Capítulo 39 [Editado]

107K 6.5K 1.4K
                                    

Buenas, Buenas!

Aquí vengo con la mini maratón, no son muchos, pero son los que he podido hacer en este tiempo, espero que lo disfrutéis.

1/3

Desde ese fatídico día en el que me había dejado en claro que no tenía intención de dejarme entrar en su corazón, habían pasado un par de días, días en los que apenas nos hablábamos, yo le evadía todo lo que podía, era complicado, pues trabajábamos y vivíamos juntos.

Todo entre nosotros había culminado, no nos mirábamos, no nos besábamos, a la hora de dormir, cada uno lo hacía lo más pegado al borde, los besos acabaron al igual que el sexo, entre ambos, solo había tensión, incomodidad, al menos por mi parte.

En silencio coloqué los platos de la cena en la mesa, suspiré mirando hacia el pasillo que llevaba al despacho, no tenía ninguna gana de ir a llamarle, agarré mi móvil desbloqueándolo, busqué su contacto, y le envié un mensaje.

Me senté en la mesa mirando el móvil esperando una respuesta, pero en su lugar, escuché el ruido de la puerta abrirse, apagué la pantalla, miré mi plato empezando a comer cuando vi que se sentó.

Al acabar de cenar, él se levantó retirando los platos, con un suspiro me levanté, fui hacia el sofá sentándome en este mirando mis redes sociales, aunque realmente no le prestaba atención a nada, solo pasaba de forma automática.

— ¡Estoy harto de esta situación!—exclamó de repente asustándome, lo miré viendo como me miraba molesto desde la cocina

— No sé a qué te refieres—dije volviendo mi vista al móvil

— ¿Qué no sabes?, no te hagas la tonta, lo sabes perfectamente, en el trabajo me hablas porque no tienes más remedio, pero en casa... Ni siquiera me hablas para decirme que está la cena lista, así que no me digas que no sabes—mientras hablaba escuchaba sus pasos acercándose

— No sucede nada—murmuré, me arrebató el móvil con brusquedad, suspiré sin mirarle aun

— Dices que no pasa nada, pero no eres capaz de mirarme, así que dime, ¿Qué hice ahora mal?—cuestionó, su tono de voz me pareció casi desesperado, sentí un pinchazo en mi pecho, él no era ni siquiera consciente de lo que sucedía, una triste sonrisa se dibujó en mis labios, las lágrimas se agolparon en mis ojos, los cerré un instante a la vez que respiraba hondo intentando calmarme

— Nada, no hiciste nada—susurré intentando que mi voz no saliese rota, me puse de pie caminando hacia las escaleras, pero antes de empezar a subirlas, me agarró del brazo haciéndome girar quedando frente suya

— Dime que hice—pidió en tono suave, sentía mis palabras atragantarse en mi garganta, ellas morían por salir de una vez, me mordí la boca por dentro, forcé una sonrisa negando con la cabeza— No puedes negármelo, cuando estás llorando—dijo limpiando una de las lágrimas que habían conseguido escapar

— No has hecho nada... Tú solo fuiste sincero sin saber lo que me sucede, no puedo culparte, pero tampoco puedo actuar como si nada—comenté colocando mi mano en su mejilla acariciándola, cerré los ojos respirando hondo

— ¿De qué estás hablando?—cuestionó confuso

— Hablo de que tú, rompiste mi corazón, hablo de que te amo y ya no quiero seguir ocultándolo—revele sintiendo como algo pesado abandona mi cuerpo haciéndome sentir más ligera, sus ojos se agrandaron llenos de sorpresa

— ¿Desde cuándo...—preguntó dando un paso hacia atrás alejándose de mí, mi pecho se oprimió ante eso

— No lo sé con exactitud, todo fue tan rápido que cuando quise darme cuenta, ya estaba enamorada de ti, pero supongo que desde Australia empecé a sentir más que una atracción por ti—confesé con una amarga sonrisa, él estaba callado, me di la vuelta subiendo las escaleras hasta la habitación, me senté en la cama mirando hacia la ventana, no tardé mucho en escuchar la puerta abrirse

Entre tus Manos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora