ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Harem

Apenas ibas llegando a casa cuando Shinobu te llamó. Suspiraste, no ibas a contestar pero no era normal de su parte. Respondiste la llamada, lo único que ella te pidió fue que te bañaras, te cambiaras y la esperaras en casa. Su extraña petición te extrañó pero a pesar de eso; terminaste haciéndole caso. Fuiste a buscar ropa limpia para ponértela y luego preparaste tu agua para bañarte.

Te diste una ducha rápida, al salir te cambiaste y hasta te sobró tiempo para dormir.

Pero Shinobu entró a tu casa y te despertó para llevarte con ella. Le seguiste sin saber a donde iban.

Te llevó a casa de Giyu, ahí fue donde te confundiste aún más. ¿Qué diablos iban a hacer tú y ella en casa de Giyu?, ¿qué tan importante tiene que ser? Cuando entraron y viste a todos en la sala, estabas más que extrañada. No preguntaste nada, la mayoría te saludó y otros tantos te ignoraron, sin embargo no dejaba de ser sorprendente.

—Quizás te estés preguntando que sucede —dijo con una sonrisita. —Te trajimos aquí para jugar.

—¿Jugar? —frunciste el ceño.

—Vamos a jugar 7 minutos en el paraíso —explicó haciendo el número con sus dedos.

Tragaste saliva.

—¿No quieres?

Preguntó con una sonrisa malditamente bonita que te fue imposible negarte. Terminaste aceptando y te fuiste a sentar junto a los demás. Pese a que habían muchos que tú conocías, también te diste cuenta que no todos estaban en el lugar; Iguro, Nezuko, Kanao, Aoi, Muichiro, ni Gyomei se encontraban en el lugar. Suspiraste de alegría porque tan siquiera hay más mujeres aparte de ti, así ya no es tan solitario. Shinobu se sentó a tu lado; traía una bolsa en la mano. La acercó a ti.

—Saca un papelito.

Le hiciste caso y lo sacaste, se lo pasaste.

—Tomioka-san, levantate —este volteó a verte.

—¿Tomioka? —preguntaste.

Shinobu se levantó, los tomó a los dos de los brazos y los llevó a una habitación donde había un armario.

Los empujó a los dos adentro de este.

El lugar no estaba tan estrecho pero todas las luces se encontraban apagadas, así que no podías ver nada. Sentiste como Giyu se movió (para acomodarse quizás). Shinobu dijo que serían 7 minutos así que de alguna manera deberán de matar el tiempo, aunque puede que terminen pasando demasiado rápido. Hiciste un ruidito y esto llamó la atención del de ojos azules, querías empezar una conversación pero no se te ocurría nada, pero... Él fue quien habló primero.

—¿Por qué tiemblas? —preguntó. —¿tienes frío?

—Eh... Sólo un poco —respondiste.

—¿Puedo abrazarte?

Su pregunta se te hizo extraña sin embargo no te negaste. Tomioka te rodeó con sus brazos y se acercó a ti, de inmediato sentiste la calidez de su cuerpo. Imitaste su acción; abrazándole devuelta. Tu corazón empezó a latir con rapidez, no sabías con exactitud el tiempo que tenían adentro del armario, pero no querías que terminara. Era difícil tener un acercamiento así; de esta forma con él, es todo un encanto.

—Lamento que vinieras hasta acá, debes de estar cansada —comentó.

—Está bien, Shinobu me trajo a base de mentiras —reíste. —Me alegra estar pasando este tiempo contigo.

Quizás no podías verlo pero sonrió.

—También me gusta estar pasando tiempo contigo... —respondió apretándote un poco más a él.