Capítulo 55 [Editado]

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Respiré hondo, contemplándola, sentí mi pecho oprimirse ante su mirada llena de dolor, decepción, me agaché recogiendo los papeles que se habían salido

— Mamá, por favor, cálmate, puedo explicarte las cosas—pedí sintiendo un nudo en mi garganta

— No vas a explicarme nada, ahora mismo cogerás tus cosas y nos iremos a casa—me agarró por el brazo con fuerza intentando tirar de mí hasta las escaleras

— Mamá, yo estoy en casa—dije soltándome, ella me miró incrédula, suspiré colocándome el cabello a un lado— Déjame por favor explicártelo—ella asintió cruzándose de brazos, fuimos hacia el salón, nos sentamos en el sofá, y comencé a contarle todo, desde el principio

— ¿Qué clase de madre soy?, no podía salvarle la vida a mi hijo, y mi hija debe venderse para cumplir con mi deber—se cuestionó mirando al suelo con gran tristeza, mi pecho se oprimió al verla así, apoyé mi cabeza en su hombro, agarré su mano dándole un leve apretón

Pronto se escuchó la puerta de entrada cerrarse, unos pasos acercándose, miré hacia el pasillo viendo a Fabrizio el cual se quedó quieto mirándonos

— Hola Camelia—saludó acercándose con una sonrisa, mi madre se levantó rápidamente

— ¡Desgraciado!, ¡malnacido!, ¡Chantajeaste a mi hija para tenerla a tu merced!—exclamó propinándole un fuerte bofetada, Fabrizio la miró anonadado

— ¡Mamá, por favor basta!—la agarré por la cintura alejándola con algo de dificultad

— ¿Qué está sucediendo?—preguntó totalmente confundido, suspiré revolviéndome mi cabello

— Sabe del contrato, y de algunas cosas que han pasado—comenté mirándole con algo de pena, él asintió mirando a mi madre

— Camelia, comprendo tu enfado, hice las cosas mal con Daniela, pero te aseguro, que la amo—

— No me hagas reír, ¿amarla?, a una persona que se ama no se le es infiel, ni se la engaña con contratos—comentó con ironía, la solté al verla más tranquila

— No me fue infiel mamá, fue una mentira, además yo le perdone por todo—ella me miró como si hubiera perdido el juicio, y posiblemente lo hiciera en algún momento de todo este drama— Puede que las cosas no empezaran de la mejor forma, pero lo amo, de verdad que lo amo, con todo mi corazón—lo miré con una sonrisa algo bobalicona, me acerqué a él abrazándolo

— Yo también la amo, es mi todo, por ella haría cualquier cosa, incluso si ella quisiera, me alejaría, aunque eso me matara de dolor—levanté la cabeza mirándolo, sus ojos se clavaron en los míos mirándome con devoción

— No pienso dejarte nunca—susurré acariciando su rostro con suavidad, escuché un fuerte suspiro que provenía de mi madre, me giré a mirarla

— Supongo, que solo me queda aceptarlo, ¿verdad?—cuestionó mirándonos seria, me separé de Fabrizio acercándome a ella

— Te aseguro que no soy infeliz, cada día que pasa lo amo más, si yo lo he perdonado, ¿podrías hacer un esfuerzo para perdonarlo?—pregunté con una pequeña sonrisa, ella suspiró asintiendo con una sonrisa forzada— Gracias—dije abrazándola

— No me las des, porque al mínimo indicio de que eres infeliz... Te alejaré de él, ¿queda claro?—cuestionó, mientras acariciaba mi cabello con delicadeza

— No la haré infeliz—ella asintió besando mi frente

— Pero esto debes decírselo a tu padre y a tus hermanos—

— No puedo, no quiero ver también la decepción en los ojos de papa, ni culpa en los de Gianni, ni ver como Lorenzo se vuelve loco—me negué soltándola alejándome de ella, pero me sujeto por el brazo

Entre tus Manos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora