5. Konoha

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Cada nación en el Continente Elemental tiene el nombre de la afinidad que está más arraigada en el chakra de sus habitantes. En el País del Viento, el Fūton era el elemento más usado y que más aparecía entre sus shinobi. En el País del Agua, el Suiton era visto usado por la niebla en todas sus misiones. En el País de la Tierra, sus shinobi empleaban el elemento Doton para cada jutsu. En el País del Rayo, los fuertes espadachines y shinobi de Kumo usaban el Raiton en cada uno de sus elementos. Pero en el País del Fuego, si bien sus shinobi estaban acostumbrados al elemento Katon, los distintos clanes que componían Konohagakure no Sato hacían una enorme variedad entre sus estilos, líneas de sangre y la enorme cantidad de elementos que sus shinobi usaban. Uchiha usaba el Katon. Senju usaba el elemento Doton y Suiton. Yamanaka usaba jutsus mentales. Inuzuka dejaba sus jutsus de colaboración. Aburame usaba los insectos...si sumabas toda la inmensidad de clanes sobre Konoha, realmente la aldea no debería estar en el llamado País del Fuego. Todo en Konoha misma era demasiado colorido e interesante, contando a sus leyendas y poderosos shinobi.

Rodeada de árboles gruesos, con hojas anchas y verdes, Konoha se alzaba protegida por cuatros rostros esculpidos en piedra, literalmente. Shodaime Hokage. Nidaime Hokage. Sandaime Hokage. Yondaime Hokage. Cada aldea había tenido cambios en sus líderes, pero solamente la aldea oculta entre las hojas era tan orgullosa y sentimental como para esculpir los rostros de sus líderes hasta el momento, terminando con Namikaze Minato, el Yondaime Hokage y héroe de la Gran Tercera Guerra Ninja, actual líder al mando del lado shinobi de la aldea.

Acompañando al Equipo 10 de la hoja, Naruto silbó entre dientes moviendo un poco el bastón, observando los cuatro rostros sobre la piedra que fueron ocultados por la enorme muralla y puerta custodiada por dos hombres con chalecos algo más claros que los del Sarutobi líder del equipo, indicando con ello que eran chūnin de Konoha. Ambos hombres, que el joven ANBU reconoció enseguida, se encontraban con sus rostros apoyados sobre la mesa de registro, dejando un reguero de baba sobre la misma mesa y casi goteando al suelo.

Menos mal que Otōsan lidia con los problemas externos gracias a su red. Si no, realmente esto sería destruido en unos minutos.

Y aquel simple pensamiento no solo era tomado por él. Sus compañeros de viaje se encontraban en las mismas circunstancias, observando a la guardia de Konoha completamente dormida, completamente indefensa ante un ataque extranjero.

—Esto es vergonzoso—susurró Ino apartando los ojos, sintiendo sus mejillas enrojecer. ¡Habían llevado a un visitante y estaba viendo el peor lado de la aldea! Simplemente esos dos no podían trabajar, ¿cierto? Pero de todos modos Izumo y Kotetsu eran conocidos por ello. No se podía hacer nada.

—De todos modos—Naruto se movió entre los genin, sus guías hacia Konoha, dando una sonrisa a la Yamanaka—; yo me encargo. Tengo que registrarme. Pueden ir con el Hokage.

—Gracias Naruto—Asuma dio un cabeceo, aspirando algo de su cigarrillo. Aunque Kurenai había estado demasiado pesada en ese aspecto últimamente—. Vamos chicos.

—¡Hai!

Observando como el equipo 10 de Konoha se ponía rumbo a la Torre Hokage, Naruto se deshizo de la capa de viaje algo polvorienta, moviendo la máscara de ANBU en su cintura y dando unos toquecitos sobre la mesa, haciéndola vibrar mientras observaba a los dos shinobi vigilantes. Hacía algo más de cinco años que él no estaba allí. Nada parecía realmente haber cambiado. Los rostros seguían intactos. Las personas corrían por las calles. Risas de niños llegaban a sus oídos.

Recordaba sus tiempos de niñez, pasando los ratos con Itachi. Se vio forzado a ser un shinobi, viendo que la guerra no llegaba a una conclusión y que las fuerzas empezaban a escasear. Ahora, algo más de diez años después de aquellos eventos y de la Masacre Uchiha, Konoha parecía más en paz que nunca, dejando atrás las muertes de la guerra y los daños colaterales de sus acciones. Daños que él como ANBU había tenido que subsanar de un modo poco pacifista, lidiando con enemigos dentro y fuera de la aldea desde las sombras.

A.N.B.U: El Último SenjuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora