Siempre se lo podrá alinear

28.4K 3K 1.9K
                                    

14

—Esto va en serio, ¿entiendes lo peligroso que es? ¿entiendes lo que estaría arriesgando? —espetó Draco. La Sala Común de Slytherin era mucho más limpia y refinada de lo que me imaginaba, lo cual no era poco, y mucho menos oscura y fría de lo que se comentaba, pero eso no me había sorprendido tanto. Pero, gracias a un partido de Ravenclaw contra Slytherin, podíamos hablar con libertad. No había nadie, y no iba a haber por las siguientes tres horas.

Pero no estábamos hablando. Draco, visiblemente tenso, se sentó en el sillón y se tomó la cabeza con una mano, cubriéndose el rostro tras los anillos.

—Por supuesto que lo entiendo. Sólo creo que no es algo que podamos tirar por la borda como si nada —repliqué.

—No es como si nada, es mi vida entera, Harry.

—¿No crees que esto también es parte de tu vida? ¿No consideras ni lo más remotamente importante lo que vivimos juntos estas semanas, estos meses?

—¿Te crees que es más importante lo que podremos haber vivido unos pocos meses que mi relación total con mi familia, mi estátus?

—Por supuesto, todo cae sobre tu tan preciado estátus —revoleé la vista y me senté a su lado. Se levantó de inmediato.

—¡No finjas que no es importante!

—Noo, ¡yo creo que es todo! Vale la pena sacrificar todas tus relaciones y amistades por... lo que sea que te dé en beneficio de tener un estátus social de Malfoy.

—Te tomas muy a la ligera el peso que cae sobre mis hombros. Una cosa es que me guste un hombre, y otra muy diferente es que haga alianzas contigo, y lo sabes. Los mortífagos están detrás tuyo, y ¿a quién condenarán cuando se senteren que está de tu lado?

—¿Alianzas? ¿Para tí lo nuestro es una alianza? ¡Miras todo como un campo de batalla! ¡No todo es blanco y negro!

—¡Sí, lo es! Todo es la Órden contra los Mortífagos. Todo es Dumbledore contra Voldemort. Todo es Malfoy contra Potter, y no pretendas que no es ni nunca fue así. No pretendas que no somos enemigos naturales.

—Si somos enemigos naturales, explica todo esto. ¡Explícame por qué te aprecio de esta manera, y tú me aprecias de igual modo! ¡explica los sentimientos que tenemos que reprimir cada vez que nos cruzamos! No somos enemigos naturales, Draco. Somos enemigos forzados a serlo, y puede cambiar. Podemos cambiarlo. Es sólo un nombre. Es sólo un título. Y podemos ganar uno mucho mejor, por nuestra cuenta. Podemos cambiarlo, Draco.

—No estoy dispuesto a cambiar la historia de la humanidad mágica sólo porque quieres que te la meta, Harry.

—Eres ridículo. Estás siendo estúpido y obstinado, y ni siquiera es gracioso.

—No intento ser gracioso, intento ser realista —se acercó y apoyó una mano sobre mi hombro—. Ésto es para mejor.

—¿"Ésto"? —levanté una ceja.

—No nos veremos más.

Retrocedí un paso. Una cosa era discutir con él, pero esas palabras me atravesaron como vidrios rotos.

—¿Estás terminando conmigo?

—No hay nada que terminar. Ya no. Es imposible, no nos vamos a ver —decirlo parecía dolerle tanto como me dolía a mí escucharlo. De repente, un nudo en la garganta me quiso callar.

—Tiene que haber otra solución —me acerqué y le tomé la mano. No podía darme el lujo de levantar la voz. No podía darme el lujo de enojarme, ni pelearle. Sentía que estaba por perder lo que más quería conservar—. Draco, por favor.

Detención (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora