Deudas

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Samantha abrazó a Hugo y lo alejó de la ventana para cerrar esta después.

- Estoy bien - repetía el rubio sentándose en la cama.

- Ya, y yo soy morena - le contestó irónica la chica.

Sam tomó asiento junto a él en la cama y lo miró triste.

- Me da coraje porque no te abres - le dijo como años atrás en la academia - Y no es bueno que te lo guardes todo.

- Sam, estoy bien de verdad.

- Ese chiste se lo cuentas a otra Hugo - le respondió - Te veo y a pesar de que sé que lo estás intentando, te noto que te estás volviendo a pillar de ella.

El andaluz agachó la cabeza y no respondió.

- Quien calla otorga - bromeó la chica intentando poner un poco de humor a la situación.

Hugo rió desganado.

- Cuando volvamos a Madrid y deje se verla se me pasará, tranquila.

- No estoy tranquila porque si en un día te ha removido tanto no me quiero imaginar si se da la ocasión de veros más.

- Lo evitaré.

- Hugo tienes que intentar superarla.

El chico resopló.

- Lo he intentado Samantha. Cuatro años llevo intentado superarla a ella y a su maldita decisión de terminar la relación, y cuando creía que era ya agua pasada vuelve a ponerlo todo patas arriba.

La valenciana no dice nada más porque lo entiende.

- Nos vamos esta noche de vuelta a Madrid, acuérdate - le recuerda levantándose - Tómate la pastilla que te he dejado con el desayuno.

Se acerca a él, deja un beso en su cabeza y sale de la habitación.

El chico se queda en silencio y, aburrido, termina la maleta y decide coger su guitarra, que por suerte se trajo, y comenzar a cantar alguna de sus últimas composiciones.

Poco más de media hora después alguien vuelve a llamar a su puerta.

- Adelante - responde a los toques dejando su guitarra a un lado.

- ¿Puedo pasar?

Hugo suspira al ver a Eva tras la puerta.
¿Qué hace ella ahí?

El chico asiente con la cabeza y la gallega pasa cerrando la puerta tras de sí.

- ¿Cómo estás?

Hugo sonríe con ironía.

Cuatro años ha tardado en preguntarle como está.

Sea lo que sea por lo que ha ido a verle, que acabe rápido o no podrá soportarlo mucho.

- ¿Qué te pasa Eva? - responde borde.

La chica sonríe tristemente. No se queja, sabe que se lo merece.

- ¿Podemos hablar?

Ahora sí quiere hablar. Que gracioso.

- Tú dirás - responde sin mirarla.

- ¿Cómo conociste a Adri?

Hugo no se cree que la chica haya sido capaz de llegar para hablarle sobre su novio.

- ¿Por qué no le preguntas a él? ¿No os contáis nada?

El chico se muestra enfadado. ¿No hablan entre ellos? ¿Por qué los dos vienen a buscar respuestas a él?

Inconmensurable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora