Capítulo 30 [Editado]

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Holaaa, paso a decir que ganó la opción A, por lo tanto, ya está subida la versión antigua de Entre tus manos, la podréis ver en mi perfil.

Otra cosa ya avise en la nota anterior pero lo diré de nuevo, del 5 de septiembre al 14 no habrán capítulos, ahora si a disfrutar del capítulo.

Sentí como mi sangre empezaba a hervir, rápidamente me acerqué apartándolo de Daniela de un empujón, ella de inmediato empezó a toser de forma desesperada intentando recobrar el aliento, la ayudé a ponerse de pie

— ¡¿Estás bien?!—exclamé mirándola con preocupación, me helé al ver su rostro golpeado

— Fabrizio...—susurró mirándome con alivio, se aferró a mí llorando con desesperación, la abracé con fuerza sintiendo como algo en mi interior dolía y a la vez ardía en ira

— Tranquila, te sacaré de aquí—dije besando su cabeza

Antes de que pudiéramos hacer un mínimo movimiento, la persona encapuchada se lanzó contra mí empujándome contra la pared haciendo que mi hombro se golpease contra esta, vi como sacaba un arma de la parte trasera de su pantalón apuntándome haciendo que me quedase quieto, no podía verle el rostro, tenía puesto un pasamontañas que solo dejaba ver sus ojos

— ¿Qué quieres?—pregunté, no dijo nada, solo se dio la vuelta apuntando hacia Daniela, que tembló al ser apuntada, tenía el rostro completamente empapado en lágrimas— Déjala a ella, apúntame a mí—indiqué, pero me ignoró, empezó a caminar despacio hacia ella quien iba retrocediendo lentamente

Apreté con fuerza los puños, los ojos asustados de Daniela me miraban en busca de ayuda, le hice una señal con la mano para que estuviera tranquila, me acerque a él sin hacer ruido, y le propine una patada en la parte de atrás de la rodilla haciendo que esta se doblara y cayera al suelo al perder el equilibrio, rápidamente le agarré la mano tirando de esta hacia atrás arrancándole un grito de dolor dejando caer su arma

— Cógela—le dije a Daniela que me miró asustada, asintió levemente acercándose agarrándola con cuidado— Vamos a ver quién eres—comenté inclinándome a la altura de su oído, con mi mano libre le arranqué el pasamontañas, lo empujé al suelo contemplándolo, era un hombre de tez blanca, cabello castaño, y ojos del mismo color, con pecas en el rostro, no lo reconocía de nada— ¿Para quién trabajas? —pregunté, me miró con odio, se puso de pie intentando atacarme, pero esquive su golpe y le propine un rodillazo en el estómago haciendo que se doblara de dolor cayendo de nuevo al suelo, me acerqué agarrándolo por el cabello— Te hice una maldita pregunta... Respóndeme—ordené furioso, me miraba desafiante mientras que su respiración era un tanto irregular, asentí soltándolo con brusquedad— Tarde o temprano lo sabré—le propine una patada en el costado haciendo que se quejara, sin importarme lo más mínimo me acerqué a Daniela que temblaba de pavor con el arma en sus manos

Suspiré quitándosela de inmediato, la guardé en la parte trasera de mi pantalón, coloqué mis manos en su rostro limpiándole las lágrimas, pero era completamente inútil, salían muchas más, se abrazó a mí sollozando, sus lágrimas empezaron mojar mi camisa, la abracé intentando calmarla aunque fuera un poco.

— ¡No intervengas en esto!—gritó aquel sujeto, sobresaltando a Daniela, haciendo que ambos lo mirásemos— ¡Ella debe morir, esa es mi misión!—vociferó sacando una navaja de un bolsillo, su rostro estaba desencajado, tenía una mirada de demente, echó a correr hacia nosotros, rápidamente coloqué a Daniela a mi espalda, saqué el arma disparándole en una rodilla haciendo que cayese a pocos pasos de nosotros— ¡Hijo de puta!—

La puerta del almacén se abrió del golpe, por ella apareció Carlo junto a Julia, esta última miraba al hombre herido con horror

— ¿Qué ha pasado aquí?—preguntó Carlo entrando del todo cerrando la puerta

Entre tus Manos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora