Capítulo 53 [Editado]

21.6K 1.1K 107
                                    

Unió nuestros labios en un beso lento, que me repugnaba, sentía como si me estuviera besando una babosa, su aliento era una mezcla de alguna bebida alcohólica y tabaco. Intentaba separarme, pero no me lo permitía, sujetó mi cabeza con ambas manos, cuando por fin se alejó, lo miré con asco, era el único sentimiento que me generaba.

Volvió a inclinarse, pero esta vez sus labios fueron a mi cuello, besándolo, mordiéndolo, sus manos descendieron hasta mi camisa de botones, comenzando a desabotonarla

— Por favor, detente—dije con la voz algo quebrada, detuvo sus movimientos mirándome— Si realmente sientes algo por mí, no me hagas esto—supliqué comenzando a llorar de la desesperación que sentía

— No llores mi ángel—comentó limpiando mis lágrimas con sus dedos

— Entonces no me hagas esto—

— Te va a gustar, te lo aseguro—dijo acariciando mi rostro, negué con la cabeza ante sus palabras.

Sentía sus dedos rozar mi piel mientras seguía con los botones, una vez que termino se quedó contemplándome con lujuria, rápidamente sus manos fueron a mis pantalones, algo en mi cabeza hizo clic, y comencé a gritar pidiendo ayuda mientras me removía sin importarme que las esposas se estuvieran clavando en mis muñecas, solo quería que apartara sus manos de mí.

— ¡Para, de moverte!—gritó mirándome enfadado— Vas a hacerte daño con las esposas—

— Lo que tú pretendes hacerme, es peor del daño que ellas puedan hacerme—

— Yo, solo pretendo darte amor, mi amor—

— Tú pretendes violarme, esto no es amor, si me amaras me dejarías libre—

— Si te dejó ir, iras con él, no puedo permitirlo—

— Aunque me tuvieras cautiva toda la vida, mi corazón, mi mente y mi alma... Siempre estarán con Fabrizio—aquello pareció enfurecerlo, pues sus ojos se ensombrecieron.

Sin pronunciar palabra, volvió a inclinarse sobre mí mordiendo con fuerza mi cuello, mientras que con sus manos manoseaba mis pechos, me sentía asqueada con cada beso que me daba, con sus asquerosas manos en mi cuerpo, miraba hacia la puerta rogando que se abriera de una vez y acabara con esto.

Y como si se tratase de una invocación, esta se abrió despacio, la imagen de Carlo aprecio por la puerta, la alegría se apoderó de mí, me hizo un gesto de silencio, se fue acercando poco a poco hasta que al llegar a nosotros, le propinó un fuerte golpe en la nuca haciendo que cayese sobre mi inconsciente

— ¿Estás bien?—cuestionó apartándolo de mí

— Ahora que has aparecido mejor—él asintió rebuscando entre los bolsillos hasta que encontró las llaves— ¿Dónde está Fabrizio?, ¿habéis rescatado a Isabella?, ¿Y las niñas?, ¿Cómo está Nestore?, ¿Por qué habéis tardado tanto?—pregunté con preocupación, él sonrió quitándome las esposas, de inmediato me lance sobre él abrazándolo con fuerza, me devolvió el abrazó mientras me ayudaba a ponerme de pie, cuando nos separamos, volví a abotonarme la camisa

— Nos separamos para encontraros más rápido, ya sabe que te encontré—señaló un comunicador en su oreja— Las niñas están bien, Julia las está cuidando, Nestore está en el hospital no sé nada más, tardamos más porque había un inhibidor que nos impedía el rastreo—solté un suspiro de aliviada por las respuestas

— ¿Y cómo nos habéis encontrado?—pregunté dándome cuenta de ese detalle, el ruido de pisadas y algo siendo arrastrado llamo mi atención, miré hacia la puerta, por esta apareció Fabrizio, al verlo sentí una alegría inmensa, corrí hacía él, cuando sus brazos me rodearon, sentí una fuerte sensación de alivio y seguridad

Entre tus Manos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora