ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Au moderno! Muzan Kibutsuji

Estabas sentada en el escritorio del mayor mientras le mirabas a los ojos, una mirada seria y un porte imponente hacían que sintieras nerviosa. No podías dejar de mirarlo, por más malo que fuera Muzan es innegable que es muy atractivo, tu rostro se puso caliente de tan sólo pensarlo sin embargo ninguno de los dos decía algo aún. Kibutsuji tomó tu mano con delicadeza mientras sonreía mostrando sus colmillos, tragaste saliva.

—______, cariño... —el tono lento en que habló se apoderó por completo de ti. —Abre la boca y cierras los ojos.

Sin hacer ninguna otra acción o hablar, lo obedeciste. Esperando algún tipo de beso apasionado, lo que hizo después te sorprendió realmente. Un sabor dulce se apoderó de tu boca, pudiste escuchar la risita burlona de el hombre debido a tu sorpresa cuando abriste los ojos y te encontraste con él sonriendo. Lo que había metido a tu boca era un chocolate, su extraña actitud te estaba confundiendo incluso él se sentía confundido debido a como te estaba tratando, ¿Muzan siendo una persona dulce? No, definitivamente no.

—¿Qué? —preguntó él al ver tu cara. —¿No querías el chocolate?

—No. —Respondiste negando. —Yo, yo pensé que me besarías...

—Con que eso quieres, uh.

Te tomó del mentó y se acercó un poco más a ti, poniendo su mano libre a un costado de ti, en el escritorio. Sus labios estaban cerca de los tuyos, se rozaron. Muzan tenía sus ojos cerrados pero los tuyos estaban abiertos por lo cual podías apreciar más de cerca las facciones de su cara. Cuando sus labios tocaron los tuyos cerraste los ojos por inercia, los dos empezaron un vaivén de movimientos, no fue hasta que el azabache metió su lengua, encontrándose con la tuya. Te dieron escalofríos.

Después de unos segundas más se separaron, te limpiaste con la manga de la ropa la saliva que tenías debido a que babeaste.

—Si quieres algo simplemente debes de decirlo, _______ —te dijo él mientras revolvía tu cabello.

—Necesito que me quieras, que me ames.

No, Muzan no se esperaba eso.

• • •

Ibas de regreso a casa después de pasar toda la tarde con Kibutsuji terminaste cansándote, después de que le dijiste eso no supo que más responder y se inventó una gran excusa para evadir tu petición. Muzan es alguien frío y calculador, meterse en algún tipo de relación contigo no le daba beneficios en nada, una pobre escritora desempleada... Literalmente salía perdiendo pero aún seguía contigo, su actitud fría al principio fue el detonante a que se hablaran, después de todo cuando te encontraste con él por primera vez fue lo suficientemente interesante como para inspirarte a escribir y aunque conforme iba pasando el tiempo te dabas cuenta de su actitud manipuladora... No puedes solo alejarte de quien amas, así de la nada.

Llegaste a casa, un pequeño departamento con lo necesario para vivir al final solo estás tú sola.

Soltaste tu mochila en el piso y te tiraste en el sillón, el departamento era pequeño pero acogedor; una habitación, la cocina y un baño. No te quejas puesto a que no necesitas mucho, lo malo es que desde que empezaste a salir con Muzan, él comenzó a comprarte cosas. Algunas veces aparecía en tu casa con una bolsa de comida con la excusa de que se le había antojado y iba pasando por ahí cerca de tu hogar.

Lo peor es que parecía un maldito mafioso, sus empleados eran particularmente aterradores... Incluso más ese tipo rubio que una vez al verte, no dejó de coquetearte. Se calmó apenas escuchó a Kibutsuji hablar.