Entre tus Manos © [Terminada]

Capítulo 23 [Editado]

AVISO: Novela en edición, SOLO los capítulos que pongan Editado, es una versión nueva, por lo que lo que NO tiene mucha relación con los antiguos, SI vas a comenzar a leer, LEE SOLO LO QUE PONE EN EDICIÓN. Los demás están para las personas que ya estaban culminando su lectura.

PD: LA FALTA DE ALGUN CAPÍTULO ES DEBIDO A QUE ESTA EN EDICIÓN.

Estuvimos de charla hasta la media noche, después de eso subimos hasta el segundo piso, Isabella nos guio hasta una habitación, era en la que Fabrizio se quedaba siempre que venía a su casa, también me prestó un camisón negro de seda.

Me miré al espejo con el camisón ya puesto, me sonrojé ligeramente más que un camisón, parecía lencería sexy para una noche de pasión, sentía que era casi como un llamado a que él intentase algo, rápidamente sacudí la cabeza alejando esos pensamientos, eso no pasaría, no lo permitirá, para noches de pasión ya tenía a su Barbie, sentí como mi pecho se oprimía ante ese pensamiento, respiré hondo alejándome del espejo, lo único en lo que debería pensar con respecto a él, era en olvidarme de estos sentimientos que solo me atormentaban.

Al salir del baño lo vi acostado en la cama mientras escribía algo en su móvil, volví a respirar hondo caminando hacia esta, me metí agarrando mi móvil revisando mis mensajes, aunque realmente no hacía nada, suspiré dejándolo en la mesita de noche, me levanté y fui hacia el pequeño sofá donde había unos cojines, volví a esta colocándolos a modo de barrera por suerte la cama era enorme.

— ¿Qué diablos haces?—cuestionó sin mirarme

— No quiero que me toques, por lo tanto, habrá una barrera entre ambos—dije con simpleza, vi como suspiraba apagando la pantalla de su móvil y me miraba con molestia

— Estás actuando como una niña—comentó a lo que me encogí de hombros volviendo a meterme en la cama

— Como sea... Quiero preguntarte una cosa—

— ¿El qué?—

— ¿Qué es eso de que nos casamos en un mes?—cuestioné cruzándome de brazos mirándolo con el ceño fruncido

— Iba a decírtelo—

— ¿Cuándo?, ¿Acaso planeabas hacerlo un día antes de la boda?—pregunté con ironía

— Lo haría en su debido momento, pensé que no te interesaba nada de lo que tuviera con que ver con la boda, así que comencé a organizarla, si quieres también puedo encargarme de tu vestido—dijo a lo que negué con la cabeza

— No, claro que no—respiré hondo colocándome el cabello hacia un lado, me acomodé de una forma en la que quedaba frente a él— Oye... No puedes organizar las cosas sin mí, es más no puedes decidir cosas importantes como la fecha sin mí—me quejé sintiéndome un tanto afligida

— Tú no preguntaste—

— ¿Cómo diablos querías que te preguntara?, tú estabas en Australia revolcándote con otra—comenté intentando ignorar esa opresión que se instaló en mi pecho con solo recordarlo

— Pudiste llamarme—dijo encogiéndose de hombros, apreté los puños con fuerza

— ¿Para qué?, ¿para escuchar de nuevo como ella gemía?, no gracias, bastante desagradable fue con una vez—contesté con cierta rabia levantándome de la cama— ¿Qué más tienes preparado?—pregunté volviendo al tema principal

— Mis invitados, y el sitio donde se celebrara—agregó a lo que suspire asintiendo

— ¿Cuántos invitados tienes?, ¿Y dónde se hará?—pregunté sitiándome en un interrogatorio