Confusa

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Había pasado ya una semana y media desde el comienzo de la gira de Hugo.

Eva había estado bastante liada en el estudio, terminando el disco que saldría después del verano.

La pareja había hablado en multitud de ocasiones y repetidamente a diario.

Eran las seis y media de la tarde cuando la gallega recibió una llamada al teléfono.

- ¡Hola! ¿Qué tal? - saludó descolgando.

- Hola, pues bastante bien - respondió Hugo al otro lado de la línea - Te llamo ahora porque el concierto empieza en un ratito y cuando acabe supongo que estarás en la cama. ¿Muy liada?

Eva se enterneció ante la preocupación del chico.

- Algo liada, sí - contestó ella sin perder la sonrisa - Pero no te preocupes, puedo tomarme un descanso.

- ¿Qué tal llevas el disco? - preguntó el rubio.

- Bastante bien, quedan un par de canciones por grabar, una sesión de fotos y estará listo. Voy a tener todo el verano libre.

- ¡Qué bien! ¡Me alegro un montón! - sonrió el chico - Yo calculo que estaré de vuelta a mediados de junio o principios de julio. Podemos irnos si quieres a Galicia o a Córdoba, como aquel año.

Este recuerdo provocó que la sonrisa de Eva se ensanchara. 
Ese verano estuvo cargado de primeras veces con el rubio. Sin duda fue un verano único y muy especial.

- Me parece genial - aceptó ella la propuesta.

- ¿Qué tal los chicos?

- Pues muy bien, estaban hablando de salir este finde a tomar algo por ahí, pero no sé, voy a terminar muy cansada esta semana.

- Anímate, sal un rato y te despejas, si estás cansada te vuelves antes, pero no salgas del estudio para encerrarte en casa.

- Bueno, ya veré que hago - sonrió ella - He visto vídeos de los últimos conciertos, la gira está siendo un éxito, ¿cómo estás?

- Muy animado la verdad, estoy recibiendo una acogida que no me esperaba en todas las ciudades y me estoy sintiendo muy querido - explicó el chico - Pero me faltas tú.

- Ay, Hu, no me digas eso que me sobra tiempo para salir a dónde estás.

Ambos rieron.

- Ya queda menos - sonrió la chica - y este verano lo vamos a pasar de maravilla los dos.

- Te tomo la palabra - dijo el cordobés - Te tengo que dejar, me llaman los de vestuario y luego tengo la prueba de sonido.

- Vale, no te preocupes - sonrió la chica - mucha suerte, cómete el escenario.

- Te quiero muchísimo.

- Y yo te quiero más.

Un par de segundos y la llamada se cortó.

Se había convertido en costumbre que siempre acabaran las conversaciones así. Él le decía lo mucho que la quería y ella aseguraba quererle más.

***

El viernes, Samantha, consiguió convencer a Eva para que saliera con todos a una discoteca después de cenar.
La gallega se lo había puesto complicado porque se excusaba en que llevaba una semana de trabajo intensa y solo quería descansar, pero su amiga la conocía demasiado bien y a pesar de que era cierto aquello, uno de los motivos que impedían a Eva salir de su piso, era la ausencia de Hugo.

Pero finalmente allí estaban: Samantha, Flavio, Maialen, Bruno, Nia, Anaju y Eva. Un viernes cualquiera en una discoteca de Madrid.

Llevaban más de una hora ya en aquella sala abarrotada de gente en la que por suerte tenían un reservado para estar más apartados.

Bruno, Maialen y Samantha bailaban sin vergüenza alguna una canción bastante movida que la gallega desconocía.

Anaju y Nia habían dejado hacía unos minutos la sala. La canaria había salido a fumar y la turolense había decidido acompañarla para despejarse un poco.

Eva se encontraba apoyada en una mesa alta observando el ambiente mientras bebía una Coca - cola.

Una mano en su hombro la sobresaltó.

- ¿No bailas? - preguntó Flavio sorbiendo de su cubata.

La gallega era la única del grupo que no bebía esa noche, aunque Flavio casi que la acompañaba. Llevaba toda la noche con el mismo vaso y de momento parecía que iba a durarle hasta que se marcharan.

- No me apetece, estoy reventada - le sonrió la chica - No sé ni por qué he venido, Samantha ha insistido tanto que no quería decirle que no.

Flavio rió. Lo cierto es que su chica era bastante insistente y en ocasiones podía llegar a ser algo pesada.

- Ya sabes como es - le sonrió - ¿Mucho trabajo?

El murciano se había apoyado con ella en aquella mesa para charlar mejor.

- Bastante, estamos terminando el disco y ha sido una semana intensa. Pero mirándolo por el lado positivo, tendré todo el verano libre.

- ¡Qué bien entonces!

La chica asintió volviendo a probar su bebida.

- ¿Y tú? - le preguntó ella esta vez.

- Estamos trabajando en el próximo single y cerrando un par de colaboraciones, algo liado también.

- Qué bien, mientras sea trabajo, que no falte.

Ambos sonrieron y chocaron sus copas.

- ¿Qué tal Hugo? - preguntó a los minutos el murciano.

- Pues bastante bien - contestó ella - Le está yendo de maravilla la gira aunque lleva un par de días a tope porque solo hemos hablado por mensaje.

- Bueno, es normal - intentó tranquilizarle Flavio - cuando yo me fui de gira la primera vez, Sam pensaba que lo dejábamos - rió.

- Yo no sé que decirte - confesó Eva - Tengo miedo de que estos meses que no nos vamos a ver y que vamos ha hablar menos pasen factura a nuestra relación.

- Lo entiendo - le sonrió el chico animándole - Es complicado separarte de tu pareja y más tanto tiempo, pero si os queréis, que más da todo, os vais a esperar.

Dicho esto, el chico le dio un beso en la mejilla a su amiga y se marchó a la pista de baile donde su chica le reclamaba.

Eva seguía sin verlo todo tan claro, llevaba ya dos semanas sin ver a Hugo, dos días sin hablar con él más allá de unos cuantos mensajes y echándole terriblemente de menos.

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