voltear en busca de Morgan quien se había escapado de la escena, parecía no querer tener nada que ver con la bruja enfurecida, me pregunto como se habrá esfumado tan rápido. Hubo un silencio mientras Bill la miraba con rabia adormecida, se veía cansado, algo demacrado, en cambio yo aún no puedo contener mi respiración agitada, este lugar me pone nerviosa, esto me pone ansiosa. Suspiró segundos después y respondió.

- Yo no te obligué a ir - Olivia seguía soltando palabras pero en una acción infantil la dejó hablando sola, Wyatt se fue condescendiente a buscar a Morgan, desapareciendo y dejándome con Olivia. Mis brazos perdieron las vendas al caer y el tacto que rozó con una de las manos cubiertas de Bill mientras éramos arrastrados me había vuelto a hacer sangrar, definitivamente no podía contener algunos sollozos. Parece que solo son necesarios un par de encuentros con la familia Blake para romper toda mi realidad, sacarme de mis propios problemas para encasillarme en más y más dudas; ella estaba a punto de acercarse con una mirada afligida pero yo solo corrí entre las hojas, no se veía interesada en seguirme, así que fácilmente me perdí entre los árboles que atardecían y las flores que pisaba al correr entre algunas lágrimas.

Las dudas perdían importancia mientras comencé a caminar más despacio por ahí, al menos estaba segura de que nadie me comería aquí afuera, ¿verdad?, simplemente debí haberme quedado en casa a pensar en lo malo que sería llevar a cabo mi "expedición". Sabía que Olivia no me dejaría ir tan fácil con su secretito, aunque no pensé que se llegara a este extremo con algo que ellos mismos me soltaron de lo más fácil; ahora entiendo que era una forma de asegurarse que yo al final estaría atada a esto, como marcar un proyecto, de la misma forma en la que quedé atada a este lugar hace años. Mientras miraba unas rocas azuladas que parecían modeladas en porcelana blanca no me resistí tomarme un respiro para después regresar con Olivia y exigir una evidente explicación. Al hacerlo, un círculo de árboles a mi alrededor me protegían dejando en el centro de la pequeña plaza de asientos blanquecinos donde por encima había un círculo de cielo en la cima. Dejaba entrar una cálida pero fresca luz, formando un cilindro de cristal.

- Elinor - Giré mi mirada al frente que apenas se miraba entre los rayos del Sol que dejaban una nube de partículas flotar entre él, cuando se acercó más, pude ver a Auden saliendo a la luz mezclándose con el blanco cielo, haciendo contraste con sus ojos y ropa - ¿Me dejarías explicarte? - me dijo sentándose a mi lado, al hacerlo, sus piernas quedaron mucho más arribas que las mías al ser una roca pequeña, en cambio a mi me quedaba como anillo al dedo. Tan solo asentí con algo de frialdad, pues me gustaría que fuera Olivia quien hablara, la mano detrás de los hilos.

- ¿Qué quieren de mi? - le dije cuando parecía estar a punto de disculparse pero interrumpí directamente sin despegar mi mirada del suelo, aunque era lo suficientemente difícil como para no poder evitar espiar su misticismo por el rabillo de mi ojo.

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