Capitulo 11

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Capitulo 11

¿Cual es el objetivo de llorar si ni siquiera puedes ver las lágrimas? May.

La escuela siempre ha apestado para mí. Me refiero, incluso en primer grado, era la niña que era como―, ¿Vamos a estar aquí todo el día? ¿Todos los días? ¿Por los próximos doce años? Debes estar bromeando.

¿Pero ahora? ¿Ahora que literalmente puedo desaparecer en el aire e ir a donde quiera en el mundo entero? La escuela se ha convertido en el infierno en la tierra.

¿Qué tan bueno es un poder si no puedes controlarlo?

Tuve que hacerlo soportable de alguna manera, así que empecé a averiguar dónde podría desaparecer sin que nadie lo note. Durante el almuerzo, mientras todos los demás trataban de lucir bien comiendo sus sándwiches de mermelada y mantequilla de maní que sus madres habían hecho para ellos, tuve que salir de la escuela, caminar tres cuadras hasta el local de 7-Eleven y obtener un delicioso refrigerio que consistía enteramente de conservantes. (Ya estoy anticipando el día cuando April ve lo que estoy haciendo y tiene una crisis basada en la salud al respecto. ‘¿Sabes lo que los preservativos pueden hacer al cuerpo humano?’ Siempre dice, y yo soy como, ‘Si ellos pueden conservar los alimentos, es probable que me puedan conservar también.’)

También me di cuenta de que justo antes de que sonara la campana, podría desaparecer y obtener una ventaja inicial hacia la puerta. No era siquiera por llegar a mi siguiente clase a tiempo, era solo por salir de la última lo más rápido que fuera posible.

No podía escaparme de la escuela, sobretodo porque mi mandona hermana mayor probablemente me estaba viendo como un halcón, pero podía hacer otras cosas.

Y las hice todas.

April vino a mi cuarto el jueves después de la escuela mientras estaba costada en mi cama, editando mi álbum online en mi laptop. Sabía que mis hermanas pensaban que tenía, como, problemas de realización de deseos o algo así, pero me gusta mirar las fotos. Después de estar en la escuela todo el día, el escapismo es necesario, y Francia parece un buen lugar para comenzar.

—Hey, —dijo April.

—Hey Hey, —respondí, quitándome uno de los audífonos de mis oídos—. ¿Qué paso, capullito?

—¿Quién es el chico?

—¿Qué chico?

—El que va a venir esta noche.

Fruncí el ceño—. No tengo idea. ¿Por qué no me lo dices tú, Madame Aprilini? Tu eres la psíquica.

Ella puso los ojos en blanco—. El está usando mucha ropa de Stanford. ¿Eso ayuda?

Sentí que mi corazón reboto en mi caja torácica—. ¿Henry? —dije antes de que pudiera detenerme—. ¿Qué quieres decir?, no estamos ... yo no ...

―¿Aparentemente viene a tutorarte?

―¡Pero no lo planeamos! ―escupí—. ¿Qué tipo de espelunozoide acosador hace eso?

April me sonrió maliciosamente—. Te estás ruborizando.

—No, solo me estoy poniendo roja de furia porque detesto el suelo que pisa. Hay una diferencia. —Me puse mi audífono otra vez en el oído, pero ella se acercó y lo sacó de nuevo —. Discúlpame, —dije—, estas violando la zona de seguridad. Física y emocionalmente.

No has visto nada todavía, —dijo ella, luego se dejó caer a mi lado, estirando las piernas en mi colcha de color morado oscuro. (La había teñido yo misma en la lavadora, lo cual había causado estragos a la ropa de todas los demás en la semana siguiente. Vivir y aprender.)— ¿Y? ―incitó April—. ¿El chico?

Los extraordinarios secretos de april, may & juneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora