Entre tus Manos © [Terminada]

Capítulo 25 [Editado]

AVISO: Novela en edición, SOLO los capítulos que pongan Editado, es una versión nueva, por lo que lo que NO tiene mucha relación con los antiguos, SI vas a comenzar a leer, LEE SOLO LO QUE PONE EN EDICIÓN. Los demás están para las personas que ya estaban culminando su lectura.

— ¿Ocurre algo?—cuestionó a lo que negué con la cabeza

— Nada, solo saludaba a tú... Secretaria temporal—comenté acercándome a él con una sonrisa falsa, me puse de puntillas besando sus labios

— Con permiso...—la escuché mascullar, mi sonrisa sé amplío al notar su tono rabioso

Un fuerte ladrido hizo que mirase hacia las escaleras, Zeus se encontraba al inicio de estas mirando hacia Octavia fijamente, volvió a ladrar y comenzó a bajar casi corriendo hasta quedar delante de ella, que lo miraba aterrada

— Zeus ven aquí—ordenó Fabrizio, pero este no le hizo caso alguno, seguía oliéndola y había comenzado a gruñir alertándonos— ¡Zeus!—exclamó, pero no hizo caso, suspiró comenzando a acercarse

— Zeus ven—dije, haciendo que de inmediato me mirase dejando de gruñir, para mayor sorpresa, este se acercó sentándose a mi lado— Buen chico—susurré acariciando suavemente su cabeza

— Yo... Me marcho señor—tartamudeo aterrada, vi cómo se marchaba casi corriendo, ante eso no pude ocultar mi sonrisa

— Esto es increíble, yo soy su dueño desde hace años, y es a ti a quien obedece—se quejó mirando a Zeus con el ceño fruncido, solté una carcajada ante eso

— Vamos, ¿estás celoso también por eso?—cuestioné con burla

— ¿Celos?, Celos los tuyos cada vez que la vez—dijo con una sonrisa ladeada acercándose a mí, haciendo que mi sonrisa desapareciera

— Comienzas a obsesionarte con eso de los celos, no estoy celosa, solo estoy molesta con esa mujer y sobre todo contigo—comenté queriendo darme la vuelta, pero su mano me lo impidió, tiró de mí acercándome del todo a él

— Estás molesta con ambos, y una muestra de que lo estás son tus acciones, tus palabras, todo en ti grita a celos—susurró en mi oído haciéndome estremecer ligeramente— Te recuerdo, que no quiero escenas de celos, ni una mujer celosa—ante esas palabras, salí de la pequeña ensoñación en la que me encontraba, coloqué mis manos en su pecho librándome de su agarre, me alejé de él acercándome a la cocina sirviéndome un vaso de agua

— Si no quieres escenas, ni una mujer celosa, entonces no te cases conmigo—dije bebiendo, escuché silencio por su parte, pero de repente empezó a reír haciendo que me girase mirándolo confusa

— Lo acabas de admitir...—canturreo haciendo que me quedase helada unos instantes analizando mis palabras, pronto sentí como mis mejillas empezaban a calentarse al darme cuenta de mi error

— No era eso lo que quería decir—murmuré dándole la espalda, cerré un momento los ojos queriendo que la tierra me tragase

— ¿Y qué era lo que querías decir?—preguntó dándome un beso en el cuello mientras pasaba sus manos por mis caderas y se pegaba a mi cuerpo

— Yo...—no supe qué decir, hizo que me diera la vuelta mirándolo

— ¿Tú qué?—susurró contra mis labios causando que un cosquilleo me recorriese, cerré los ojos colocando mis manos en su pecho

Sin dilatar más el momento, unimos nuestros labios en un beso cargado de deseo, sin dejar de besarnos, sus manos se deslizaron hacia mis muslos, me agarró con fuerza subiéndome a la encimera, pasé mis piernas alrededor de sus caderas, su mano se colocó en mi nuca profundizando el beso.